Los dilemas del sindicalismo K
Por Nahuel Placanica
El paro realizado por el sindicalismo opositor fue contundente en el área metropolitana y tuvo sus ecos en algunas ciudades del interior, donde los reclamos tuvieron como principal destinatario a los ejecutivos locales.
En Capital Federal y sus alrededores, la adhesión de los gremios del transporte garantizó la paralización mientras que los cortes a los accesos a la Ciudad potenciaron la medida y le permitieron a los sectores de la izquierda adherentes visibilizar su participación en la jornada.
Dentro de la heterogeneidad de las demandas, que llegaban a incluir reclamos referidos a la inseguridad y la inflación, se destacaban dos puntos comunes a la agenda de todos los sindicatos: ganancias y obras sociales.
A diferencia del tono confrontador adoptado por el sindicalismo opositor, el sindicalismo alineado con el gobierno nacional optó siempre por una vía dialoguista como forma de negociación. La figura de Antonio Caló (UOM) fue la elegida para cumplir el rol de intermediario entre estos gremios y la cúpula de gobierno.
Como bien señaló Mariano Martín en un reportaje reciente, el sindicalismo expresado por Caló utiliza la figura combativa de Moyano para negociar con la patronal y el gobierno sus demandas salariales y sectoriales. En ese sentido, la convocatoria al paro general del día jueves le permitió a algunos dirigentes sacar unos puntos más en la negociación paritaria.
El riesgo de este juego podría ser doble. Por un lado, la pérdida de representatividad sobre los afiliados, viendo en la posición dura del moyanismo una alternativa más apta para la concreción de sus demandas. Por otro lado, en tanto las respuestas por parte del gobierno sigan dilatándose, el propio Caló podría ver erosionada su posición ante el resto de los dirigentes que comulgan con él en la misma central.
Una salida para todos
Las demandas insignia de ganancias y obras sociales planteadas en la jornada de paro guardan cierta distancia respecto a la crítica caracterización del presente económico que realizó el polo sindical opositor. Ninguno de los dos reclamos plantea una solución que beneficie al conjunto de los trabajadores afectados por la compleja situación económica que afecta su poder adquisitivo.
Apuntando en ese sentido, el sindicalismo de la central oficial evalúa la posibilidad de apurar la convocatoria al Consejo del Salario para anunciar un aumento del Mínimo, Vital y Móvil que mejore la situación de los trabajadores frente al desgastante ritmo inflacionario. La medida le permitiría a los dirigentes de la CGT Alsina retomar la iniciativa sin sacar los pies del plato.