La disputa por la industrialización del litio argentino

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    Explotación de litio en Argentina

La disputa por la industrialización del litio argentino

07 Diciembre 2024

En este artículo el científico y político Roberto Salvarezza reflexiona sobre la trascendencia que representa para la soberanía del país el manejo de toda la cadena de valor del litio, desde su extracción hasta convertirse en una batería, no sin pasar por las cuestiones ambientales y los acuerdos mínimos necesarios con las comunidades que habitan las regiones de los salares.

Finalizaba el año 2015 y la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) terminaba su mandato con la inauguración de la moderna sede de YPF- Tecnología (Y-TEC), una empresa tecnológica propiedad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) ubicada en la localidad de Berisso, provincia de Buenos Aires. La empresa de energía, de la cual YPF posee el 51% y CONICET el 49%, había sido creada en 2012, algunos meses después de que YPF fuera recuperada para los argentinos.

La nueva sede contaba con 47 laboratorios y 12 plantas piloto en una superficie de 13.000 m2, dotada del más moderno equipamiento en donde trabajarían más de 250 científicos y tecnólogos de YPF y de CONICET. La investigación y el desarrollo tecnológico estaban centrados en gas y petróleo, en particular el no convencional de Vaca Muerta, pero incluida también toda la gama de producción de energía. La puesta en marcha de Y-TEC se producía en un marco inédito para la ciencia argentina luego de 12 años ininterrumpidos de crecimiento, tras haber atravesado las consecuencias nefastas que implementó el proyecto neoliberal de los 90 y que culminó en la crisis del 2001.

En aquel acto, CFK recordó a los científicos presentes el desafío que había planteado años atrás: “Tenemos el litio, ¿porque no producimos las baterías?”. El día de la inauguración, se llevó de recuerdo carbonato de litio y la promesa de avanzar en el desarrollo de tecnología local para la producción de las baterías, tecnología dominada por empresas extranjeras.

El mencionado grupo de científicos se había gestado en los años 70 en laboratorios del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y del CONICET. Ahí trabajaron en el desarrollo de energías alternativas con énfasis en hidrógeno y celdas combustibles.

A principios de la década del 90, parte de este colectivo derivó sus investigaciones hacia el estudio de las baterías, en particular aquellas que se utilizaban en los satélites que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) comenzaba a enviar al espacio. Al crearse Y-TEC, este grupo estableció una estrecha colaboración en el tema baterías de litio, que llevó a varios científicos a trasladarse a los laboratorios de la empresa en Berisso, muy cerca de la sede del INIFTA en La Plata.

Dos años después de aquella inauguración y en otro contexto desfavorable para la ciencia argentina, durante un nuevo período neoliberal encabezado por el gobierno de Mauricio Macri, comenzaba a funcionar en Y-TEC una planta piloto para producir las celdas de las baterías de ion litio. En esa etapa y con el compromiso de los científicos y tecnólogos de Y-TEC se seleccionaron y sintetizaron los materiales activos más convenientes para producir en el país. A su vez comenzaron a producir las primeras celdas experimentales, cuyos cátodos fueron construidos con carbonato de litio, obtenido informalmente de la empresa de capital mayoritario australiano Orocobre, que operaba en la Provincia de Jujuy extrayendo litio del Salar de Olaroz.

Con el cambio de gobierno, a fines de 2019 y nuevamente con CFK como Vicepresidenta, se relanzó el proyecto de producción de celdas con la intención de alcanzar una nueva escala contando con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT) y de YPF. Pablo González, que asumió como presidente de YPF en 2021, impulsó decididamente la incorporación de tecnología en la empresa y la producción de energía renovable donde las baterías de ion litio juegan un papel crucial para almacenar la intermitente energía solar y eólica.

En el año 2021 se inició la construcción de UniLiB, una planta industrial compartida por la UNLP e Y-TEC con el fin de fabricar las celdas que componen las baterías de ion litio en escala industrial, en base al conocimiento previo adquirido en los laboratorios universitarios y en la planta piloto de Y-TEC. Con instalaciones de 1.600 m2 y una capacidad de producción de celdas para almacenar 15 MW h/año esta pequeña planta industrial podía suministrar capacidad de almacenamiento de energía para 2.500 viviendas o bien 300 vehículos eléctricos al año.

Cuando las empresas extranjeras interesadas en extraer el litio de la Puna Argentina tomaron conocimiento del proyecto, que implicaba la posibilidad de industrializar el litio en nuestro país, no tardaron en manifestar su rechazo. En ese momento cerca de 40 empresas, mayormente extranjeras, estaban realizando inversiones, para llevar adelante proyectos que se encontraban en distintas fases de desarrollo.

Se sumaban a los 2 proyectos en producción que tenía Argentina en esos momentos, uno de Livent, empresa americana que operaba desde 1993 en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca y la mencionada Orocobre, quien junto a Toyota y la provincia de Jujuy operaban en el Salar de Olaroz. Ambas producían carbonato de litio que se exportaba en su totalidad con destino final en China, EEUU, Japón y Corea.

El proyecto fue visto como una amenaza por el conjunto de estas empresas, cuyo objetivo inmediato era y sigue siendo llevarse el litio argentino extraído de nuestra Puna bajo la forma de productos químicos de bajo valor agregado, mayormente bajo la forma de carbonato de litio, para finalmente industrializarlo en los países desarrollados.

Industrializar estos compuestos significa transformarlos en los materiales que constituyen los cátodos de las celdas, luego la producción de las celdas, y finalmente las baterías que hoy se utilizan para almacenar energía renovable y movilizar los vehículos eléctricos. El contexto es la transición energética y el objetivo disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Una transición que implica un cambio tecnológico de enormes proporciones, pero también requiere de materiales críticos como el litio o el grafito o estratégicos como el cobre, manganeso, níquel, cobalto, entre otros. La industrialización y el agregado de valor se realiza en los países más industrializados quienes motorizan el cambio tecnológico con políticas activas, las materias primas provienen mayormente de países en vías de desarrollo o de escaso desarrollo. El viejo esquema colonial que se repite una y otra vez en la historia latinoamericana y del mundo.

Durante 2021 y 2023 se publicaron decenas de artículos en los medios de comunicación más importantes de nuestro país y en medios especializados en energía y minería donde supuestos expertos en litio, economistas e inclusive funcionarios del gobierno declaraban públicamente la imposibilidad o la inconveniencia de que Argentina incursionara en la producción de las celdas para las baterías de ion litio desacreditando y desalentando el proyecto de UniLiB.

Entre los argumentos que se esgrimían se escuchaba: “Tenemos litio pero no tenemos ni el níquel ni el cobalto necesario para producir los cátodos de las baterías”, ignorando otros materiales como el litio-hierro-fosfato (LFP), menos contaminantes y más seguros que habían sido seleccionado por los científicos de Y-TEC para la producción de los cátodos en UniLiB. “Si industrializan el carbonato de litio se afectará la capacidad de exportarlo perjudicando el ingreso de divisas y ahuyentando las inversiones mineras”, sin comprender que con solo una fracción mínima de la producción de carbonato de litio que Argentina está desarrollando (se estima llegar a 200.000 toneladas para 2030) se pueden producir cientos de miles de baterías para vehículos eléctricos, con lo cual se puede exportar e industrializar sin inconvenientes. “No tienen la capacidad científico – tecnológica para hacer baterías, mejor dedíquense a ensamblarlas”, argumento desmentido por la propia instalación de la planta de fabricación de las celdas. En realidad, solo eran voces que representaban enormes intereses económicos y geopolíticos que intentaban detener el proyecto.

A partir de 2022 y con las crecientes tensiones geopolíticas entre EEUU y la UE con China y Rusia debido al conflicto de Ucrania, la disputa por el litio de la Puna se profundizó. Se acentuaron las declaraciones de funcionarios extranjeros. La generala Richardson, jefa del comando sur de los EEUU, admitió en una entrevista que el litio argentino era de interés estratégico para su país. También se intensificó el interés de agencias de información económico-financieras internacionales y de las embajadas de países con interés en el litio por conocer detalles y el grado de avance del proyecto argentino de industrializar el litio.

Sin embargo, a pesar de las presiones este proyecto nacido de las capacidades científicas de la universidad pública y del CONICET, pudo avanzar y logró instalar el debate en el ámbito ciudadano y político sobre la importancia de garantizar la soberanía del país sobre el recurso y agregarle valor en su territorio. La visualización de la situación del litio y su discusión pública fue un factor importante para que YPF creara YPF LITIO en junio de 2022 con el objetivo de explorar salares en busca de áreas ricas en este recurso y producir el carbonato de litio necesario para garantizar la industrialización local y participar en la exportación.

También YPF LUZ, segunda empresa en la generación de energía renovable en Argentina, se interesó en las baterías de Y-TEC. La Secretaria de Energía de la Nación comenzó a licitar energía renovable con “almacenamiento”, generando las condiciones para el uso de las baterías en el país. Por otra parte, la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Nación (SAE) comenzó un análisis a fin de dimensionar las posibilidades de la industrialización del litio en Argentina. Los trabajos demostraron lo beneficioso que implicaría para el país el proceso de agregado de valor.

A fines de 2022 la SAE e Y-TEC fueron invitadas a formar parte de la Mesa del Litio, integrada por los Gobernadores de las provincias litíferas: Jujuy, Catamarca y Salta. De acuerdo a la Constitución Nacional, las provincias son las que administran el recurso y por consiguiente quienes concesionan su exploración y explotación a las empresas mineras.

Como consecuencia del debate generado en torno a este tema, Y-TEC pudo, a fines de 2022, adquirir mediante contrato de compra unas pocas toneladas de carbonato de litio catamarqueño a la empresa Livent, que le garantizaba el funcionamiento de la planta durante un año. Se trataba de un hecho significativo: la primera venta por parte de una empresa extranjera del material crítico para la fabricación de los cátodos de las baterías a una empresa argentina para producirlos en el país.

Cabe mencionar que la empresa Livent enfrentaba en esos momentos fuertes críticas por posible subfacturación en la exportación de carbonato de litio.

A comienzos del año 2023 la SAE planteó en la Mesa del Litio la posibilidad de que se promulgará una ley nacional que garantizara la disponibilidad de una fracción del litio total producido en el país para su industrialización, similar a la reglamentación que rige en Chile. La propuesta tuvo una mirada inicial favorable por parte de los gobernadores. De prosperar esta iniciativa se abría un camino no sólo para Y-TEC sino también para otras empresas que desearan industrializar el litio en Argentina asegurándoles una cuota de la materia prima para sintetizar los materiales del cátodo de las baterías.

La respuesta de las empresas mineras no se hizo esperar. A través de una carta enviada a la Mesa del Litio expresaron su disconformidad a la iniciativa que planteaba el Gobierno Nacional. Según ellos, no se necesitaba garantizar la cuota industrializable ya que las empresas por su propia voluntad podrían acordar mediante acuerdos empresa-empresa. La razón detrás de su rechazo era la posibilidad de que la Nación comenzará a interferir en su negocio: proveer del litio necesario a las cadenas de producción de sus países en el hemisferio norte. A su vez iniciaron presiones sobre los gobiernos provinciales de la Mesa del Litio.

La irrupción de YPF en la producción del litio permitía una mirada integral, única en la región: desde el salar a las baterías y de estas a los puntos de recarga de los vehículos eléctricos y al almacenamiento de energía en los parques solares y eólicos de nuestro país. Con una aceptación social mayor que la de las empresas mineras extranjeras por tratarse de una empresa de capital mayoritario estatal que tiene sede e intereses históricos en nuestro país, también aseguraba a través de Y-TEC un desarrollo sostenible del litio en la Puna.

En efecto, conociendo la fragilidad de los ecosistemas en donde se desarrolla la extracción de litio, Y-TEC y el MINCyT impulsaron proyectos de investigación con la participación de investigadores del CONICET y de universidades locales sobre el estudio de la hidrogeología de los salares de nuestra Puna sin cuyo conocimiento no se puede pensar en una producción sostenible de litio.

Conocer cómo la extracción de miles de metros cúbicos de salmueras afecta la cuenca hídrica y la circulación de agua dulce es un desafío aún pendiente y motivo de rechazo o de preocupación para las comunidades que habitan estas zonas y que realizan actividades de agricultura o ganadería en pequeña escala en una región donde el agua es un bien escaso. También se impulsó el estudio para la utilización de otros subproductos de la actividad litífera (compuestos de magnesio, potasio, entre otros) que presentan valor económico y que hoy en Argentina pasan a ser parte de los pasivos ambientales.

Y-TEC trabajó el concepto de que sin licencia social es imposible la producción de litio y que esto implica un diálogo franco y abierto con las comunidades sobre el riesgo y los beneficios que implica esta actividad y la presentación de planes de desarrollo humano, socioeconómicos, de infraestructura educativa y de salud, respetando los intereses, la historia y la cultura de los habitantes del lugar. Con un equipo liderado por una antropóloga de Y-TEC, se confeccionaron las propuestas que permitieron a YPF presentarse para la obtención de áreas para la producción de litio en la Puna.

En paralelo, comenzó el estudio para desarrollar e implementar métodos de extracción directa que permiten reducir en forma drástica el uso del agua, que como mencionamos constituye la mayor preocupación de las comunidades que habitan en una zona. Para ello Y-TEC firmó convenios con prestigiosas universidades del exterior para realizar investigación conjunta en este tema que se sitúa como central para la producción sostenible y eficiente del litio proveniente de las salmueras.

En el plano internacional y con el apoyo de los gobiernos progresistas de Chile Bolivia y México se inició un trabajo de colaboración tecnológica que involucró a CORFO (Chile), YLB (Bolivia) e Y-TEC y posteriormente LITIOMX. CEPAL con el Foro del Litio y la CAF también contribuyeron en forma directa a sostener la importancia de estas iniciativas mediante reuniones de trabajo realizadas en Chile, Bolivia, Argentina y posteriormente México. En todos los casos el agregado de valor al litio latinoamericano en la región y la sostenibilidad de la explotación del recurso se constituyeron como objetivos centrales a alcanzar por los gobiernos de la región.

En un acto realizado el 25 de mayo del 2023, Cristina Kirchner hizo referencia a la disputa por los recursos naturales, la importancia de agregar valor a los mismos mediante su industrialización en el país y la necesidad de tener una mirada estratégica. “Tenemos recursos estratégicos, litio, materiales raros... no pido que hagamos los vehículos eléctricos aquí, pero al menos hagamos una parte de las baterías o la batería entera”. A su vez criticó la mirada colonial de algunos funcionarios en Argentina que celebraban las iniciativas de Chile y Bolivia de mayor participación del Estado en regular la producción y promover el agregado de valor al litio en esos países porque según ellos “esas iniciativas atraerían más inversiones a la Argentina”. Clara referencia a una sorda disputa de intereses que seguía sin resolverse.

El 4 de diciembre de 2023 se realizó en Buenos Aires el Seminario Europeo sobre “La Cadena de valor del Litio: Oportunidades y desafíos”. El encuentro contó con la presencia de la mayoría de las empresas mineras que llevan adelante proyectos de extracción de litio en nuestro país. En el mismo, Y-TEC fue invitada a presentar su proyecto de industrialización de litio para producir LFP que buscaba socios internacionales para alcanzar una producción de escala.

En la apertura del seminario, el Director de la Unión Europea para América Latina y el Caribe expresó: “¿Somos capaces de pensar un plan productivo e inclusivo? No es take the lithium and run (tomar el litio y huir). Debemos pensar algo más. Es el objetivo de Europa y América Latina. No quieren ser proveedores de materias primas solamente”. La frase incomodó al sector empresario y generó un tenso debate. Ese mismo día, al finalizar la reunión, Y-TEC firmó un acuerdo para avanzar en un posible proyecto de producción de LFP en el país con socios europeos. Hasta aquí se había llegado. Pocos días después asumiría en Argentina como presidente Javier Milei.

La llegada del gobierno del autodenominado anarcocapitalismo clausura el futuro de un proyecto integral del litio para Argentina. El modelo que se instala consiste en configurar nuestro país como una simple plataforma de provisión de materias primas al mundo a través de un RIGI que otorga beneficios desmesurados a las empresas que los exploten y exporten a los países industrializados.

En esa dirección YPF LITIO e Y-TEC no dan señales de avanzar con el proyecto litio. En los medios se menciona que YPF avanzaría en la venta de la primera. Si se concretara implicaría un enorme retroceso en la posibilidad de la industrialización del litio en nuestro país al cortar la posibilidad de acceder al recurso base. Una decisión a la medida de los intereses mineros que sin duda profundizará la entrega y el saqueo de nuestros recursos que lleva adelante el gobierno de Javier Milei.

* El autor es Exministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, exdiputado nacional, expresidente de CONICET, Investigador Superior de CONICET. Actual presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires.