Silvio Payaslian: "Si los resultados son satisfactorios, las vacunas estarían alrededor del mes de noviembre"
Por Martin Massad y Juan Cruz Guido
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo está la situación sanitaria del COVID- 19 en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en la clínica Zabala que dirige?
Silvio Payaslian: La situación es muy compleja porque observamos que los distintos indicadores de contagios en distintos distritos del país vienen en aumento. Lo mismo sucede con los indicadores de ocupación de camas que también vienen subiendo paulatinamente en las últimas semanas.
Notamos cierta saturación por parte de la sociedad para cumplir con las medidas elementales de aislamiento. Vemos que hay mucho relajamiento en la sociedad, que hay sectores que dejar de cuidarse y cuidar al prójimo. Esto hace que el combo sea extremadamente peligroso. Son muy preocupantes los números que tenemos en el AMBA. En algunas provincias que tuvieron un descenso notable y ahora volvieron a repicar como Jujuy o Córdoba, que vienen en aumento franco en las últimas semanas.
El dato más preocupante para nosotros son las camas de ocupación de terapia intensiva porque son camas muy difíciles de generar y las más críticas. También donde se puede llegar a provocar la complicación de los pacientes que requieren de su uso. Es decir, la falta de disponibilidad de esa cama lleva al paciente y al equipo de salud tratante a una situación muy compleja.
En la zona de CABA, en conjunto con la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), se realiza un relevamiento diario y dos muestreos semanales. De este muestreo participamos 28 hospitales y clínicas, 20 del ámbito privado y 8 del ámbito público, abarcando 583 camas de terapia intensiva.
El porcentaje de ocupación de estas 583 camas de terapia intensivas, al 4 de agosto, era de un 87% en promedio de ocupación, siendo específicamente el 91% en hospitales públicos y el 85% en el ámbito privado.
Más de la mitad de la ocupación refiere a pacientes con patología COVID- 19, de los cuales dos tercios están con respirador mecánico. Sabemos que cada paciente requiere una asistencia respiratoria mecánica sumamente prolongada, alrededor de 15 a 20 días. Esta es una característica distintiva del Coronavirus que hace muy crítica la situación de los cuidados intensivos. Cabe aclarar que si bien aún el sistema no está saturado, no sabemos a dónde vamos a llegar si la situación sigue por este camino.
APU: ¿Cómo es la situación sanitaria en la clínica Zabala, perteneciente a Swiss Medical?
S. P.: En este momento nuestra situación en la clínica Zabala es bastante similar a la que mencioné, es decir, las camas de terapia intensiva están entre el 80 y el 85% de ocupación, aunque es muy dinámico.
Swiss Medical, en sus cinco sanatorios ubicados en el AMBA, ha trabajado desde febrero tratando de generar nuevas camas de terapia intensiva en lugares donde antes se desarrollaban otras prestaciones médicas. Gracias a esto hemos tenido un poco de elasticidad, aunque hubo momentos de ocupación de camas de internación casi límite. Otra acción importante para alivianar fue la modificación de los protocolos de manejo de los pacientes, que han desarrollado tanto Nación como CABA, desde hace 15 días hacia atrás. Esto permitió manejar los pacientes con patologías más leves en domicilio, con seguimiento telefónico diario y una estructura médica y organizativa detrás para que sean adecuadamente controlados por cualquier complicación.
APU: ¿Que implicancia ocasiona la presencia de pacientes que cursan la enfermedad de COVID- 19 de manera asintomática en la pandemia en Argentina?
S. P.: Este virus tiene un enorme porcentaje de pacientes asintomáticos. No se sabe todavía el número exacto, pero se calcula aproximadamente que, de cada 100 contagiados, 70 van a ser asintomáticos. La pregunta que aparece, entonces, es: ¿hay que ir a buscar a todos los asintomáticos y testearlos? Esa respuesta todavía no está saldada. Lo que sí sabemos certeramente es que en los lugares donde empieza a contagiarse gente rápidamente de forma sintomática, el testeo del resto de la población más cercana, familias y barrios, tendría cierto beneficio en el freno de la contagiosidad del virus hacia otras zonas. No tenemos claridad sobre el testo asintomático masivo y la utilidad que esto tiene.
Por otro lado, estos pacientes asintomáticos, ¿contagian igual que los pacientes sintomáticos? Al parecer, no contagian con la misma intensidad. Son pacientes que tienen una replicación viral a menor velocidad, más controlada por el sistema inmunológico y es probable que tengan menor posibilidad de contagio que los pacientes sintomáticos. Todavía estamos aprendiendo y tendremos más información en los próximos meses, como también tenemos mucha incertidumbre sobre los tratamientos que se están desarrollando en el mundo.
Hoy en día no hay una cura para el COVID- 19, únicamente existen algunos medicamentos que disminuyen la mortalidad, pero no curan la enfermedad. Hay medicamentos que disminuyen la tasa de pacientes que ingresan a respiración mecánica y otros que acortan la estadía hospitalaria, pero el tratamiento para la cura de este virus no existe aún.
APU: ¿Cómo se encuentra el personal de salud, teniendo en cuenta que son los más expuestos al contagio?
S. P.: En primer lugar, el porcentaje de personal de salud afectado por la pandemia en Argentina está más cercano al 10%, lo cual es un número muy alto. Por lo tanto, la tasa de contagiosidad de este virus hace que todo el personal de salud que esté expuesto al mismo pueda contagiarse en algún momento.
Otro aspecto es el nivel de agotamiento, saturación y cansancio que muestra el personal de salud en todos los ámbitos. En conversación con directores médicos, jefes de servicio de muchos hospitales y clínicas de Capital Federal y Gran Buenos Aires, todos tenemos la misma preocupación y notamos un nivel de saturación mental y física del personal que es sumamente preocupante. Desde que empezó la pandemia, aproximadamente desde febrero, nos estamos preparando para atender a los pacientes con COVID- 19.
Literalmente hemos dado vueltas clínicas y sanatorios, modificando todos los circuitos operativos, generando capacitaciones innumerables para que el personal de salud realice una atención segura para ellos mismos. La realidad es que hace seis meses que el personal de salud no tiene descanso, entonces esto está impactando en todos los sistemas de salud del mundo. En relación a esto último, estamos tratando de establecer un conjunto de estrategias para aliviar, dentro de lo posible, la carga de trabajo, por ejemplo: horas rotativas, ciertos francos, contención por parte de equipo de psicopatología, etc., porque más allá de la cantidad de contagiados que existe, está también la preocupación por la cantidad de personal agotado.
APU: ¿Existen actualmente indicios de la vacuna?
S. P.: Respecto a la vacuna, tenemos la suerte en Argentina de que un gran laboratorio ha venido a hacer el ensayo en unión con una fundación. Swiss Medical ha colaborado haciendo una convocatoria interna de voluntarios y ya 800 empleados se anotaron para participar este ensayo.
Este proceso ya se inició y ahora se está haciendo el reclutamiento de todos los voluntarios que van a participar. La expectativa es que el ensayo se desarrolle durante agosto y septiembre con dos dosis de la vacuna. A esto se lo llama “ensayo controlado doble ciego contra placebo”, esto significa que a un grupo se le da la vacuna, a otra rama se le da placebo, y ni uno ni otra saben lo que le están dando. Después de un tiempo, se inicia el período de evaluación del desarrollo de anticuerpos y los efectos adversos de las dos ramas para determinar el nivel de eficacia y seguridad de la vacuna.
Si los resultados son satisfactorios, las vacunas estarían alrededor del mes de noviembre y, posiblemente, para fin de año se puede empezar a vacunar primero a los grupos de riesgo como personal de salud, los mayores, las fuerzas de seguridad, mientras que en el primer semestre del año que viene podría empezarse la vacunación general para la población.