Editorial Mutanta presenta “Frente al mar, al final del invierno”, de Sol Narvaez

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    Sol Narvaez
    Foto: Maine Hermo
POESÍA Y TRANSFEMINISMO

Editorial Mutanta presenta “Frente al mar, al final del invierno”, de Sol Narvaez

16 Abril 2023

El viernes 21 de abril a las 20 horas se presenta Frente al mar, al final del invierno, de Sol Narvaez, en Cooperativa Cultural Qi, Thames 240, CABA.

Sol Narvaez es poeta, músicx, docente, gestorx cultural. Publicó unos días en el río Uruguay, en 2018 a través de la editorial Alción (Córdoba, Argentina), y Frente al mar, al final del invierno, en 2023 con editorial Mutanta (Buenos Aires, Argentina). Participó en antologías de poesía como 100 poemas sobre ríos, 100 poetas argentinxs (Proyecto Camalote, 2021), Alguien muerde el extremo de su nombre: poemas lesbianos de salida del clóset (Elemento Disruptivo, 2022) y en Antología de poetas argentinas 1981-2000 (Ediciones del Dock).

Frente al mar, al final del invierno nos invita a ingresar en un tiempo histórico cuyo punto focal es el 2001. La precariedad de finales de los 90, el estallido social, la devaluación de la experiencia son ancladas desde una voz que faltaba reconstruir: la de la infancia, niñxs y adolescentes que expectantes modifican ritos y aprendizajes pulverizados de antemano. Los paisajes nos colocan en marcos precisos cuya atmósfera va dejando huellas de historias mínimas enlazadas que irán dotándose de sentido, iluminando frente a la inmensidad de la pérdida. 

Como una respuesta a la exclusión, a lo que Agamben ha llamado la nuda vida, aquella vida que frente a los ojos de los excluyentes puede ser sacrificada impunemente; en Frente al mar, al final del invierno la poesía va tomando cuerpo, en la irrupción polifónica de lxs sujetxs protagonistas de ese tiempo dado, apenas marcado por un cambio tipográfico en el interior de los poemas. Diálogos, cartas, canciones permiten el ingreso de esas otras voces que conviven con hermosa fluidez con el yo poético.

"La precariedad de finales de los 90, el estallido social, la devaluación de la experiencia social son ancladas desde una voz que faltaba reconstruir, la de la infancia".

Contar aquí es reconstruir, iluminar, dotar de sentido las experiencias colectivas de la precariedad para que vayan tomando mayor afectividad. Frente a las inclemencias de la vida cotidiana, el entorno anida delicias de la naturaleza, el mar, los jardines del conurbano, el delta y el río, que son compartidos amorosamente por mujeres. Mujeres amigas, amantes, madres, abuelas que cuidan, proveen de ternura y de sostén.

El libro se estructura en cuatro partes, cuyos conjuntos de poemas solo son delimitados por la temática, en la que se destaca el ritmo y estilo narrativo de las experiencias afectivas. La ilustración de tapa tiene que ver con esta complicidad. Según palabras de la autora: “La imagen que invocamos con Nele (Urbanowicz) es sentadas en el muelle, dos pares de piernitas en el agua, llenando el espacio de la quietud, donde se da el compartir, donde se da el mate, donde se da el disfrute”.

El tránsito de la fragilidad que se siente frente a lo ominoso y otro comienzo, es uno de los tópicos determinado en el título que puede anclarse en Frente al mar al final, del invierno. Uno de los hilos rojos, que nos cuenta Sol Narvaez, transforma a la Editorial Mutanta en refugio afectivo: La debilidad que puede sentirse frente a la muerte, a la pérdida de una amiga, cuyo aniversario coincide con el final del invierno y con el momento en que puso su nombre al libro. Homenajeando, en este reconocimiento, a sus amigas del alma.

era el 2001

y pasaban demasiadas cosas:

ebullición de antros, fanzines

banditas under

y tu mamá se quedaba afuera

y tu mamá se reventaba cuando lograba

poner un pie en el mundo

 

una noche en ramos mejía

quiso pegarme

era su cumpleaños, estaba borrachísima

al final vomitó y su bronca quedó en el olvido

 

era el 2001

vos naciste:

un estallido sobre otro

estallido

 

 

la primera chica

con la que estuve

una vez cocinó en casa

notó que yo no tenía

cuchilla

no es posible, toda mujer

debería tener una

 

y esa misma tarde me llevó

a un bazar en la avenida

pero a mí me daban igual

no sabía darme cuenta

así que miré de reojo mientras ella

raspaba la parte afilada

con la yema del pulgar

haciendo un sonido

como el batir de alas

de un insecto

por fin se decidió

por una de cerámica

con mango rojo

 

ahora, cada vez que agarro

el mango

recuerdo a esa chica

le agradezco

porque mi cuchilla

mezcla flor tsubaki

y samurái

afilada

no duerme

en ningún cajón

 

Instagram de Sol Narvaez: https://www.instagram.com/solnarvaez_/

Editorial Mutanta: https://www.editorialmutanta.com.ar/

*Por decisión de la autora, el artículo contiene lenguaje inclusivo.