Apuntes sobre Argentina y la soberanía tecnológica

El siglo XXI nos plantea importantes desafíos en torno al crecimiento demográfico, al cambio climático, a las nuevas formas de trabajo y a los avances tecnológicos. En este último haremos hincapié, otorgándole el mismo grado de importancia que merece la soberanía alimentaria.

El término soberanía, tiene un sentido dinámico, que no hace referencia únicamente a la territorialidad y que además implica varias dimensiones que a su vez se pueden complejizar, siendo alguna de ellas la soberanía alimentaria, la soberanía energética, la soberanía marítima, la soberanía cultural, la soberanía espacial y la que nos convoca en este artículo, la soberanía tecnológica, a mi entender, el pilar de la cuarta revolución industrial, que tendría como necesidad imperiosa el desarrollo de modelos que resguarden la autonomía de nuestros territorios y que promuevan y faciliten el pleno control, por parte de los estados, tanto en los procesos administrativos como en aquellos mecanismos que generan, transmiten y circulan determinados datos a la población.

Actualmente, los datos que recopilan las tecnologías son una fuente de poder para las naciones. Allí se encuentra la idiosincrasia de un pueblo. Es a través de las tecnologías que se ejerce su control, y por qué no también, su dominación: Controlar la información implica influenciar y controlar a las masas, controlar a los Estados, sus economías y su soberanía para modificar los resultados según las ambiciones del mecanismo de poder. El manejo de la tecnología será lo que determinara el potencial de un país a futuro.

En américa latina ha habido importantes avances de la mano de gobiernos progresistas y peronista (en el caso de Argentina) que apuntaron a mejorar la cantidad de recursos destinados al sector tecnológico y su avance. Entre 2004 y 2014 países como Argentina, México y Brasil duplicaron su inversión. Algunas de estas inversiones obedecen a proyectos de ingeniería de alta complejidad como son el AR-SAT, producción y fabricación de satélites argentinos, y el satélite Simón Bolívar en Venezuela, otorgando un gran margen de soberanía tecnológica en lo tele comunicacional. Desarrollaron programas como el “Conectar Igualdad”, donde se achicó la brecha tecnológica en educación y otros programas que han reducido la asimetría digital en distintos países de Latinoamérica. Por otro lado, Argentina ha desarrollado una política de repatriación de científicos llamada “RAICES”, para fomentar y potenciar su soberanía tecnológica y científica. Asimismo, Argentina ha desarrollado una sólida investigación en áreas como biomedicina, física y ciencias agrarias, como así también, se desarrollan programas de informática (software), nanotecnología, biotecnología y tecnología nuclear. Dichas inversiones de parte del estado, denotan el posicionamiento frente al avance tecnológico y la intención y capacidad de nuestro país, puesto que cuenta con planificación, investigación, desarrollo y ejecución en tecnología, una inversión en futuro.

Si bien, el campo de la tecnología es liderado por China y EEUU, estos países continúan invirtiendo en desarrollos tecnológicos para seguir expandiendo sus mercados por el mundo. En este sentido, debemos ser estratégicos a la hora de generar alianzas con estos grandes productores ya que, de lo contrario, corremos el riesgo de depender de ellos (si es que ya no lo estamos) y dicha dependencia tecnológica podría generar conflictos en la defensa y soberanía de cada país. Para poder atenuar esta dependencia, considero que los gobiernos deberían participar activamente en el diseño, gestión y supervisión de la construcción de la red tecnológica actual, la que no debe ser considerada tan solo como un mero aspecto técnico de relación directa con los derechos y obligaciones que de ella dependen, sino que debemos pensar el aspecto técnico desde una mirada holística. De esta manera, la participación en dicha construcción debería formar parte de las demás políticas públicas que lleva adelante un estado.

Aplicando esta perspectiva al bloque latinoamericano, posiblemente encontremos dificultades a la hora de pensar la unidad tecnológica, ya que estamos desarrollando y/o negociando individualmente con los grandes líderes de la tecnología, debido a que probablemente los gobiernos locales aún se encuentren en una fase preliminar en cuestiones de tecnología. De este modo, será clave promover agendas en temas de infraestructura tecnológica en conjunto y articuladamente desde Latinoamérica para lograr una profundización en la independencia de control y dominio de datos y administración de las telecomunicaciones. Un ejemplo de esto fue en el año 2005 con la creación de la emisora TeleSURtv en Venezuela en manos del ex Presidente Hugo Chavez, una iniciativa integracionista enfocada en el área noticiera e informativa para el continente americano con unidad e identidad frente a las grandes cadenas y corporaciones informativas. Tomar como ejemplo de integración regional la iniciativa de TeleSUR para replicarla en la tecnología satelital, de internet, de software, puede ser uno de los caminos a desarrollar como política de bloque.

La carrera tecnológica comenzó hace algunos años, la disputa por el liderazgo del 5G y 6G se encuentra en pleno auge. Latinoamérica todavía se encuentra restructurándose frente a la tecnología, siendo posiblemente esta condición desigual lo que nos motive a unir las capacidades, conocimientos y logros que cada país obtuvo individualmente en estos años para así lograr potenciar e intercambiar los conocimientos y desarrollos entre los países del bloque Latinoamericano unificadamente.

La Revolución tecnológica pone en pugna el control de datos de una sociedad. Ante esta situación, la defensa debe disputarse en lo terrestre, lo marítimo y en lo espacial, debemos preguntarnos y reflexionar acerca de este nuevo desafío, sobre cuál será el control que debe o puede tener un estado sobre la red Nacional, repensar de qué manera podemos lograr una independencia tecnológica, analizar cuál es el alcance de los organismos de defensa que plantea el 5G-6G y que tipo de relaciones debemos profundizar. Estas estrategias nos permitirán proyectarnos en un futuro que se viene gestando hace algunos años. El desarrollo tecnológico latinoamericano está surgiendo, por lo que es primordial y previsor anticiparnos a sus efectos.

* Desde 2018, la autora es Congresal Nacional del Partido Justicialista, Lleva adelante junto a otras referentes del municipio de Ituzaingo, el ciclo “Mujeres que hicieron historia”.