Cristian Caretti: de los orígenes de la UES a la Resistencia Montonera
Por Roberto Baschetti
Nacido el 17 de abril de 1954 en Capital Federal. “El Gringo” era un líder natural de los estudiantes secundarios, dueño de un carisma único. Empezó a militar en el centro de estudiantes del colegio “Nicolás Avellaneda”.
Fundador de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y militante montonero, cae en combate contra la dictadura militar el 14 de septiembre de 1976, en Paraná y Av. Maipú, localidad de Martínez, cuando a las 8 de la mañana, con otros compañeros esperaba el paso de un ejecutivo norteamericano de la firma textil Sudamtex.
También cultivaba la poesía. Para escribirla usaba el seudónimo de Ernesto Garner; Ernesto por el “Che”; Gar por García Lorca y Ner por Neruda. En una parte de su homenaje poético a Evita exclama: “Te queremos desde un puño estallando, desde los balcones divididos de la plaza tan tristes, tan vacíos...”; quizá como una alegoría recordando cuando él y tantos otros jóvenes nos fuimos –nadie nos echó- de esa misma plaza en desacuerdo con la política implementada por Perón, un 1° de mayo de 1974.
Sobre él memoró, su compañero en Montoneros, Yuyo Rubino: “Valiente hasta el exceso, solidario, crítico, original; con pensamiento propio que lo llevaba a cuestionarlo todo permanentemente. También un tipo sensible, capaz de escribir una poesía a un amigo dolorido, un rato antes de salir a jugarse la vida. ‘El Tano’ ó ‘El Gringo’ Caretti era así: querido por los compañeros y adorado por las compañeras. Dejó a su querida Cecilia y a un hijo que esperaba con entusiasmo y al que no llegó a ver nacer. También nos dejó muy solos a los demás. Mi mejor amigo en esa época, y el de muchos otros que sabían que podían contar siempre con él. El ‘Gordo Agustín’ –Miguel Lizaso- lo había rescatado de un hospital de Mar del Plata, adonde estaba detenido y con custodia por una pelea política en una playa. Tenía un balazo calibre 22 en el estómago. El Gordo y una compañera se presentaron disfrazados de médicos, armados por si acaso, y se lo llevaron en una ambulancia a un quirófano nuestro”.
En el año 2005 conocí a su hermana menor, Teresa, que volvía a la Argentina luego de una largo exilio familiar de 29 años; estaba buscando datos sobre su hermano para escribir algo. Admirando sus ojos claros, digo, recuperé en un instante, aquella mirada profunda y soñadora de Cristián que movía a creer en las causas justas hasta la victoria final y definitiva, que sin duda alguna vez lograremos.
Hoy en día una baldosa con su nombre está cementada en Uriarte 2269/71, ex domicilio familiar donde él nació. Fue colocada el 14 de julio de 2007.