Ernesto Resnik: "Nadie en el mundo defiende hoy la teoría de la 'inmunidad de rebaño'"
Por Martin Massad y Juan Cruz Guido | Foto Daniela Amdam
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué análisis hace sobre la teoría de la 'inmunidad de rebaño' en relación al coronavirus? Por ejemplo, Carlos Pagni, en La Nación, volvió con esa teoría en estos días.
Ernesto Resnik: La inmunidad de rebaño quiere decir simplemente que la gente salga a infectarse masivamente, con la idea de que si muchos se contagian vamos a lograr la inmunidad contra el virus. Si muchos se infectan, también muchos van a morir. Por lo que me parece de un nivel enorme de irresponsabilidad sostener esta teoría. Uno quisiera que sea simplemente por ignorancia, pero tengo la leve sospecha de que no es solo por eso. Pienso, en este sentido, que están tratando de decir algo que resulte en políticas distintas a las que se están tomando actualmente. Igualmente, nadie en el mundo habla de inmunidad de rebaño a estas alturas.
En el mismo sentido, también tiene una posición irresponsable el grupo de intelectuales que se refiere a este problema como una "infectadura", es realmente increíble ver gente que alguna vez respeté, no necesariamente del CONICET, haya firmado ese documento.
APU: En cuanto al mensaje de los medios dominantes en Argentina, ¿cómo ve la situación desde Estados Unidos?
E. R.: Lo que sabemos, después de meses de estar viviendo esta pandemia, es que lamentablemente hay una única solución ante este virus, que es muy contagioso y que, además, resulta en una enfermedad letal, en un porcentaje alto. Lo único que es efectivo es el aislamiento social, entonces ir contra esto es una barbaridad y una irresponsabilidad enorme. De hecho, sabemos que algunos de los países que tomaron esa ruta de negar el virus han dado marcha atrás, inclusive Estados Unidos y Gran Bretaña. Es increíble que todavía haya gente que considere que son peores las medidas que se tomaron que la propia enfermedad.
APU: En el informe vespertino que emite el Ministerio de Salud se muestra que la cantidad de personas confirmadas de coronavirus es de 75.000 casos en Argentina, pero empieza a crecer y a distinguirse el número de personas recuperadas que ya casi alcanza los 28.000. ¿Qué análisis hace sobre estos datos?
E. R.: Creo que está en línea con el mundo, donde la mayoría de la gente se recupera. Me gusta esta insistencia que hay en Argentina de que los recuperados ayuden a los activos con la donación de plasma. Creo que es un dato excelente porque si bien los números son altos, podrían haber sido increíblemente peores. El número total de casos en Argentina es casi similar a lo que Brasil tiene en un día. Lo mismo pasa con Estados Unidos donde ayer, por ejemplo, se llegó a un récord con casi 60.000 también en un mismo día.
La mayoría de la gente se recupera, eso lo sabemos. Lo que tenemos que hacer ahora es proteger a los más vulnerables, y para eso la protección consiste en aguantar lo más que podamos con aislamiento social, distanciamiento y barbijos hasta que llegue la vacuna.
APU: ¿Qué otros tratamientos, además de la donación de plasma, existen hoy en el mundo? ¿Qué nivel de efectividad presentan?
E. R.: Existen algunos otros tratamientos, pero lamentablemente no podemos decir que sean la cura. Es decir, no hay ningún antiviral que solucione completamente el problema. Lo que sí ha sucedido en estos meses, y es algo positivo, es que hemos encontrado pequeñas cosas paso a paso, lo cual ha ayudado mucho a bajar la letalidad. Por ejemplo, hay una droga que se llama Remdesivir, a la que al principio de la pandemia le teníamos grandes esperanzas; no resultó ser la cura pero ayuda en un 5% a un 10%. También tenemos la Dexametasona que en los casos más graves ayudó mucho: hay estudios que hablan de un tercio de mejora en los pacientes con respirador.
Por otra parte, el tiempo que hemos pasado protegiéndonos con aislamiento y demás nos ha dado un plazo importante para desarrollar mejor la capacidad hospitalaria, algunas terapias, eventualmente la vacuna. La situación es muy dramática en muchos lados y sería mucho más dramática si no hacemos lo que estamos haciendo. Por suerte, cada día aparece un poco más de esperanza para resolver el problema.
APU: ¿Cuál es su opinión respecto a la ola de contagios en Estados Unidos? ¿Existe una segunda ola de contagios o forma parte de la primera?
E. R.: Creo que no hay una segunda ola de contagios. Desde el momento en que una parte de la población ha sido infectada queda mucho lugar para el resto de infectarse, y eso es lo que ocurrió. Creo que, en todo caso, lo que está ocurriendo en Estados Unidos es una lección para los negacionistas, que han tratado de minimizar este virus y la pandemia. Esto, sobre todo, después de ver la barbaridad que ocurría en Nueva York donde las imágenes eran dramáticas, con gente tirada en los hospitales porque no podía acceder a camas para recibir tratamiento o entierros para los que no se daba abasto. O también lugares como Texas y Florida, con gobiernos republicanos que negaron el problema y en mayo reabrieron todo, bares, restaurant, gimnasios, etc., y ahora tienen un problema que va camino a ser peor que en Nueva York. Por ejemplo, en Houston, Texas, ya están llegando al 100% de saturación las unidades de terapia intensiva.
La lección entonces es esa: es un virus letal, ultracontagioso, por lo que donde esté libre va a crear brotes, así que sigue siendo el mismo brote, no hay otro.
APU: ¿Qué opina respecto de las medidas tomadas en Argentina por parte del Gobierno Nacional?
E. R.: Creo que hay una única solución para este virus y en este sentido los países que lo hicieron pronto y fuerte son los que mejor lo hicieron. Los mapas de viajes mostraban que los únicos destinos grandes fuera de Europa eran Buenos Aires y Nueva York. Entonces, la situación en Argentina mostraba que el AMBA tenia todos los boletos para ser un gigantesco problema, sin embargo no lo fue, gracias a que se tomaron las medidas ultra rápido. Ahora uno puede decir que si se hubiera tomado una semana antes hubiera sido mejor, pero imagínate que si hoy tenemos los anticuarentena de la infectadura protestando por lo que hay, cómo sería si lo hacíamos antes.
Creo que lo que se hizo fue excelente, aunque por supuesto están las limitaciones de infraestructura de un país periférico, como por ejemplo el tema de los tests. De igual forma, es algo con lo que lidiaron los países con mayores recursos también, por lo que era de suponer que Argentina también iba a pasar por esto. Creo que lo que podemos medir de los gobiernos en cuanto a una respuesta apropiada es usar los muchos o pocos recursos que tenés de la mejor manera posible y creo que Argentina lo hizo.
Después de todo es una infección que apenas tiene cinco meses de edad y nunca antes hubiéramos tenido la cantidad de información que tenemos ahora y en tan poco tiempo, y por el mismo motivo va cambiando día a día. Por eso tenemos que estar al tanto y usar todos los recursos del modo que mejor podamos.
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