¿Los Estados están preparados para enfrentar la pandemia?
Foto: Mauro Bustos
Por Facundo Juarez Ritterband | @facunetarg
El análisis de las capacidades estatales o de la administración pública es de largo tratamiento. Fabián Reppeto, doctor en Investigación Social y magister en Gobierno y Asuntos Públicos, las divide entre capacidad política y capacidad administrativa.
Desde la perspectiva del desarrollo en América Latina, Anibal Sotelo, docente del Área de Estado y Políticas Públicas del FLACSO, resalta la importancia de la primera (capacidad política) para la efectividad de las segundas (capacidad administrativa) y del rol del Estado en la solución de los problemas públicos. Las primeras hacen referencia a la capacidad de generar consensos y apoyos, destrabar conflictos, crear gobernabilidad y legitimidad, tomando decisiones con cierta autonomía respecto de los poderes fácticos, algo así como la idea de “virtud” de Maquiavelo” que refería a la destreza del Príncipe para dominar acontecimientos en pos de un fin deseado para atravesar los hechos que escapan a la propia voluntad.
En esa línea, la planificación de las actividades del Estado demanda respuesta a una realidad compleja que presenta escenarios muchas veces inesperados para las que el sistema racional-burocrático (de la sociología weberiana) o el sistema de planificación gerencialista que copia los métodos del sector privado (como la llamada Nueva Administración Pública de los años 90), se ve menos preparado que un sistema de carácter político-estratégico definido en función de las necesidades situacionales, más maleable, con más capacidad de adaptación. El sistema político estratégico plantea la necesidad de fortalecer la planificación estatal en torno a los nudos críticos que demanda la estrategia general de desarrollo o al ataque de las causas que presenta una situación dada.
Decisión y coordinación política
El virus COVID-19 que parecía tan lejano fue detectado en nuestro país el día 3 de marzo y a partir de allí comenzamos una larga y continua carrera por prevenir y ganar tiempo para que los servicios de salud no colapsen frente al nivel y celeridad de los contagios. Tras tomar conciencia de la magnitud del problema Alberto Fernández escuchó las recomendaciones de los especialistas locales y de la OMS. El día 14 de marzo reunió a todos sus ministros, los 23 gobernadores y al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, declarando el aislamiento social obligatorio. Alberto en el centro, Horacio Rodríguez Larreta a la derecha, Axel Kicillof a la izquierda, los argentinos y argentinas asistimos a un gran consenso político que dió las bases para una necesaria cohesión social en torno al cuidado y el compromiso con la cuarentena.
Así, tras una firme decisión política, empezó un proceso de articulación que luego se reflejó en la coordinación interministerial recorriendo los tres niveles de gobierno (nacional, subnacional y municipal), sobre todo en Salud pero también de Desarrollo Social, Seguridad o vivienda. Por otro lado la cuarentena se combinó con una serie de medidas para contener una situación económica que combinó tres series de acciones simultáneas: transferencias directas de ingresos, protección del trabajo y extensión del seguro de desempleo.
Sin sobrevalorar las capacidades estatales de la Argentina, hoy asistimos a una demostración de capacidad política y de cómo esta se traduce en capacidades administrativas: evitar el desabastecimiento y los aumentos de precios, frenar los 1400 despidos de Techint, sancionar a quien no respeta la cuarentena, atender las denuncias de violencia doméstica y de género, coordinar el trabajo de las fuerzas de seguridad y el de los trabajadores de la salud, atender las necesidades económicas de los sectores más vulnerables, controlar las fronteras, repatriar argentines, congelar precios de alquileres, suspender desalojos y prorrogar los contratos...todo esto queda reflejado en 13 decretos clave, 20 resoluciones, 1 acordadas y 1 disposición, medidas estratégicas en la batalla contra el coronavirus.
No obstante, ante la sensibilidad de la coyuntura actual, el gobierno se ve exigido a revalidar constantemente dichas capacidades evitando problemas de planificación y coordinación, puesto que estos pueden generar situaciones riesgosas y razonables críticas que pueden poner en jaque la legitimidad política tan necesaria para mantener la cohesión que exigen la cuarentena.
El Estado y el Mercado ante la crisis
Si bien el neoliberalismo no deja de fallar, las teorías del libre mercado y de achicamiento del Estado, no cesan de retornar y difundirse en todo el mundo repitiendo el carácter deficitario de los servicios públicos. Con la amenaza pandémica, nuevamente queda demostrado que dicho paradigma sólo conduce a más desigualdad y a la reducción de los servicios públicos para las grandes mayorías. Los argentinos y el mundo tenemos una nueva oportunidad de aprender.
Como destacó Sotelo “Todos los países que han logrado un importante estadio de desarrollo lo han hecho sobre la base de un fuerte protagonismo del Estado. El Estado ha sido un instrumento estratégico que no ha dudado en intervenir para regular los mercados, abrir o cerrar la economía e impulsar actividades prioritarias(...).El dilema -sigue siendo- si el Estado –y la Administración Pública como la ejecutora de sus mandatos–podrá constituirse en un contrapoder que discipline el capital y proteja a las grandes mayorías de las tendencias más agresivas de la globalización” y desterrar para siempre las ideas neoliberales. En este sentido, declarar como esenciales a los servicios del sistema bancario es vital para garantizar la efectividad de las medidas adoptadas.
El domingo 29 de marzo se comunicó la extensión de la cuarentena y proximamente se anunciará una nueva extensión liberando algunos sectores. No sabemos si, efectivamente todas las medidas resultaran exitosas para aplanar la curva de contagios y garantizar que el sistema de salud sea capaz de contener todas las infecciones que se producirán pero las capacidades estatales y el compromiso social, como dijo Alberto Fernández, permitirán hacer menos doloroso el camino. Día a día el fenómeno presentará nuevos desafíos por sostener la cohesión social y política donde la clave estará en los resultados obtenidos por las medidas adoptadas y la capacidad de responder a las demandas y reacciones de los diferentes grupos sociales.
*Licenciado en sociología e investigador de la asociación civil El Ateneo.