Las distopías de un sello independiente
Por Gito Minore
Imaginar el futuro lejano y los posibles desenlaces a los que se encamina la civilización, es un tema que ha desvelado a la humanidad desde sus orígenes, y que ha encontrado a lo largo de la historia diversos desarrollos en el arte y en la literatura.
Desde el último libro que compone la Biblia cristiana, el Apocalipsis o Libro de las Revelaciones (no considerado en ese entonces como ficción, sino más bien todo lo contrario) a la actualidad, se han escrito innumerables textos en donde el temor a lo que sobrevendría en “el fin de los tiempos” estuvo latente.
Pero si siempre, el planteo por el futuro ocupó un lugar importante, hoy, en plena crisis de este post capitalismo imperante, los temores parecen recrudecerse. Así, las fantasías sobre aquello posible de suceder, no se arrojan para tan adelante, sino que se pueden instalar tranquilamente para el próximo día. De este modo, al clásico cuestionamiento ¿cómo seremos en mil años?, ahora le podemos sumar sin temor al ridículo ¿nos levantaremos vivos mañana por la mañana?
En ese sentido, la narrativa de todos los puntos del planeta parece coincidir, y ha hecho de la distopía un género literario en sí mismo, en el que nuestro país no ha sido la excepción a semejante boom.
Entre la cantidad de editoriales que hoy apuestan a publicar este tipo de materiales, se encuentra el sello independiente Clara Beter ediciones. En su colección “Tinieblas” se han lanzado dos obras de dos autores de nuestro interior en las que la distopía, los futuros posibles y el intento de darle respuesta a la clásica pregunta ¿Qué pasaría si…? son moneda corriente.
El día después
El primero en aparecer en el catálogo fue Juan José Oppizzi. El autor afincado en la localidad bonaerense de Arrecifes, ha publicado una vasta cantidad de títulos de poesía, narrativa, teatro, aforismos y ensayos en diversas editoriales. Pero fue con In extremis, editada en 2017, que marcó una diferencia. La novela transcurre el día después de un último gran ataque de drones. Entre los escombros de la humanidad se encuentran dos hombres. Uno de ellos tiene un bebé. Al calor de un improvisado refugio, estos últimos sobrevivientes tratan de resolver un gran enigma, ¿cómo seguir?
Sobre el tema de su novela, el propio Juan José opina: “Yo interpreto la distopía como el ejercicio de imaginar cómo será el futuro en cuanto a la región donde vivo, el país, o directamente el mundo. Es un ejercicio que a veces tiene que ver con los elementos reinantes en el presente, y otras veces está más acentuada la fantasía”.
Lejos de la exposición fantástica de la guerra final, o del drama de las consecuencias que se podrían lamentar luego de la destrucción total, In extremis se instala en el lugar de la reflexión filosófica. Así, la pregunta ¿cómo seguir? se va transformando lentamente en ¿tiene sentido seguir?
Esta pequeña novela es una invitación a entrar en el mundo de un autor fecundo, dueño de una obra interesante y poco conocida.
La posibilidad de lo imposible
Mónica Wengrowickz escribe su libro Mundos posibles desde la Patagonia, más precisamente desde Lago Puelo. La posibilidad de lo imposible, lleva dos ediciones, la primera publicada en 2014 por Milena Caserola, y la segunda por Clara Beter el año pasado.
El volumen se conforma con dos extensos cuentos, “Los venerables” y “Peniel”, uno es la antítesis del otro. Según refiere la propia Wengrowickz, “‘Los venerables’ se trata de una sociedad que comienza siendo una utopía y se convierte en una distopía. Es un intento fallido de implementar ciertos valores pero usando métodos reprobables. Se transforma en todo lo que no quería que se convierta”.
Con un estilo conciso, el primer cuento logra proponer la idea de una sociedad posible, que no resulta tal. El segundo es de corte más realista, y de él opina su autora: “En Peniel, es un lugar donde no hay ideas, no hay sueños, no hay esperanzas. Los partícipes de esa sociedad saben que es así y sin embargo continúan actuando dentro de ella sin cambiarla”.
Mónica Wengrowicz además de escritora es activista y militante política. Durante los años 80 estuvo involucrada en varios proyectos de cooperativismo agrario, entre otros lugares en El Salvador, trabajando con el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).
Mucho de toda esa labor se transparenta en su obra, no sólo en este binomio de cuentos distópicos, sino también en sus otros libros Desvarío, Verdades camufladas y Jamás esclavos. El último de ellos también publicado por el sello Clara Beter.
Una autora que desde su lugar en la Tierra además de disparar la imaginación, nos deja pensando.