A dos años del gatillo fácil de Ignacio Seijas, el policía acusado continúa en libertad
Por Juan Borges
El próximo 20 de junio se cumplirán dos años del brutal ataque que sufrió el joven Ignacio Seijas a manos del agente del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), Daniel Antonio David, en su casa situada en el barrio de Villa Albertina, partido de Lomas de Zamora. A dos años del caso de gatillo fácil que dejo graves heridas en el joven, la investigación sigue sin tener avances y la Justicia no ha tomado medidas de reparación para la víctima y su familia. En este marco, la familia del joven cuestionó la actuación de la jueza del Juzgado de Garantías n° 5 de Lomas de Zamora, Marisa Salvo. En conversación con AGENCIA PACO URONDO, Marina Candia, madre del joven víctima de gatillo fácil sostuvo: "David Antonio es el efectivo que disparo contra mi hijo y está libre por la calle. Gozando de su salud y de su libertad, además está trabajando. La jueza Marisa Salvo no tomo en cuenta la declaración que hizo mi hijo cuando estaba totalmente ciego (resultado del ataque policial), porque supuestamente no tenía el documento al lado de su cara para mostrar que era él”.
Según informó la familia a este medio la situación procesal se encuentra en el mismo estado en el cual se encontraba el año pasado y no habido avances. En una entrevista con AGENCIA PACO URONDO en junio del 2021, la madre del joven había denunciado: "Lamentablemente no hubo avances en la investigación desde aquel fatal día. Asesorándome con otros profesionales nos dimos cuenta que no hubo peritajes ni ningún tipo de investigación que nos pudiera esclarecer los hechos. Producto de la lucha de nuestra familia y algunos organismos de derechos humanos conseguimos que el policía culpable, Daniel Antonio David, estuviera preso un breve tiempo. Pero lamentablemente la jueza, Marisa Salvo lo dejo en libertad por considerar que eran lesiones leves y no un intento de homicidio como había presentado la querella".
El abogado querellante Eduardo Gómez en una entrevista con AGENCIA PACO URONDO del diciembre del 2020 se refirió a la entonces liberación agente policial: “Fue liberado porque la jueza de garantías, la doctora Marisa Salvo considero que no existen elementos suficientes para que permanezca detenido ni que espere el juicio cumpliendo prisión preventiva. Nosotros consideramos extraña esta actitud porque la defensa coloca una gran cantidad de material probatorio sobre el principal acusado, pero también de los demás policías que realizaron el procedimiento, y los que realizaron el trabajo previo de inteligencia. Hubo fallas desde todos los ámbitos. No están preparados para realizar ese tipo de procedimientos. El acusado plantea que actuó de esa manera porque se encontraba en una situación de amenaza, lo cual es totalmente falso. Nos encontramos con una serie de irregularidades y malos manejos, desde la investigación previa, los policías intervinientes que actuaron con suma impunidad y violencia, por ultimo una jueza de garantías que también realiza una lectura errónea de la situación”
El infierno después de gatillo fácil
Las secuelas que tuvo Ignacio Seijas a raíz del ataque del uniformado no solo son físicas (pérdida de visión), sino también incluye afectación de la salud mental y problemáticas de consumo e intentos de lastimarse a el mismo. A raíz de estos problemas, la madre del joven señala que el joven tuvo que ser internado en una clinica de rehabilitación y la familia tiene dificultades económicas para costear la internación. Según relató la madre en junio del 2021, "luego de los hechos hasta el día de hoy no pudo realizar un tratamiento continuo. Hacia dos o tres meses y dejaba. Se refugió con amigos que no tendría que haber estado y tomaba pastillas y alcohol. La recaída de Nacho se hizo cada vez peor. Hace tres meses logramos ponerle la prótesis del ojo que le faltaba, pero tuvo una discusión con un vecino del padre, llamaron a la policía de la comisaría 7ma de Centenario y estos vinieron se lo llevaron detenido y le dieron una paliza, le golpearon la prótesis, le rompieron la cabeza. Se ensañaron mal con Ignacio otra vez. Desde ahí se volvió una persona insostenible, enfurecido con la vida y con todos nosotros, se lastimaba y lastimaba a su familia".