“Cuando hay un aval político tan fuerte, las fuerzas de seguridad se manejan con total impunidad”
Por Santiago Asorey y Ana Laura Mársico
Karina Valobras, abogada del servicio jurídico gratuito de la Escuela 3 del 19, dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre el caso de Matías Rodríguez, el joven de 16 años asesinado por la policía en las calles Eva Perón y José Martí, en el barrio porteño de Flores, el 25 de abril pasado. El adolescente fue fusilado por un efectivo policial que se encontraba fuera de servicio. Según confirmaron los docentes, Matías tuvo un paso por la escuela y participó del Programa Club de Chicos y Club de Jóvenes. El joven no disparó como intenta instalar la versión policial. Fue ejecutado por un policía que justificó su asesinato por un presunto robo. Se trata de un nuevo capítulo de la doctrina Chocobar.
APU: Matías Rodríguez, un joven de 16 años y exalumno de la escuela 3 del 19 del Bajo Flores fue asesinado por un efectivo policial que se encontraba fuera de servicio. ¿Podría repasar el caso de gatillo fácil por favor?
Karina Valobras: Aparentemente Ángel Cesar Nicolás Santillas (el hombre señalado por el gatillo fácil de Matías Rodriguez), es agente de la Superintendencia de Drogas peligrosas de la Policía Federal y tiene 24 años. El hecho fue a las 23 horas del 25 de abril. La policía estuvo con dominio de la escena hasta las 4 hs y recién ahí se le dio intervención a Gendarmería. Lo impresionante de esta causa es que todos los testigos son policías, hasta los ocasionales: uno que andaba en auto, una mujer que estaba realizando un delivery, etc. Esta mujer que es agente de tránsito también declaró que fue víctima de un intento de robo. Pero hay que aclarar que ningún robo fue concretado. La versión policial es que venía Matías atrás y adelante otro chico más. Según la policía Matías saca un arma. Pero hay dos cosas: el arma de Matías era una réplica y en las declaraciones de los testigos y hasta del propio Santillán, no se mencionó ningún disparo de parte de los jóvenes. El efectivo Santillán dice que Matías se bajó de la moto en la Avenida Eva Perón y José Martí, el agente se dejó asaltar pero luego ante la voz de alto del policía y el caso “omiso” de parte de Matías, el efectivo disparó. Todavía no se sabe si Matías llegó a subirse a la moto, pero el compañero se escapó en contramano por la calle Martí.
APU: ¿Le disparó por la espalda?
KV: Tenía una bala en el riñón, otra a la altura del pecho y otra en el abdomen. El disparo se lo dio desde arriba por el conocimiento que tengo.
APU: ¿Lo remató en piso?
KV: Sí, y hasta capaz le dio dos desde arriba. El elemento sorpresa de todo esto es que se secuestra un arma 38, además del arma del policía y de la réplica. Un testigo que es policía de La Matanza, dijo que al rato que se fue el compañero de Matías, volvió y arrojó el arma debajo de un auto sobre la misma calle que estaba circulando. Y la verdad es que es una situación inverosímil, esa arma estaba plantada. Es muy absurdo como la introducen. Y esa es la gran sorpresa que nos llevamos con esto. El arma es verdadera pero por ahora no se tomó ninguna decisión por el policía. La fiscalía va a evaluar si siguen investigando o la pasan a mayores.
APU: La modalidad es muy clara y es algo que se viene repitiendo: el caso de Juan Pablo Kukoc, Facundo Ferreira. Todos fueron por la espalda. No es solo una acción particular, sino una repetición de una modalidad avalada por el Poder Ejecutivo. ¿El caso de Matías es parte de esta serie de casos?
KV: Queda claro que no hubo situación de legítima defensa, no había ninguna situación de riesgo de vida del policía porque los chicos ya se estaban escapando. Lo que se está haciendo es una ejecución sumaria, es ejecutar al ladrón. Cuando hay un aval político tan fuerte, las fuerzas se manejan con total impunidad. No estuvo ni cinco minutos detenido Santillán y al poco tiempo le dieron la moto robada. De parte del Estado hay una licencia para que esto ocurra. No se dio una intervención inmediata en otra fuerza para detenerlo al chico. La misma mecánica del hecho te lo describe. El pibe se estaba escapando, no había peligro de vida del "damnificado" y encima este era un policía que estaba en una Avenida. Lejos de pedir apoyo, persecución, detenerlo y hasta usar la fuerza, se hizo cualquier cosa y no se respetó ningún tipo de mecanismo. El objetivo era matarlo, no era solo detener el ilícito. Vamos a ver qué temperamento va a tomar el fiscal y a su vez en qué lugar van a poner a esta persona que tiene que justificar este accionar.
APU: Hubo un fuerte apoyo de los vecinos y las organizaciones sociales a la familia de Matías. ¿Cómo analizó esta reacción?
KV: Yo vengo de hacer una presentación en las Naciones Unidas de un grupo de organizaciones que están en una mesa de articulación de infancias. Articula las espacios de Derechos del Niño, de “No a la baja”, entre otros. Luego del hecho de Luis Chocobar, el otro caso que colmó el vaso fue lo de Facundo Ferreira. Con ese caso hicimos una presentación ante las Naciones Unidas y el comité de los Derechos del Niño y se pusieron todos los casos que se venían dando. No solo están las ejecuciones sino los hostigamientos de las escuelas, en los ingresos y hasta en los estudiantes organizados. Este gobierno tuvo varios intentos ya de la baja de imputabilidad. Estuvo en pleno proceso de eso cuando pasó lo de Matías. Esto nos sensibilizó muchísimo. Yo creo que esta respuesta se da por lo que se va acumulando de lo que está pasando con la policía y los pibes en la calle. La situación está muy complicada, además de todo el desmantelamiento de las políticas públicas y defensa de derechos de niños. No tengo duda que la reacción que tuvo el caso de Matías está relacionado con la consciencia que se viene avanzando con la lógica punitivista contra los pibes y por eso se reaccionó muy rápido. Esto levantó todo el arco opositor y hasta espacios estatales que todavía no están tan desarticulados.