Juan Gelman y los boludos
Por Carla Moriana
Recordando a Juan Gelman, se me ocurrió pensarlo como un tipo divertido, tal vez por el retrato de Rep que viraliza Facebook, donde está representado muy feliz, junto a un libro.
También pensando en la vez que fue invitado al 6̊ Congreso de la Lengua realizado en Panamá. Él, a pedido de los organizadores, debía seleccionar una palabra -que representara, de alguna manera- el español hablado en Argentina. Eligió la palabra “boludo”, sí señoras y señores... Por supuesto, los amantes de la pulcritud de mentes, palabras y demás elementos de la vida moderna; pegaron el grito en el cielo, ante tan desafortunada elección.
Una crítica decía que era una palabra porteña no extendida al territorio argentino, otras que era demasiado “boluda” por decirlo así; como para representarnos. Las discusiones no tardaron y se convirtieron en blogs, espacios de reflexión, charlas encarnizadas desde las academias hasta bares y cafés, ante semejante ofensa y atropello.
Un poco para poner paños fríos en el asunto, el poeta Fabián Casas dijo que Juan había tomado el asunto un poco en broma, entendiendo la lengua como algo vital, algo que se escapa a los consagrados espacios de las ampulosas representaciones lingüísticas, la lengua es algo que está en los bares, en los cafés, en las canchas, de seguro no en un estructurado Congreso.
Me gusto recordar este episodio. Como la mejor forma de pensar un poeta revolucionario y popular, a través del dialogo desenfadado, en un bar, sentados uno frente otro, preguntándonos qué seria de nosotros sin la palabra boludo, con todo un grupo de sujetos y experiencias que serían inclasificables (recordando que boludo es verbo además de sustantivo, boludear, boludeando,) Él hubiera preferido que nos tomáramos un café y no un Congreso de la Lengua... Juan Gelman,. hoy y siempre en la Memoria. Simplemente Juan.