Marcelo Bielsa: había que pasar el invierno (y cómo se lo pasó)
Por Enrique de la Calle
Siguen las buenas noticias para Marcelo Bielsa. El domingo, su Olympique venció 2 a 1 a Lille y se coronó campeón de invierno del fútbol francés (quedó líder al terminar la primera rueda). En 2015 deberá defender esa posición de privilegio si quiere quedarse con el título. De este modo, el club daría una vuelta después de cinco años; para Bielsa sería la primera en tierras europeas.
Cosa natural, el Velodrome (la casa del Olympique) se vistió de fiesta para la ocasión. Abundaron los gritos a favor del entrenador argentino. En una de las tribunas, los hinchas armaron un cartel gigante con su nombre. Cuando todo comenzó, a mediados de este año, una bandera casi le rogó: “Loco, haznos soñar”. Bielsa cumple y dignifica.
Los méritos de Marcelo se pueden medir en diferentes planos. En el institucional, devolvió al club la mística ganadora, después de una temporada pasada mala. En el último tiempo, debió conformarse con ceder protagonismo a equipos poderosos como Lyon y París Saint Germain (el actual bicampeón).
Y lo hizo con un plantel al que no le sobra nada, que incluso perdió un jugador importante como Mathieu Valbuena, volante ofensivo del seleccionado francés. De hecho, hace unos meses una tormenta cruzó la relación entre entrenador y dueño del club, cuando el primero criticó en público lo que entendía había sido una política errada de fichajes. Ahora, sin las estridencias de hace unos meses, volvió a insinuar que se necesitan algunos jugadores de calidad, los que podrían llegar en enero próximo.
En el plano futbolístico, Bielsa le dio a la plantilla un evidente salto de calidad. El caso paradigmático es el centrodelantero Andre Pierre Gignac. Con el Loco, alcanzó el porcentaje más alto de gol por partido desde que juega en primera división. Es el segundo máximo artillero de la Ligue 1: sus goles lo llevaron otra vez al seleccionado galo. “Se nota el cambio, con Bielsa se trabaja mucho”, dijo Gignac hace unas semanas. Al 9 lo favorece un esquema que muchas veces es ultraofensivo, con cinco o seis jugadores en posición de ataque.
“Me quedaría a vivir acá”, declaró el argentino en una conferencia hace poco. Los dichos hablan menos de una posibilidad cierta, ya que el DT no prefiere los procesos largos, que del clima de absoluta alegría que rodean al Olympique y a Bielsa. Por lo pronto, tiene contrato hasta 2016, por lo que jurará, casi con seguridad, una Champions League, el máximo trofeo continental.
Había que pasar el invierno y Bielsa lo pasó, con título simbólico pero título al fin. En el próximo semestre se verá cuántos de los sueños prometidos se hacen realidad.