“Encajado”: cuando el teatro aborda las complejas relaciones familiares
Ya fue, yo me bajo de este tren,
choca contra una pared, ya no me divierte.
(Fabiana Cantilo)
Encajado es una comedia dramática que aborda las relaciones familiares desde una propuesta espacio-temporal realista. El diseño escenográfico, junto con todos los elementos que completan el lenguaje teatral (vestuario, sonido, iluminación) transmiten el universo que comparten como familia, en sus dos vertientes: lo familiar como pasado en común generador de una cultura propia que los contiene y también la vertiente de lo familiar como lugar que los encierra, asfixia y oprime, dificultando que cada uno pueda desplegar su propia subjetividad frente a los demás.
Betina se muda a un monoambiente luego de vender la casa familiar, y sus tres hijos (Laura, Estefanía y Claudio) la ayudan con la mudanza.
La obra transcurre en un escenario repleto de cajas identificadas con marcador negro según su contenido y una baranda frontal representa el balcón. La incomodidad del ambiente con esos objetos entre donde los personajes se mueven con dificultad y también a veces tropiezan, se transmite a los espectadores, junto con una sensación de agobio y caos.
Las cajas están llenas de objetos del pasado, recuerdos que interpelan a los personajes respecto a su presente y posibles futuros. La tensión comienza con la rotura de una taza que era un recuerdo de Betina. Desde allí los hechos se suceden de manera vertiginosa y la intensidad va in crescendo.
Las distintas personalidades de los tres hijos están bien marcadas. Laura cuestiona todo y es agotadora para ella y los demás: “No entiendo cómo la gente se enamora y desenamora tan livianamente”, reflexiona. Tanto ella como Estefanía y Claudio tienen secretos para develar.
Sin embargo, a pesar de las peleas y reproches hay momentos entrañables, como cuando recuerdan el jingle del comercial “Cristal” que Betina protagonizó en su juventud y cantan los cuatro a viva voz. Y también está presente la ternura cuando patea el bebé en la panza de Estefanía y todos se arremolinan para tocarla.
Es para destacar la dirección actoral y el compromiso corporal de los actores que van cambiando el clima desde la comedia hilarante, pasando por la tragicomedia hasta momentos de honda intimidad dramática.
El personaje de Betina provoca carcajadas con su gestualidad y tonos de voz, el espectador puede llegar a odiarla pero después comprenderla. Ella también es una víctima, de un engaño amoroso, de una cultura de años pasados, de los mandatos. “Me tuve que aguantar un montón de cosas de Horacio, dejé de hacer todo por él y por ustedes. Mi carrera, mi vida, mi cuerpo. Voy a empezar de nuevo”, dispara.
En una escena conmovedora Betina se corre del rol de madre y es Betina mujer, las risas del público se congelan en muecas cuando lanza sus preguntas: “¿Qué me devuelve el espejo? ¿Quién mira desde acá y con qué ojos? ¿Las marcas y cicatrices de mi piel cuentan mi historia?
“Si no fuera por amor, no sé si me quedaría”, dice el tema de la Cantilo. Como sucede en muchas familias.
APU dialogó con el director y dramaturgo Damián Travaglia, también actor y Licenciado en Psicología. Se formó en la Escuela de Teatro de Agustín Alezzo y participa de espacios de formación en el Centro Cultural Rojas y en el Sportivo Teatral. Realiza talleres en distintas disciplinas como expresión corporal, clown, canto, rítmica, Teatro Foro, producción teatral y psicodrama.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuándo empezó el proceso de escritura de Encajado y cómo fue el proceso hasta llevarla a escena?
Damián Travaglia: El proceso de escritura empezó en el 2018 , nunca había escrito nada y tuve esta idea en relación a la mudanza que siempre me pareció un espacio muy singular en esto del pasaje entre un lugar y otro, y la mudanza en todos los sentidos que puede tener también, los cambios, la transformación. También venía pensando en relación con los estigmas, las etiquetas que por ahí nos ponen de chicos, en la escuela, casa o familia y cómo eso va comandando los lugares de adultos que ocupamos. Cuando tenía más o menos 15 páginas dije “yo necesito un acompañamiento”, y ahí lo busqué a Patricix Ruiz que es un dramaturgo, iba a su casa cada llevaba el trabajo y lo leíamos juntos, eso durante un año, hasta que la obra quedó escrita a fines de 2018.
En el 2019 busqué el elenco, ensayamos todo el año y a fin de año hicimos dos funciones de preestreno en Fandango. Teníamos fecha de estreno en 2020 y no pudimos por la pandemia, estuvimos ese año por zoom haciendo trabajo de mesa, profundizando en un montón de aspectos, viendo películas y nos pasó que esta cuestión pandémica que fue un obstáculo para todes en un momento se volvió tiempo a favor, porque hoy por hoy nos encontramos con una obra que tiene capas de profundidad y laburo en cada uno de sus rubros. Hace 4 meses que retomamos a ensayar y ya estamos en escena.
APU: ¿Cómo fue la selección de los actores y qué te preocupó destacar en la dirección actoral?
D.T.: El personaje de Estefanía que lo hace Cande Solmesky y el personaje de Laura que es Agustina Aguirre Aulestiarte, son dos amigas actrices con las que he compartido proyectos como actor, ya las tenía en mente cuando estaba escribiendo. En relación al personaje de Betina, me acordé que había visto a Dani Gallotti en una varieté de clown donde ella hacía un personaje que me parecía increíble porque por un lado era muy gracioso pero también transmitía una emocionalidad muy intensa y dije: ¡¿quién es esta mujer, cómo se llama?! Y ahí empecé a buscar el contacto de Dani con amigues que habían participado de ese proyecto de clown, pude conocerla, mostrarle la obra y le gustó. El personaje de Claudio pensaba actuarlo yo porque la obra la iban a dirigir dos amigas; cuando terminé de escribir la obra me animaron a dirigirla, porque en mí ya estaba armado todo un criterio de cómo debía ser la obra. Ahí lo convoqué a Nacho Del Vecchio Ramos que es un actor con el que había compartido elenco en otra obra y en otros espacios de formación, para el personaje de Claudio.
Con respecto a la dirección actoral lo que me generó mucho trabajo y siempre tuve puesto ahí el ojo es que por un lado pudiéramos transmitir este clima de la obra que es una comedia donde las cosas pasan casi compulsivamente, con rapidez e intensidad. Y que por otro lado pudiéramos mostrar algo de lo que les pasa a estos personajes en otro plano más íntimo donde pueden como dejar de lado este subirse a esta moto que tiene la familia frenética y de golpe plantarse y decir algo con mucha verdad y de manera un poco descarnada. Eso fue como un desafío, poder lograr esos climas, no solo desde la puesta sino también actoralmente. Decirles que estén a full, que en esta familia hablan todos a la vez pero de golpe la energía cambia y algo se modifica en el ambiente y en ellos también. Otro desafío es que la obra tiene mucho texto, este texto por momentos está como “encajado”, como que gira en falso, así como la obra que tiene muchas cajas en la escenografía y objetos.
APU: ¿Cuánto de tu mirada como psicólogo hay en esta obra?
D.T.: Cada vez estoy más convencido de que hay algo de todo lo que uno va haciendo, de lo que uno es, de la mirada que tiene con respecto a las cosas, que se manifiesta un poco en todo lo que uno hace. Si bien este rol es completamente distinto a la hora de trabajar con un elenco que ejerciendo como psicólogo, creo que sí, que hay algo de mi mirada y formación como psicólogo que seguramente forma parte del proceso de construcción de los personajes, pensando en la personalidad y en la dinámica que tienen como familia. Creo que es algo que pasa casi inevitablemente, sí soy consciente que el ejercicio a la hora de escribir fue correrse de un lugar psicologizante o muy teórico en relación a lo que le pasaba a los personajes pero creo que igualmente hay algo de mi mirada del mundo que está atravesada por el hecho de que soy psicólogo. Creo que nos vamos volviendo como un pastiche donde tenemos distintas cosas que aportar, y que esas cosas aparecen aunque uno no se de cuenta.
Encajado se presenta los sábados de agosto y septiembre a las 20 horas en el Teatro Fandango, Luis Viale 108, CABA. Entradas por Alternativa Teatral
Ficha técnico/ artística
Elenco: Agustina Aguirre Aulestiarte (Laura), Nacho Del Vecchio Ramos (Claudio), Daniela Gallotti (Betina), Candelaria Solmesky (Estefanía)
Vestuario: Agustina Quiroga González
Escenografía: Ángel Quiroga González - Carolina Martínez Cartier
Música original: Facundo Rissotti
Voces en off: Aimé Correa Bravo, Rocío Monserrat y Carlos Barrozo
Diseño de Iluminación: Miguel Ángel Madrid
Diseño gráfico: Soledad Palacio
Fotografía: María Inés Ghiglione
Prensa: Valeria Franchi
Asistencia de dirección: Santiago Quiroga González
Dramaturgia y dirección: Damián Travaglia
Duración del espectáculo: 70 minutos
Agradecimientos: Patricix Ruiz y Camila Colautti
Redes sociales: Instagram @encajado.laobra
Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.