Apoyos al aislamiento y crítica a los medios
Por Eliana Verón | Foto Daniela Amdan
En el contexto de virtualización de gran parte de la vida social, que la pandemia y el aislamiento profundizaron, la consultora Argumentaria y Comuna (Comunicadores de la Argentina) realizaron una investigación cualitativa de triple registro de diversas expresiones y opiniones, que permita una aproximación al conocimiento de lo que la ciudadanía piensa y cómo ve, entiende y vive esta etapa tan particular de la sociedad argentina.
Mediante la técnica de entrevistas en profundidad como eje central del estudio, consultaron a 40 personas de clase media y clase media baja durante los meses de abril y mayo, de Gran Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires, lo que permitió constatar el respaldo al aislamiento, pero también su complejidad, por las consecuencias económicas.
Esta primera investigación cualitativa con una muestra no representativa, se basó en la realización de entrevistas de tipo estandarizado, programado y estructurado por WhatsApp, el armado de un corpus obtenido mediante el registro de opiniones y expresiones ciudadanas en plataformas que usan medios de comunicación para difundir noticias como ser Twitter y Facebook, y la recolección de “memes” circulantes por la red WhatsApp. Éste último aún no fue presentado por la consultora, ya que está en proceso de análisis.
Uno de los resultados al que arribaron Argumentaria y COMUNA fue que la adhesión al aislamiento por la pandemia se asienta en la necesidad de prevenir los contagios y convive con temores por la economía de las personas y sus familias. Si bien esta información es harta conocida, cabe destacar que el estudio constató que la centralidad del Estado y sus políticas son muy significativa en el espectro de la clase media, ya que se le reclaman las soluciones más allá de posiciones políticas.
Quienes participaron de esta encuesta, ya sean que se identifiquen con el oficialismo, con la oposición o se consideren apartidarias, acompañaron la cuarentena de manera compacta en ese período. Tras ese rasgo general, surgió con nitidez que las personas de más edad pusieron énfasis especial en el cuidado de la salud y la capacidad de respuesta del sistema sanitario. En cambio, las más jóvenes o de edad intermedia tendieron a mencionar primero las expectativas por las actividades laborales e ingresos económicos.
En cuanto a las “preocupaciones por lo económico” que expresaron las personas entrevistadas, cabe subrayar que no son sólo se trata de trabajadores y trabajadoras informales, sino que emerge también entre quienes sí poseen un puesto formal y estable, dado que visualizan que la pandemia puede afectar su actividad, la de sus conocidos o miembros del grupo familiar. En este sentido, es preciso remarcar que las palabras más usadas por los y las entrevistadas, “incertidumbre”, “angustia”, “miedo” no son azarosas. Responden a que, además de la pandemia, desde las elecciones de 2019, impera la necesidad de restablecer un orden que permita organizar y dar previsibilidad a la vida personal, familiar y social.
El informe COVID-19 Y HUMOR SOCIAL. Informe sobre apoyos y rechazos al aislamiento. Centralidad del Estado ante la pandemia, detalla que, si bien existió una aceptación generalizada de las medidas de aislamiento, se infiere que las “preocupaciones” expresadas en las entrevistas están estrechamente vinculadas a la necesidad de normalización de la vida cotidiana que quedó, por el momento, suspendida. Sobre todo, a partir de las expectativas que traía un nuevo gobierno -según estudios anteriores de Argumentaria- como posibilidad de una estabilidad frente a un período económico caótico, con sucesivos golpes de devaluación, inflación elevada, tarifas imprevisibles, retrasos salariales, entre otros factores. La pandemia desplazó las expectativas de solución a los problemas económicos y sociales más urgentes e impuso nueva incertidumbre.
De este modo, la demanda de flexibilizar o “administrar” la cuarentena en función de recuperar rutinas que se presentó en varias respuestas y se incrementó en las últimas semanas de mayo revelan más sobre aquellas expectativas previas a la declaración del aislamiento social obligatorio. Lo que no significa que se desconociera el avance del virus, sino que responde a una preocupación histórica de los sectores medios de la argentina (algunos/as media baja y otros/as media, y entrevistados en esta investigación cualitativa.
La incertidumbre es el elemento que se profundiza entre los y las entrevistadas. El país arrastra una crisis económica que no fue generada por la pandemia, pero la crisis sanitaria la profundizó. Por ello, la incertidumbre sobre el momento de la reactivación de la economía y de normalización de la vida cotidiana emerge con mayor potencia en el período estudiado. La responsabilidad de resolver esta demanda aparece, entre los y las entrevistadas, dirigida con nitidez al Estado.
Hay una suerte de “estatismo clasista”: los sectores medios que en general no visualizan ni reconocen el impacto de las políticas públicas en sus vidas cotidianas (como demostró un estudio anterior de Argumentaria, durante 2019), depositan ahora toda la responsabilidad de la resolución de sus vidas en el Estado, y solicitan algún tipo de solución que tenga principalmente en cuenta a los sectores medios.
Las redes y su humor
El estudio sobre el humor social incluyó un registro de pronunciamientos de la ciudadanía activa en plataformas virtuales. Se focalizó en mensajes inscriptos tras la publicación de noticias de los medios sobre la pandemia en Facebook y Twitter. Esos medios fueron Clarín, C5N, La Nación, Página/12, Radio Mitre, Télam y TN.
En ese ambiente, las proporciones de adhesión y rechazo al aislamiento son parecidas, lo que marca una gran diferencia con los resultados de las encuestas y con lo que surge de las entrevistas.
De igual modo, las posturas expresadas en esos mensajes en torno de varios medios, con orientaciones editoriales diferenciadas (se registraron y estudiaron 2.749 mensajes, entre el 11 de abril y el 11 de mayo) muestran una mayoría de posturas opositoras, de rechazo al gobierno y desaprobación a su gestión de la crisis sanitaria y económica, lo que también contrasta con las investigaciones realizadas por universidades y encuestadoras privadas.
Estos resultados llevan a afirmar que ese conjunto de pronunciamientos de la ciudadanía no puede ser tomado como un reflejo fehaciente de las tendencias generales en la población. Además, hay indicios de desconfianza, saturación informativa y críticas a los medios.
Por último, frente a la pregunta sobre qué medidas tomarían si fueran gobierno, en la tercera semana del estudio, no incluyeron propuestas o posiciones contrarias a las que en ese período adoptaban las autoridades.