Clases presenciales: desde su inicio, se cuadruplicaron los casos de COVID en niños/as y adolescentes
Según los datos oficiales, no quedan dudas del impacto de las clases presenciales sobre el aumento de los contagios. Antes del inicio de las clases presenciales, entre el 17 de febrero y el primero de marzo, según la jurisdicción, se detectaban menos de 3800 casos de COVID-19 por semana en chicos de edad escolar. Esa cifra se multiplicó por cuatro dos meses después: ahora 12500 casos cada 7 días. Esa tendencia a la alza se fue registrando semana a semana. ¿Qué otra explicación puede haber?
En Capital Federal, la situación es un poco peor. Se pasó de 80 casos entre 0 y 9 años en la semana del 18 de febrero a 450 un mes más tarde. Es decir se multiplicó por 5. En la franja de 10 a 19 también se comprobó un aumento similar: de 363 a 1757 en el mismo período de tiempo.
Como era de esperar, ese aumento de casos impactó sobre los hospitales que atienden a chicos y adolescentes. En el Garrahan, por ejemplo, esta semana se reportaron 39 niños, niñas y jóvenes internados, tres en terapia intensiva. Además de otros diez casos sospechosos que esperaban el diagnóstico aislados.
Para desestimar el argumento de aquellos que señalan a la presencialidad como un factor multiplicador de casos, el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta asegura que solo hay 5000 contagios, un porcentaje ínfimo si considera a los 700 mil docentes, alumnos y auxiliares que forman parte de la comunidad educativa. Ahora, 5000 contagios implica alrededor de 310 casos diarios que podrían multiplicarse por varias personas, considerando a los familiares de cada caso (si multiplicamos por 4, una familia tipo, nos daría 1200 casos por día). La segunda ola en CABA implica entre 1500 y 2500 contagios diarios. ¿Nada tienen que ver las clases presenciales?
La evidencia parece ser clara y así lo demuestra la experiencia de casi todos los países del planeta, que decidieron restringir la presencialidad ante el aumento de contagios. En estos días, se conoció un estudio de la prestigiosa revista científica Nature que indica lo mismo: sin aulas, se contribuye en un 73% a la reducción de "R", que es el número que da cuenta de cuánta gente puede contagiar una persona infectada por COVID. Sin quererlo, el propio ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, lo reconoció cuando contó que en su casa sus hijos en edad escolar comen en mesas separadas a los adultos y entre ellos se saludan envueltos en sábanas.