El Tano Cabrón: mística maradoniana y justicialista

El Tano Cabrón cumple diez años y se encuentra frente al cierre de su espacio físico al no poder afrontar los costos de la renovación del alquiler. Festejará sin embargo, durante todo el 2025, sus 10 años con diversas actividades. La primera de ellas fue la Radio Cabrona, pero, sólo en marzo, se vienen la Vigilia Lesbopoética, la Vigilia Poética del 24M, entre otras muchas actividades.

La tarde comienza con pronóstico de lluvia, pero el corazón late más fuerte. Me dirijo junto a Pilar Sanjurjo a uno de los sitios más importantes de la cultura under de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Hoy a la mañana, Jopo, en C5N, recomendaba precaución por lluvias aisladas, mientras en el Tano Cabrón comenzaban los preparativos para el anuncio tan esperado: los diez años del Teatro Bar ubicado en Jean Jaures al 715.

Calor bravo el de Buenos Aires, no por el calor en sí mismo, sino por la humedad. Vamos de Once hasta el Abasto. Cada vez más gente viene a buscar los extraordinarios precios del centro comercial ubicado en Balvanera, aunque en sus calles ya no hay manteros, y los precios ya no están tan buenos. Caminamos por una nueva ruta: hoy hay que romper todo lo conocido. Hoy hay que entregarse al amor del camino.

Llegamos a destino. Los tanitos ya están en sus respectivas posiciones, quiero decir, en sus respectivas funciones. Laura anda en la concreción general, Daro realiza los chequeos correspondientes para que la noche esté lo suficientemente iluminada. Charly y Flor Perona andan en algo que no termino de entender pero parece muy importante. Están felices los tanitos, están enérgicos, relucientes. Han cumplido con el drescoud y todo.

Comienzan a llegar los otros tanos, los primos, los amigos, los del sur. Temprano llegan, porque los anfitriones así los convocaron. Y si hay algo que tiene la comunidad tanística es doctrina. Y si bien una Radio Cabrona está por suceder, en la previa, a un brindis convocaron, a una celebración de diez años del gesto más profundo del amor: el gesto maradoniano justicialista.

Llegan Valmiro Mainetti, Caro Lesta; Flor Perona ya está coordinando cámaras y registros con Charly Bermúdez y Lola Marchetti. Llega gente y llega gente. No para de llegar. Llueve la gente. Es lo único que llueve hoy. Todos tienen ganas de celebrar o de encontrarse. Una convocatoria así te remueve el corazón. Como si todos supieran que se los convoca a un acto de resistencia o de lucha, y este país, está deseoso de resistencia y de lucha. 

Con Pilar, pedimos una cerveza y nos sentamos a observar. Somos muy observadores. Miramos con el ojo del espía, porque somos espías y de los rusos. En ese interín, Laura nos presenta a Doris Sanabria, con quién hablamos de muchas cosas. Toda conversación, en este tipo de lugares, empieza con una excusa (como el significado de los nombres) y termina con una fuerza de lucha detrás de los ojos. Así fue nuestra charla con Doris. Nos contó que su madre tiembla cuando alguien dice Milei. Le contamos que nosotros temblamos ante este gobierno. Pero terminamos pensando que hay una lucha para asumir. Banderas sobran: Perón, Maradona, Evita, Palestina, el Pueblo Mapuche, Cris Miró y tantos tantos otros.

La noche empezó a la tarde, pero ahora los tanos nos juntan en el patio y todos nos preparamos para un anuncio. Nos paramos a esperar un anuncio sin saber que un anuncio es siempre un comienzo. No tiene pinta de que vaya a ser breve. La ronda está armada con timidez, casi por inercia también. La ronda apenas respira, pero late con una fuerza demencial.

En uno de los extremos están Daro Contartese, Lau Macchi, Charly Bermudez, Emiliano Bekian, Cecilia Gambluch, y Caro Lesta. Caro tiene una remera de Maradona y un brillo en los ojos que se esconden en sus tenues anteojos de sol. Daro está de gala, todos están de gala. Todos estamos de gala. Se escucha cada tanto “qué intriga”, “qué van a decir”, entre los presentes. Hay un silencio que abre paso a la palabra. Un silencio que nadie pidió, pero que todos necesitan.

Caro Lesta, Laura Macchi y Daro Contartese comienzan a contar las nuevas nuevas. El Tano Cabrón está en quiebra: el nuevo contrato de alquiler es altísimo. Jean Jaures 715, la casa de paredes rojas, de escenario profundo donde miles de voces dejaron su desgarradura, la barra suave y templada siempre a corazón abierto, el patio, los baños de malevos y pebetas, serán ocupados por otras experiencias. El deseo: que la vibración permanezca.

El resumen del comunicado sólo puede hacerse de una forma fría, distante y no pretenciosa ya que, lo que se vive en el Tano Cabrón es difícil de transmitir. Todo ese mundo lleno de afecto, encuentros, abrazos, sostenimientos y etcéteras. El Tano Cabrón dice: amigos y amigas, los citamos acá porque aunque quieran vernos tristes, nuestra resistencia es ser felices. El Tano Cabrón está en quiebra. No podemos sostener este espacio, la casa física, debido a que se nos termina el contrato de alquiler y no podemos afrontarlo. Sin embargo, seguiremos haciendo cosas a través de la productora Cabrona Cultural. No cerramos, nos abrimos al mundo.

El evento todavía no comenzó, pero ya se siente un clima festivo. Me pregunto cómo se puede comunicar algo tan duro y que el espíritu del lugar incline a los presentes hacia la felicidad del encuentro. No es fácil lo que dicen. Los escucho con perplejidad absoluta. Mientras hablan, en ocasiones, me fugo a las palabras de otros amigos “el macrismo cerró cientos y cientos de casas culturales”. Todos los que están acá, piensan algo de ésto. A todos se les pasa por la cabeza el amigo, el vecino, el novio o novia que se quedó sin trabajo con este gobierno.

La Radio Cabrona está por empezar. Los anfitriones arrastran a la gente hacia adentro. Claro, en el Tano pasa eso: la gente se encuentra y no quiere soltarse. No habrá jamás en el mundo sentimiento más lindo que ese. No conozco ese sentimiento hasta ahora. Es como cuando alguien dice “La pelota no se mancha” y todos sabemos que cada vez que alguien lo dice, le está sacando la culpa del alma al niño Maradona. Lo mismo ocurre acá: encontrarse es la celebración del espíritu tanístico.

Con Pilar, nos dirigimos hacia atrás del escenario y desde allí oímos el comienzo. Valmiro, Daro y Caro dan inicio a la Radio Cabrona con una editorial en vivo en la que reflexionan acerca de la identidad, la cultura actual, el desastre que genera el gobierno, entre tantas otras cosas. En ese interín, Lau Macchi y Cecilia Gambluch, corren de aquí para allá asegurándose de todos los detalles en el detrás de escena. Hulén Medina y Guadalupe Cuevas leen un poema amuchado escrito en el patio de forma colectiva.

Por el costado de la cortina vemos a Julia Vitali en la operación técnica, a Flor Perona y a Lola Marchetti en el registro audiovisual. Hay un equipo que funciona bárbaro. Se siente el olor a las pizzas y las empanadas que llegan desde la cocina, donde la nueva camada de tanos trabaja a todo vapor. Da la sensación de que los tanitos cruzaron todos juntos el océano atlántico, o la Cordillera, o el Paraná. No sabemos bien de dónde vienen todos, pero son tan lindos cuando se mueven de esa forma coordinadamente metafísica. Hasta el instinto comparten. 

Los próximos en subir al escenario somos nosotros. Encima se nos ocurrió realizar un video medio épico y militante que nos hizo llorar tras bambalinas. Pero salimos y lo dimos todo. Leímos un manifiesto, poemas de Thénon, Caso Rosendi, Claudia Masín, Leonardo Favio y la Carta de Perón a Aramburu. Ahora, Lola Berthet es entrevistada en vivo y expone cuestiones muy puntuales e importantes sobre la industria del cine, sobre el Centro Cultural Conti.

Continúa la noche. Está hermosa. La noche está hermosa, a pesar del mal augurio del periodista hoy a la mañana. Circulan cervezas y tragos varios. En medio de esa algarabía festiva, donde nadie renuncia a la felicidad, Eliana Verón se dirige al escenario. Cuenta sobre el podcast que lleva adelante sobre los despedidos del Estado durante este periodo de gobierno. Todos parecen inquietos, pero todos tienen la escucha atenta: “Este registro es importante para la historia” sentencia alguien.

Salimos de esa tristeza porque, los anfitriones quieren que seamos conscientes, pero que seamos felices también. Está listo el escenario. Listo y rojo. Listo y radiante. Qué lindo se ve en este momento el cartel rojo sobre la cortina negra. Quiero que se quede allí para siempre. Los shows más maravillosos de la noche, aparecen en escena: Mariana Andujar con su expresión poética, Flor Albarracín con la música entre las íes y Elmo con una muy concisa entrevista donde cuenta su paso por el Tano en estos diez años.

La Radio Cabrona llega a su fin. Pasó mucha gente por el escenario y también fuera del escenario. En el teatro-bar las cosas nunca pasan en un solo sitio, nunca pasan de una sola forma. Ninguna anécdota es totalmente contable. No se puede contar lo que pasa allí adentro, sólo se puede contar cómo se sintió uno mientras estuvo allí. Eso pienso ahora, que tengo que escribir una crónica que no sé cómo empezar, pero que sé que va a terminar con dos frases. La primera es “La pelota no se mancha”. Esa sale por inercia, por convicción personal y por procedencia nacional. La otra es complicada, pero en definitiva no tanto, porque expresa lo que me pasa ahora: Si me dan a elegir, entre tú y mis ideas, me quedo contigo, querido Tano Cabrón.