Rizomante presenta “El Juego Universal”
Por Agustín Pisani
Rizomante desarrolla una Fusión Latinoamericana entre la música popular y el rock canción. En 2004, con el lanzamiento de su primer disco, "Cuentos que son historia", Rizomante fue presentado en formato solista por su iniciador, Juan Martín de Imaz, alias Juan Rizomante. A partir de 2005 hasta la actualidad, Rizomante fue recreándose con formatos variables como trío acústico y eléctrico. En 2013, Rizomante lanzó su segundo disco, inspirado en las experiencias de viaje por Latinoamérica, titulado "Travesía por las venas". Actualmente, la agrupación se encuentra lanzando su nueva producción, "El juego universal", a través de las plataformas digitales, como Spotify, Youtube, Tidal, ITunes, SoundCloud y Bandcamp, entre otras.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Rizomante es un grupo o un proyecto solista? ¿Cómo se originó y cómo se fue desarrollando hasta su actualidad?
Juan Martín de Imaz: Es curioso, es una pregunta que a veces me incomoda… pero no debería. Rizomante tiene la paradoja de ser un proyecto solista de quien no tiene intenciones de cultivar su imagen como alguien separado de los otros músicos. El bajo y la batería son instrumentos demasiado atractivos y poderosos como para concebirlos solamente como acompañantes. Es mucho más rico e interesante abordar la música explotando el potencial que, en este caso, nos da un trío eléctrico.
Rizomante se originó, curiosamente, en el actual estudio Nómade, del querido Agustín Ronconi. A partir de sesiones de grabación de varias composiciones mías destinadas a un primer disco, editado en 2004, fueron pasando una gran cantidad de amistades y gente conocida, mayormente compañera/os de la Escuela de Música Popular de Avellaneda. Toda esa heterogeneidad en el resultado de la primera grabación fue una buena representación de una diversidad de instrumentos y géneros entre las corrientes de la música popular latinoamericana y variantes del rock, que no por diferentes me resultaban incompatibles. Traté y trato de contribuir a debilitar la cultura del “gueto musical”, con sus purismos o convenciones de estilo.
De aquella primera experiencia, luego de un cruce latinoamericano de un año como músico trashumante, nos constituimos como un primer trío eléctrico, años más tarde se convirtió en dúo acústico y el repertorio fue variando también en función de la dinámica propia de cada formación. En esos años se fue generando el segundo disco, “Travesía por las venas” (2013), también conceptual, inspirado en toda la región de la Patria Grande, su pasado y presente.
Desde hace ya unos años Rizomante fue virando del trío electroacústico al actual formato eléctrico. Actualmente, el gran baterista y percusionista Luis Ocampo le aporta al trío excelencia y eclecticismo, pero a la vez frescura y espontaneidad. Tiene una trayectoria valiosa, tocando junto a grandes referentes de la música. En el bajo, el querido Federico Perea, en pleno proceso de exploración sonora de su instrumento, conjuga el profesionalismo con la diversión como dos caras de una misma moneda. Me animo a decir que los tres disfrutamos de lo que hacemos.
APU: Decís que hacen una fusión de música popular latinoamericana y rock canción, ¿qué le aporta cada uno de estos géneros o estilos a Rizomante? ¿En qué momento del proceso de composición y/o ensayos empezaron a dialogar estas diferentes expresiones y por qué?
JMI: La música popular latinoamericana está presente en cierta estética, rítmica y armonía de las composiciones. Las raíces rockeras están en el sonido, en la dinámica. Tal vez cada “familia musical” aporte lo mejor de sí. El diálogo entre ambas expresiones es permanente a lo largo de mi historia musical, desde mi descubrimiento y deslumbramiento ante el folclore, cuando tenía veintipico, lo que experimenté como un efecto de “amalgama” a la cultura rockera ya adquirida desde mi adolescencia. Por una parte, el bagaje de la música popular le permite a esa misma actitud rockera sumarle mayor riqueza rítmica y armónica. Por otra parte, es como si la actitud del rock le aportara una frescura y fuerza a la música popular, liberándola de ser fiel a un género preciso. También encontramos en cada familia musical referentes innovadores, inconformistas ante el riesgo a repetirse a sí mismos.
APU: Acaban de lanzar su tercer disco, "El Juego Universal". ¿Hay hilo conductor en el álbum?
JMI: El Juego Universal parte de una vivencia personal que es muy común: la paternidad. Suena trillado, pero es verdad que en muchos casos te cambia un poco la cabeza. Uno empieza a hacerse nuevas preguntas, se reconecta con sensaciones más vitales, más esenciales, a la vez empieza a imaginar futuros posibles, se plantea interrogantes sobre las consecuencias probables de cada acción presente. No sé, puedo decir que me resultó como un redescubrimiento de la trascendencia, pero no de la mía como individuo sino por la múltiple interacción de energías de todo tipo que están permanentemente atravesándonos y yendo mucho más allá de nuestra vida personal. O sea, como dijo alguna vez un famoso periodista: “Todo tiene que ver con todo”. Otra frase trillada en la que creo, ja. Toda esta existencia colectiva, global, es un gran juego. Resulta apasionante descubrir ciertas sinapsis o sinergias entre elementos, incluidos nosotros los seres humanos. En fin, a veces pienso que el disco es tan evidente que yo ya debería llamarme a silencio. Ya está la obra, mejor no hablar de ciertas cosas.
Eso sí, debo decir que este álbum fue la demostración concreta de un pretendido salto de calidad, superador de los anteriores. Una muestra de ello está en la dicha de haber podido contar con la producción musical de Tito Fargo y la ingeniería de Walter Chacón, dos profesionales destacados en el ambiente. De más está decir, tiene peso el lujo y el gusto de haber contado con la participación de Agustín Ronconi, de Arbolito, en el tema "La Fuerza".
APU: Además de músico sos trabajador social, ¿cómo dialogan entre sí esos dos roles?
JMI: Soy un trabajador social postergado, que momentáneamente decidió no ejercer formalmente, pero la vocación existe más allá de las decisiones. Tal vez por eso la motivación por tratar de ocupar un rol de narrador de cuestiones sociales anteriormente. En cuanto a la función social de la música, creo que es importante que una letra pueda aportar a describir y representar a quienes se sientan invisibilizados. Muchas veces permite una revalorización colectiva, aporta una nueva subjetividad de reivindicación en quienes no tienen voz o forma de expresarse y ser reconocidos masivamente. Sin embargo, es complicado depositar en el arte las expectativas que tienen que ver con los problemas materiales. Para eso están otros profesionales.
APU: Tuviste una época tocando en subtes, plazas... ¿qué podés decirnos sobre las políticas del Gobierno de la Ciudad en relación al arte callejero?
JMI: No pude seguir en los últimos tiempos en detalle la política de criminalización del arte callejero, pero en general no me sorprende. Por una cuestión de ADN político que llevan muy internamente, tenemos un gobierno municipal y nacional con una visión del arte encuadrada dentro de los intereses de mercado y de consumo masivo. Tanto lo que sea propio de medios más populares como también lo más elitista puede servirles en términos de mercado, de consumo. El arte callejero tiene una espontaneidad que no cuadra dentro de su modelo de sociedad. Imaginate, no respetan a docentes, a médicos. En su óptica, es de esperar que no tengan mayor consideración por artistas en la calle.
APU: Se viene la presentación en vivo de "El Juego Universal", ¿qué nos encontraremos quienes vayamos el Sábado 30 de noviembre al Teatro Monteviejo?
JMI: Se van a encontrar con una obra integral apasionada y vital, con una pequeña introducción en video de lo que fue el proceso de producción y grabación, con algunos juegos visuales que hablan por sí mismos, con un invitado de lujo. Pero por sobre todas las cosas, con una obra que hace un par de años yo ansiaba escuchar.
REDES
Spotify:https://open.spotify.com/
Facebook: https://www.
Instagram: https://www.
SÁBADO 30 DE NOVIEMBRE 21:00H en TEATRO MONTEVIEJO. Lavalle 3177 / Abasto.