Crónicas quemeras: sueño de una noche de verano
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Por Juan Ciucci
Desde hace unos años la Copa Libertadores ha ampliado el número de participantes, lo que genera diversas fases de la misma, hasta llegar a los tradicionales grupos. En lo que parece otro sinsentido de la AFA, el ganador de la Copa Argentina (cuyo premio es, justamente, ingresar al máximo torneo continental) debe jugar un repechaje. Si supera este escollo se integra al Grupo 3 en el que participan Cruzeiro (Brasil), Universitario (Bolivia) y Mineros (Venezuela).
Huracán llegaba a esta instancia histórica luego de 41 años y ya todo parecía una ensoñación, pero la paliza que le propinó a Alianza Lima de visitante vuelve todo un poco más sobrenatural. La confianza en el equipo estaba porque este año sucedió algo que no se daba desde hace mucho tiempo: no fue desarmado luego de tener una buena campaña, y se lo ve sólido dentro y fuera de la cancha. Pero difícil era esperar tanto.
Y cómo no soñar ahora si se nos fue el mejor 10 que tuvimos en los últimos tiempos, y ya aparece el pibe Alejandro Romero Gamarra y se hace cargo de la pesada herencia con holgura. Había metido el gol que nos puso en primera, y anoche sentenció el partido al marcar el 2 a 0, luego de los graves errores defensivos del local. Parece todo encaminado para que no extrañemos (tanto) al Pity Martínez, ya que el pibe se puede acoplar a un equipo que (casi) se conoce de memoria.
Cómo no soñar si Ramón Wanchope Abila está en su mejor momento, y se ha convertido en un 9 letal que aprovecha cada oportunidad que se le presenta para mandarla al fondo de la red. Si el Pato Toranzo ha recuperado su mejor nivel, y no sólo crea el fútbol del equipo, sino que también le ha sumado cuota goleadora a su buen juego. Si Marcos Díaz responde siempre, con una personalidad en el arco quemero que le transmite tranquilidad a todo el equipo. Si Federico Vismara mete y corre en el medio como si fuera un pibe, y siempre intenta (y bien) salir jugando. Si la defensa se va consolidando, a pesar de haber perdido a Erramuspe, de lo mejor del año pasado. Si Lucas Villarruel continúa en gran nivel, si Agustín Torassa se acopla bien al funcionamiento del equipo, si Néstor Apuzzo va curtiendo piel de héroe…
La realidad nos dice que el rival fue más que modesto, que la copa es larga y difícil, que el problema mayor será el recambio, que recién arranca el año, que hace demasiado que el Globo no juega este tipo de partidos… Pero cómo no soñar en esta noche de verano, casi mágica, en que vimos a Huracán jugando en Lima como si lo hiciera en el Parque de los Patricios, con buen trato del balón y yendo para adelante, como marca su historia. El próximo martes será el turno de repetir la hazaña en el Tomás Adolfo Ducó, ante un pueblo quemero que sueña, con los ojos bien abiertos.