Los torneos de verano no sirven para nada

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Los torneos de verano no sirven para nada

29 Enero 2015

Por Matías Fabrizio

Vale aclarar, por las dudas: los amistosos son necesarios. Hay que probar jugadores, darle minutos a los que vuelven de lesiones y a los más jóvenes, que los más veteranos tengan un par de partidos para acomodarse después de una dura pretemporada, pruebas para ensamblar a los refuerzos a la idea del DT. Mil razones justifican el armado de amistosos. El problema es esta fantochada de “Copa de Verano Juan Pelotas Fox Sports”, con decenas de miles de hinchas en las tribunas, el periodismo esperando a ver quién llega desestabilizado a la primera fecha, etc.

Los que realmente sirven son los amistosos que organizan, generalmente, los equipos más chicos, que no son convocados por los grandes contratos televisivos para jugar en los estadios mundialistas del país. Ellos juegan a la hora que quieren, contra el rival que quieren y el día que quieren. Los entrenadores pueden formar un equipo el primer tiempo y otro el segundo, poner y sacar jugadores a gusto, probar las variantes que quieran. Jugado en serio, pero con un verdadero tinte de amistoso. Estos partidos “oficiales” de verano, por el contrario, tienen todo el condimento y contexto de un juego por los puntos, con la excepción de lo más importante: no valen tres puntos.

Un gran ejemplo de esta situación es la de Boca. El equipo de Arruabarrena tuvo la particularidad de que, en medio de los falsos amistosos, más aún, entre los superclásicos con River, debió jugar el desempate de anoche con Vélez. El Vasco llegó a semifinales de Copa Sudamericana hace tres meses, pero de pronto parecía obligado a ganar un puñado de partidos de verano para sostenerse un rato más en el cargo. Ahora no pasa nada porque el Xeneize ganó el primer derby y también ante Vélez, pero la cátedra catalogaba de locura la decisión de poner suplentes y juveniles ante el cuadro de Gallardo, para guardar titulares para el partido de ayer. ¿En qué cabeza cabe la idea de arriesgar jugadores en un amistoso cuando está en juego el pase a la Libertadores? Solamente en la de aquellos que se mueven bien en los medios y en las reuniones de oficina, pero de fútbol poco y nada.

El Vasco sufrió la tapa de un diario que daba a entender que su salida era inminente. También un canal que ya hablaba de su reemplazo. Lo peor es que las informaciones parecen tener como punto de partida a los propios dirigentes, esos que no compraron a Forlín en 2.5M U$S pero que sí ofertaron 6M de euros por Bryan Ruiz, que tampoco contrataron. En cualquier caso, esto es un ejemplo puntual. Otro es el de Independiente. El Rojo tiene el agravante de que el DT Almirón (¿puso la cara para tapar una elección de Moyano o es 100% idea propia?) tuvo el poco tacto de borrar a Daniel Montenegro, el último ídolo y campeón del equipo, tras la ida de Insúa y Milito. Ahora, más con el 0-4 ante River, Almirón parece obligado a ganarle el clásico de verano a Racing. Y que no se le ocurra empezar perdiendo en la primera fecha, eh, a ver si no llega a jugar en el Libertadores de América en la segunda jornada… A todo esto, vale recordar que, con cierta irregularidad en el juego, el ex DT de Godoy Cruz llevó a Independiente al 4to lugar, con un plantel plagado de juveniles y enseguida después del ascenso.

Los jugadores ya tienen entre 30 y 50, según las competencias que tenga cada equipo y hasta dónde llegue, partidos oficiales por año. ¿Hace falta sumarle cuatro o cinco más en enero? ¿Hace falta mentirle a los miles de hinchas que van al estadio alentados con grandes afiches de grandes jugadores y pagan plateas de cientos de pesos? Si después sale 0-0, con los jugadores duros por el trabajo en la arena, o con formaciones plagadas de juveniles, y DT que no arriesgan. ¿Cómo no van a salir aburridos mayormente? Los medios y la exposición televisiva generan una expectativa desmedida, que luego se transforma en crítica, también exagerada, ante el habitual bodrio.

El argentino es un fútbol en el que ganar o perder un amistoso parece marcar los tiempos de todo el semestre, cuando en realidad la prioridad de los entrenadores pasa por que no se lesione ninguno. No nos comamos más el chamuyo de Niembro, ni sigamos alentando esta ridícula puesta en escena.  Nadie sale campeón de copa o campeonato gracias a haber ganado la Copa Mar del Plata, y son incontables los jugadores que brillaron fugazmente en algún caluroso clásico veraniego y después no tiraron nunca más una gambeta. Basta de verano.