Matías Merelli & the Titu Cusi Experience lanza su primer y homónimo disco
Por Inés Busquets
Matías Merelli es un músico y productor argentino nacido en el oeste de la provincia de Buenos Aires que se ha dedicado a formar parte activa en distintos grupos musicales a lo largo de sus más de 20 años de trayectoria ejecutando distintos instrumentos. Profundizó sus conocimientos musicales en la escuela de música popular “Leopoldo Marechal” y se convirtió en multiinstrumentista, compositor y productor musical con conocimientos de ingeniería en sonido, mezcla y grabación. Compuso música incidental para obras de danza, teatro y cine.
AGENCIA PACO URONDO: En el álbum debut de Matías Merelli and the Titu Cusi experience hay gran cantidad de personas involucradas, más allá de la banda en sí; variedad estilística, una combinación de elementos diversos, capas de sonidos...hay mucho de todo (aunque no sobra nada) ¿Cómo fue tu proceso de trabajo con la Titu Cusi hasta llegar al disco?
M.M: Para darle vida a la obra junté varios pedazos, cada uno indispensable. Los cosí bien apretados unos con otros, de manera que, incluso los conductos mas pequeños del sistema permitieran dejar correr los fluídos sonoros hasta los órganos vitales, y esperé que aquel rayo le dé vida a toda esa materia quieta.
La Titu Cusi es fuerte en el vivo. Durante los cinco años que tardamos en grabar este disco nos dedicamos a producir los conciertos de manera detallada y finamente entrenada. La banda posee una química en el escenario que traspasa lo meramente técnico y ejecutivo, somos hermanos y hermanas en la música que disfrutamos de nuestras presencias. Y ese clima familiar fue el caldo primitivo con el que se cocinó a este puñado de canciones. La gran cantidad de artistas invitados son quienes alguna vez pasaron activamente por la banda en sus distintas formaciones, y fue hermoso haber podido juntar a todos en una misma foto sonora.
Es un disco transgénero; la data va desde folclore hasta la música clásica, pasando por líricas de rap, arreglos metaleros, poesía romántica y estéticas tangueras. Está la canción, el Río de la Plata y se surfearon las olas del rock y el pop y sus variantes electrónicas.
APU: Ya desde la portada del álbum parece haber una invitación a sus oyentes a sumergirse en un relato aventurero; por otro lado, las canciones se van encadenando como si fueran los diferentes climas y paisajes de un mismo viaje. ¿Esa intención existió desde el comienzo? ¿Qué te inspiró a encarar la obra de ese modo?
M.M: Las canciones, obras o pájaros van en bandadas cuando deben atravesar largos caminos, y como los estorninos, se necesitan unas de otras para crear esas espectaculares figuras en el cielo.
Siempre me gustó el relato y la ficción, la ciencia ficción y la fantasía. Este álbum intenta pasar por esos lugares y también es la culminación de años de amasar canciones, ideas y conceptos. Las canciones comparten el mismo ecosistema de fondo, llevan las mismas partículas en el aire y muchas veces se retroalimentan y se reciclan entre ellas.
En mi cabeza las ideas que me rodean y me acompañan, son como esos delfines que aparecen y desaparecen al costado del barco, nadando a gran velocidad, como queriendo alcanzarlo. Para el disco de “la Titu Cusi” nos embriagamos de esas posibilidades, nos dejamos llevar por el instinto y el flujo magnético que trae el devenir, para después, una vez sobrios, filtrarlas y pasar a la mezcla.
Cuando pensé en la tapa del disco empecé por escribir un relato sobre cada uno de los personajes. Era necesario saber de dónde venían y quiénes eran para poder confeccionar los vestuarios y darle identidad real a la imagen que ofrece la portada, que en sí misma intenta ser un reflejo de la obra, o no.
APU: Antes, o en paralelo a la Titu Cusi, te embarcaste en proyectos muy variados: rock progresivo, música klezmer, balcánica, dub, reggae, hasta folklore contemporáneo con Soema Montenegro. ¿Lo relacionás a la búsqueda de una Identidad musical propia? ¿O ves estas experiencias como las partes de un todo? ¿Qué las conecta en vos?
M.M: Una búsqueda la podemos relacionar con el deseo de hallar algo o alguien que sabemos que existe, pero no sabemos dónde. Creo que lo mío es más un transitar y un experimentar las artes del “como y cuando” mas que del “donde”.
Soy curioso, inquieto, e intento ser valiente. Valiente no es el que no tiene miedo, valiente es el que se enfrenta al miedo y lo supera.El arte surge de la nada, como la magia. Aventurarse hacia lo desconocido y fallar, buscar, frustrarse y seguir. Ser valiente en la búsqueda de lo sensible y arriesgarse.
A veces soy la mano que aprieta, y otras soy la herramienta, hay música que me gusta y hay música que me da nuevos poderes. También ocurre que hay músicas que disfruto interpretar, pero no escuchar, y viceversa. De todas maneras, no puedo dejar de observar y de llevarme algo bueno de cada una de ellas, todas estas experiencias sonoras sirven, te dan algo importante y te interpelan.
APU: ¿Qué es Vuela?
M.M: Vuela es un videodanza dirigido por la bailarina Diana Vignolles y el fotógrafo y filmmaker Franco Quagliardi, quienes me convocaron para componer e interpretar la música de este cortometraje. Vuela es una síntesis de la vida misma y del adentrarse en los procesos creativos, un camino danzado donde la protagonista, al encontrarse con su elemento, logrará volar.
En cuanto a la composición musical, quien lleva la narrativa en muchas de las melodías durante la obra es el “Theremin”, uno de los primeros instrumentos electrónicos y el único instrumento musical que “no se toca”. Esta característica eterófonica, encajaba perfectamente con el concepto del corto. Su particular sonido dio lugar a un horizonte enorme para la creación de melodías ligadas y flotantes.
Para Vuela también recurrí a la toma directa de sonidos originales provenientes de mi entorno. Por ejemplo; las burbujas y crujidos que se escuchan en la intro las logré pulsando un CD y frotando una caña con tanza y resina; presionando un envase de shampoo generé esa rítmica de respiración cansada; usé cacerolas, la tapa de la Essen, chinchines dentro de una bolsa, cadenas sobre tapas, una campana de ganado, un chasquido, el oleaje del mar de villa Gesell…
Me grabé hablando un idioma inventado y corté frases, las di vuelta y armé un collage rítmico cruzado. Así, rodeado de cotidiáfonos, guitarra, Theremin, hardware y software, con el corazón al volante y la mente en el asiento trasero, dejé volar la imaginación.La portada del single es obra del gran, Ilustrador e historietista, Pedro Mancini, un dibujante prolífero y actual, siempre a la vanguardia de su materia. Es un sueño cumplido poder haber contado con su trazo y su sensibilidad pictórica.
APU: La inesperada pandemia obligó a suspender la presentación en vivo del disco y seguramente muchos otros planes. Mirándola desde otro lugar, ¿qué te trajo o qué te inspiró? ¿Qué sumó(en cuanto a lo musical y/o lo personal)?
M.M: Me gustaría decir que el contexto de pandemia dio como resultado un ecosistema ideal para la creación de nuevas melodías y una inspiración inusitada, tal vez, semilla de la creación… pero estaría mintiendo. Si bien La Titu Cusi sigue su viaje a la distancia, sin ensayos y sin encuentros, pero con la encarnada misión de seguir compartiendo y agitando este bello álbum debut, no deja de ser una banda con conciencia de clase musical, y navegar las aguas lodosas del underground no es nada fácil, siempre fuimos sobrevivientes de un mercado que nos elige, nos excluye y nos limita, y esto es exponencial en el marco de esta pandemia mundial. Para crear y plasmar inspiración se necesita del ocio, hablo de la total omisión de la actividad obligatoria. Y el tiempo libre hoy es un lujo.
Lo positivo es que a través de las redes parecería ser que el postigón de la ventana que da a nuestro pujado destino esta un poquito mas abierto, y eso deja entrar un cachito de luz sobre nuestro arte, se huele algo de equidad en cuanto a la distribución de la música y gana terreno lo independiente. La soledad y la angustia muchas veces nos atraviesan de una forma tan pura que el enfoque se vuelve como una lupa a los rayos del sol, nos llena de poder, pero nos obliga a reflexionar. Creo que cualquiera de los dos extremos, el de la tristeza o el de la alegría son terrenos cómodos para sembrar canciones. Para mí, la verdadera hazaña y la búsqueda del tesoro está en el medio.
Un helecho colgando debajo del andén de la estación de Flores, un zorzal bañándose en el agüita turbia del cordón de la calle, las raíces de un árbol que con el tiempo tienen la fuerza de levantar los cimientos de cualquier casa o coloso, son reliquias que andan echadas por ahí gritándole al artista ¡mirá!, mirá la belleza del contraste. Es bueno transitar de todo un poco para un alimento balanceado de la creatividad, pero un virus mortal quizá sea demasiado.
Le dejo un gran saludo a todo el equipo de www.agenciapacourondo.com.ar. Y gracias por permitirme el paso por este bello espacio.
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