“La idea era reflexionar sobre la migración, la extranjería”

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“La idea era reflexionar sobre la migración, la extranjería”

02 Mayo 2014

Por Boris Katunaric y Maricruz Gareca

APU: Nos interesaba charlar sobre tu libro, Migraciones, en el que hay dos textos dramáticos y quisiera que nos cuentes un poco más sobre estos dos textos.

MDP: El libro está compuesto por dos textos: Fotos encontradas que es el más breve y Migraciones que es la obra más larga y la que le da título al libro. Respecto a Fotos encontradas es una obra que a mí me gustó mucho escribir y que disfruté el proceso porque simplemente un día salía de un recital en el Konex, todavía me acuerdo del recital de Palo Pandolfo y Pablo Dacal y me encontré unas fotos familiares, sociales, de cumpleaños, de vacaciones de alguna familia tiradas en el piso. Soy muy curioso, medio voyeurista y las levanté y, entonces, a partir de ahí me empecé a imaginar que habría pasado con esa familia que aparecía recurrentemente en esas fotos, con el protagonista de esas fotos porque parecía que había un bebé siempre dando vuelta en todas las imágenes, era el mismo. A partir de ahí construí la obra alrededor de esas inquietudes y de esas preguntas.

APU: O sea, esas fotos son reales.

MDLP: Sí, son reales. Las tengo en mi casa todavía y a veces las veo.

APU: Bueno, pero es una forma linda de trabajar ante la experiencia personal.

MDLP: Sí, totalmente. A mí me interesa mucho trabajar desde ahí. A veces trabajo sobre cosas mías, a veces trabajo sobre cosas que me pasan, o como en este caso sobre cosas que me cuentan otros así que soy un peligro ambulante en realidad. Hay que tener cuidado con lo que me dicen.

APU: Ni dejar fotos de uno tiradas cerca tuyo.

MDLP: Ni hablar, eso es muy peligroso. Respecto a Migraciones, es una obra que yo escribí gracias a Iberescena, que es un organismo iberoamericano que me dio una ayuda con la creación dramatúrgica, esto fue en el 2010, las dos obras son del 2010. Migraciones la estuve escribiendo todo el año, fue un proceso de investigación muy largo, la idea era reflexionar sobre la migración, la extranjería. La pensé en un sentido muy concreto, o sea la experiencia de ir a otro país, de vivir en otro lado, pero también qué significa ser otro o qué significa el pensamiento por la alteridad, por convertirse en otro, por ser otro y en ese sentido también el pensamiento por la identidad; lo tomé en un sentido estricto y al mismo tiempo amplio, trabajé con mucho material de crónicas, entrevistas, investigaciones, por ejemplo, entrevisté a argentinos que vivían afuera, sobre todo muchos que fueron a España, a Europa, a otros países también, durante la crisis del 2001, del 2002,         quizás después regresaron. También entrevisté extranjeros que viven acá: hay para mí un testimonio como muy querido, sobre todo porque este año falleció, y es el que está en la última escena, de un actor albanés que vino a vivir a Buenos Aires en el momento de la guerra civil a principio de la década del ’90 en Albania y que acá tenía un quiosco en frente del teatro de Norman Briski por la zona de Montserrat. Hay mucho material en ese sentido, hay video, hay trabajo de blog, hay como todo un material si se quiere no teatral o no dramatúrgico con el que me interesaba mucho trabajar y ver si era posible convertirlo en dramaturgia; eso fue un desafío y fue lo que intenté hacer.

APU: Hablando de la no dramaturgia, está pensado como “obra ensayo”, tiene un grado de reflexión de texto duro importante.

MDLP: Sí, totalmente. Utilicé explícitamente ese subtitulo, la idea de que sea una obra ensayo pensando en un film ensayo, tomando esa idea que viene del cine y del documental, sobre todo, ensayístico, en primera persona, subjetivo, y al mismo tiempo con esta idea de la reflexión, del pensamiento. Dije: ¿por qué no hacer sobre este tema que es tan vasto, tan complejo, y que en algún punto me excedía y me va exceder siempre? Digo, en el sentido de que ni  la obra pretende dar cuenta de todo el fenómeno de las migraciones ni mucho menos, sería imposible hacerlo, y dije entonces por qué no hacer una obra ensayo. Bueno, intenté hacer eso de alguna manera, reflexionar desde la dramaturgia si es posible.

APU: Tomando estos puntos de la migración, de la otredad, de la identidad, aparte de este laburo material que hiciste ¿cómo te sentiste al escribirlo?

MDLP: Para mí fue tremendamente revelador porque también utilicé muchas cosas mías, yo siempre pienso que siempre me sentí otro, siempre me sentí extranjero en un montón de situaciones, en un montón de momentos de mi vida, siempre sentí que no pertenecía en algún punto, entonces también quería usar eso y también usé el trabajo, el relato o lo que me pudo transmitir gente que sintió cosas parecidas a las mías; entonces, hay mucho material en ese sentido vivencial, orgánico. Otra cosa que me interesaba mucho era el lenguaje, o sea me parece que el lenguaje es lo que nos constituye también, nos da identidad. Preguntarse por la otredad, por la extranjería es preguntarse por la identidad también y no hay nada que nos constituya tan fuertemente, desde que somos unos niños indefensos, como el lenguaje. La obra, entonces, también reflexiona sobre eso.

APU: Cuando uno lee la obra te das cuenta que el trabajo con el lenguaje es muy fuerte, muy intenso, al menos en mi caso pude percibir la pluralidad de voces que están presentes, aparte que hay una musicalidad en el texto que daban ganas de leerlo en voz alta para no perder ese efecto.

MDLP: Es genial que hayas podido hacer esa lectura, me siento muy complacido, me da la sensación de que algo de lo que quise trabajar se transmitió. Yo trato de trabajar, cuando escribo teatro, con musicalidad, con ritmo. Para mí, la forma en ese sentido y el ritmo es muy importante, lo pienso como muy claramente, trabajo muy claramente en esa línea. Para mí el trabajo con el lenguaje es fundamental, antes hablaban de Herzog y yo pensaba en Kaspar Hauser, esa película en la que Herzog justamente toma un caso real en Alemania, en el siglo XIX, donde encuentran a un hombre adulto que en realidad había vivido en condiciones de “animalidad” y le empiezan a inyectar civilización, entonces le empiezan a inyectar lenguaje.

Para mí, algo de esto tiene o algunas escenas reflexionan quizás explícitamente sobre eso, por eso, porque creo que somos animales de lenguaje, por decirlo de alguna manera, aprendemos a nombrar el mundo y cuando aprendemos a nombrar el mundo el mundo se constituye para nosotros, se hace real en algún punto; hay algo de eso con lo que intenté jugar.

APU: ¿Cómo te imaginas una puesta en escena de esta obra?

MDLP: Creo que lo que tiene interesante como lectura que es la pluralidad, la pluralidad de voces, y yo también quería no contar una historia, sino contar la mayor cantidad de historias que pudiera, entonces es una obra muy fragmentaria. En realidad no hay un relato univoco, claro, sino que hay mucha fragmentariedad, mucha dispersión, mucha multiplicidad y yo creo que si se hace, para mí la obra se tendría que constituir desde esa multiplicidad. No sé exactamente qué se vería, creo que sé en todo caso qué se escucharía, pero no es algo que me queda claro realmente y me gusta eso, no pensé para nada en un proceso de puesta mientras escribía el texto.

APU: Llama un poco la atención el tema de los nombres: el sociólogo, el filósofo, M, X, Andrómeda.

MDLP: En realidad, cuando pensé cómo nombrar los personajes, fue todo un tema y entonces elegí opciones como esto de Uno, Otro, Yo, por ejemplo, Narrador, etc. Pensé en estereotipos, pensé en lugares comunes, y pensé en todo el tiempo en esto de Uno y Otro, o Nosotros y Ellos, está todo el tiempo la idea de la alteridad, preguntarme por la alteridad, por la otredad. Esto es algo que me sigue interpelando, que me sigue resonando.