“El sentirse actor, artista ya es un compromiso hasta político”
Por Yael Crivisqui (desde Córdoba)
Martin Gaetán es uno de esos actores con los pies en el lodo de la realidad y la escena; tipo que delimita el camino entre el personaje y la persona. Euge Hadandoniou es una de las proezas del teatro independiente cordobés. Actriz, guionista y directora. Ambos defienden fervientemente el teatro que nos deja ser o no ser, según queramos. En la actualidad son parte, Martín encarnando a Hamlet y Eugenia como directora, de una las tantas obras que en Córdoba buscan la trascendencia a través del teatro de grupo, la puesta escénica pero también la vocación y el amor por la profesión. “Ser o no Ser Hamlet”, obra clásica que sin embargo propone una adaptación a la actualidad, de la cual nadie puede escapar.
La obra
APU: “Ser o no ser Hamlet” es una de las obras del teatro independiente de Córdoba que tuvo una crítica positiva desde que estrenó. En ese sentido, ¿qué es lo desafiante de la obra?
Euge Hadandoniou: La obra propone una multiplicidad de lenguajes que se unen en una misma puesta, hay una comunicación fluida entre esos lenguajes; además de que es un texto conocido, Hamlet, pero al ser una nueva versión, una revisión, la manera en que se toma es lo que llama la atención. Siempre los clásicos tienden a atrapar al público y todos esperan ver cómo lo vas a desarrollar. Desde que se estrenó la obra ha tenido una relación entre el grupo que trabaja en escena y lo que la sociedad ve, o sea, tiene una relación directa con muchas aristas que nos pueden interesar a todos o que te llegan directamente como persona.
La obra tiene una puesta muy interesante y que no se acostumbra a ver en Córdoba. Se ve plasmado el trabajo. Hay muchos códigos.
Martin Gaetán: Además, el ritmo que tiene la obra. Es una clásico que si llevase el ritmo original tendría una duración de 6 horas; está bien, nosotros no lo estamos haciendo tal cual, sino más bien como una visión o lo abordamos desde un lugar. Pero toda la tragedia está contada con un ritmo bastante vertiginoso que tiene que ver con armonías actuales. Han ido a ver la obra desde adolescentes hasta adultos, de hecho gente que no es del teatro, público difícil.
El teatro siempre plantea como una convención de público, hay una serie de prejuicios aún; no hay una aceptación del todo de los códigos del teatro y sin embargo acá nos pasó lo contrario. Creo que este quiebre se está dando porque se planteó una historia muy consistente, clásica pero adaptada a la actualidad. Tenemos una visión bastante contemporánea. Además que no vas a ver la costura de los códigos que planteamos porque está todo muy bien trabajado. No vas a ver nada fragmentado, está todo interlineado, compacto, para que no se vuelva pesado para el público.
Shakespeare, el espectáculo y la realidad.
APU: A veces se suele pensar que Shakespeare es la línea más tradicional del teatro, pero, a la vez, sus textos no dejan de ser atemporales. ¿Es por eso qué se pueden hacer tantas adaptaciones según la época?
Euge Hadandoniou: Totalmente, y además no solo por la temática que trata que es bastante universal, sino también las situaciones que plantea Shakespeare, los personajes, que leyéndolos con profundidad, no tienen una sola cara; entonces eso permite otras lecturas. Pero hay que investigar, porque algunas traducciones son más herméticas que otras; cuando llegas bien a algunas es darte cuenta que te está hablando directamente. La dificultad y la manera en la que se fue llegando al verso, la contemporaneidad fue natural. Shakespeare, más allá, de ser universal, rompió con muchas estructuras de su época, del momento. Por ejemplo, en Hamlet habla sobre el teatro pero, a su vez, hace un meta-teatro hace ya 400 años. En síntesis, Shakespeare está entre lo universal y el quiebre.
APU: Anteriormente hablaban de que tienen una puesta escénica fuerte, que es lo que por lo general permite crear un vínculo con el espectador. Salvando las distancias y llevándolo más al lente mediático del espectáculo en la pantalla chica, ¿podemos trazar un paralelismo entre la tensión que genera la realidad que desde allí se crea, que se fabrica y la que el espectador está eligiendo consumir? Hay mucho de Ser o no Ser en eso.
Euge Hadandoniou: Exactamente, nosotros trabajamos mucho ficción y realidad, o qué nos muestran y qué no. La obra muestra mucho eso, está armado, a su vez, un teatro de la situación y lo que se muestra en la pantalla que tenemos es solo ese recorte; que puede ser por momentos poético o puede ser la falsedad. Trabajamos sobre todo con las pantallas porque estamos frente a ellas cotidianamente. La realidad que manejan algunos poderosos tiene que ver con esto, Hamlet es el poder, entonces la idea nuestra es: actores atrapados, músicos y camarógrafos manipulando la realidad.
APU: Entonces, el espectador está tomando una posición, está eligiendo ver lo que le están vendiendo del otro lado…
Martin Gaetán: Claro, y eso se nota mucho porque a veces el actor está haciendo una cosa, pero la filmación te está mostrando a vos como espectador solo las caras en vez de de los cuerpos completos. Es interesante desde ese lugar.
APU: Hay mucha entrelínea, tanto en la obra, como en la realidad…
Martin Gaetán: Sí. Vos lees un clásico y te habla de muchos aspectos, pero hay directores que eligen mostrar la parte más superficial del texto. Shakespeare escribió todo un dilema existencialista en pleno cambio de era, el mismo cambio de época que estamos teniendo en la actualidad. Entonces, hay una reactualización constante porque son los cuestionamientos que tenemos todos. El hombre hasta que no trascienda se va a seguir cuestionando sobre la muerte, el poder, sobre el amor. Shakespeare hablaba sobre una multiplicidad de cuestiones, pero si vos elegís solo una parte, estas menospreciando a quien escribió, porque la cosa es mucho más basta, profunda, desde lo simbólico hasta la correspondencia con la actualidad.
Rupturas artísticas, políticas culturales y la hegemonía dramatúrgica.
APU: Yendo un poco más al teatro argentino. Leónidas Barletta, emblema del movimiento teatral independiente de nuestro país, en uno de sus tantos escritos sobre el quehacer teatral dice: “Puedo hacer de Ud. un actor pero solo de Ud. depende llegar a ser artista”. ¿Adhieren?
Euge Hadandoniou: Claro, es interesante porque te podes subir a un escenario y ya sos actor, sin menospreciar, pero el ser artista es una forma de vida, una profesión. Tampoco se tratar de ser iluminados, no creo en eso, cada persona tiene talento en diferentes cosas. Dedicarse también es poder ser artista. Animarse, arriesgarse.
Hay mucha gente haciendo cosas muy buenas en Córdoba, pero los que son “irreverentes” son los que encuentran la beta.
Martin Gaetán: Sí, coincido. Hay que replantearse muchos modos de hacer, porque pasa por el lado de lo que queres hacer y como lo vas a lograr, tenes que arriesgar. Acá pasa mucho de que digan: no se puede, eso es para otras producciones, no es para Córdoba es para Buenos Aires el caballito de batalla. Estamos hartos de eso, si vos te propones algo no pares hasta conseguirlo. Hay que animarse a crecer en el fracaso y en el error. Todos estos procesos de búsqueda son frustrantes, claro, pero es hasta que llegues. Ahí está la diferencia en esto que vos nos planteas, hay mucha gente que actúa pero pocos actores. El sentirse ser actor, ser artista ya es un compromiso hasta político con la humanidad; ahí está tu guerra propia, en decir: yo voy a conquistar, yo voy a lograr. Aun sabiendo que vivís en esta ciudad donde no te lo van a sustentar, pero así mismo se puede. Pese a que haya una cultura del conformismo de que hacemos todo por dos mangos, de lo cual yo estoy muy en desacuerdo ya que creo que acá hay mucha creatividad pero hay que despertarla, es la única forma de que funcione, de que estalle. Así se van a ir generando los medios y recursos materiales.
Las pseudo políticas culturales que tenemos en Córdoba son un chiste. Es como dar dádivas a los “artistas hippies” y eso genera, esas políticas, que el teatro quede enfrascado en una mediocridad. Entonces, la guerra del artista está encausada en hacer lo que quiero con los medios que tengo, cosa que te va a llevar a no dormir, trabajar muchísimo y no ganar más que un aplauso. Es una guerra sucia, donde el esfuerzo es el triple y muchas veces va a pasar que la gente no te lo va a reconocer. Todavía está instalado eso de que la pasamos bien porque hacemos teatro y no es así.
Euge Hadandoniou: Esto no quiere decir que en todos lados haya arte, pero está en cómo se capta y cómo vas a mostrar lo que queres hacer. Ahí radica la diferencia, el quiebre.
APU: A propósito de rupturas artísticas, Barletta, independencia en el teatro y los artistas inquietos: ¿Existe aún hoy una hegemonía en el mundo de la dramaturgia argentina?
Euge Hadandoniou: Y sí… o sea, ha cambiado bastante en algunas cuestiones del cómo se generan nuevas voces. La hegemonía quizá esté más marcada, me parece, en Buenos Aires donde está más reconocido el autor. Acá está muy fuerte el teatro de grupo y siempre lo estuvo. Si bien está más marcada la división entre quienes dirigen o escriben, por dar un ejemplo, la cosa fue mejorando. Sí, se puede ver mucho más fuerte la inequidad en los medios, hay quienes llegan a ellos más que otros. Ahí tenemos que trabajar más los que hacemos teatro.
Martin Gaetán: Se trata de la legitimación. Los medios de difusión te legitiman, a partir de ahí cualquier cosa que hagas puede ser avalada, o no. Pero hay mucha gente que trabaja en el arte que no tiene esa “suerte”, a los que nunca se les presta atención. Más allá de que le guste o no al crítico lo que haces, pasa por una cuestión de difusión. Acá en Córdoba necesitamos público.
Euge Hadandoniou: Con el tiempo te vas dando cuenta de cómo vincularte con los medios, pero es todo un trabajo. Cuando trabajas independientemente, la llegada al público que nos gustaría tener con distintos sectores sociales es lo que todavía nos falta trabajar más. Por ejemplo, nos todos los vecinos en los barrios saben que hay salas de teatro donde viven, entonces te das cuenta que es un trabajo que tenemos que hacer todos, los que hacemos teatro, los dueños de la salas, etc. para poder crear los lazos con la sociedad en su conjunto.
Martin Gaetán: Hay que crear nexos. En vez de largar tanta energía en quejarnos, hay que buscar las formas de regular la sustentabilidad de las obras. Dicen que los teatreros independientes hacen teatro para ellos mismos, y son opiniones banales mal fundadas. Al público también hay que educarlo: si vos le ofreces a la gente una variedad de opciones, les das el derecho de decidir qué les gusta y qué no. Pero para eso tiene que haber difusión, se tiene que conocer lo que hay.