“Margarita Kenny”: memorias de la diva argentina que triunfó en la Ópera de Viena
APU dialogó con Sergio Pángaro, actor, músico y escritor. Acaba de publicar Margarita Kenny, memorias de la diva argentina que triunfó en la ópera de Viena, en editorial Sudamericana. La cantante le confió sus memorias a través de charlas grabadas en casetes. Este trabajo rescata la figura de Margarita Kenny, un personaje prácticamente desconocido del siglo XX.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Quién fue Margarita Kenny?
Sergio Pángaro: En Argentina, sus intereses variopintos la llevaron a poner una boutique de flores en el Kavanagh (Panambí) y a escribir la columna de sociales para la revista El Hogar y radio El Mundo, lo que llamaríamos toda una “relaciones públicas”. En ese lugar, tuvo contacto con estrellas del radioteatro, como Eva Duarte, lo que explica los acontecimientos que terminaron por llevarla a Europa.
Margarita debió ser un personaje central en la high society porteña. Su cultura artística y dominio del inglés, combinados con su espíritu festivo y emprendedor, la convirtieron rápidamente en una de las gestoras más populares de partys y cocktails del Buenos Aires del ‘40, a los que concurría la aristocracia local, pero también las celebridades internacionales que visitaban el país, como Rockefeller, o Tyron Power.
APU: ¿Cómo comenzó tu relación con Margarita Kenny? ¿Por qué hacer una biografía?
S.P.: La conocí a Margarita por recomendación de su sobrina nieta Rowina Casey, es decir que fui recomendado como alumno, a pesar de provenir del Pop. Pero ella me hizo entender que la técnica de respiración y apoyo es la misma en cualquier género. Que lo importante es el texto. De todas formas no tardé en quedar deslumbrado con su vida. Quizás por su pasado de periodista, el modo de contar sus experiencias tenía mucha similitud a la redacción de un libro, lo que facilitó la confección de esta biografía. Al primer interés que me despertaron sus memorias, por estar pobladas de celebridades como Cocó Chanel y María Callas, le siguió un interés por el significado de un talento argentino en el exterior, concretamente en el mundo germano. Por aquel entonces se configuraba el orden geopolítico actual, donde los artistas en Viena podían ser piezas claves para la inteligencia de la guerra fría. En ese mundo se desarrollan estas memorias, así que es entendible que mi interés fuera creciendo a medida que la narración avanzaba.
“Sin imaginarlo, Eva Perón colaboró con la aparición de una estrella argentina en el firmamento de la ópera europea”.
APU: Por una beca firmada por Eva Perón se fue del país para estudiar en Filadelfia con Syndney Dietch. ¿A partir de ahí fue el comienzo de su carrera?
S.P.: Un barítono norteamericano, Leonard Warren, más tarde su amigo, se encontraba en ese momento de gira por la Argentina. Evidentemente Estados Unidos seguía con interés las actividades culturales de la Argentina, porque Warren y un caballero con el nombre genérico de Ben Smith, al enterarse de que a ella le estaban cancelando los contratos en el teatro Colón, por desinteligencias con el gobierno de ese momento, le gestionaron una beca de estudio en el Instituto de Artes Vocales de Philadelphia. Luego de dos años de formación, Margarita se traslada a Europa, donde Cocó Chanel y Becky Hamilton (editora de Harpper’s Bazaar), a instancias del señor Smith –y suponemos que también de Alberto Dodero– la ayudaron a ingresar a la Ópera de Viena. Así que sin imaginarlo, Eva Perón colaboró con la aparición de una estrella argentina en el firmamento de la ópera europea.
APU: ¿Cómo fue su vida en Europa, especialmente en Viena y su triunfo en la Ópera?
S.P.: Cuando ella llega a Austria proveniente de los Estados Unidos, estaban sucediendo los funerales de Richard Strauss. Así que a pesar de haber cumplido con éxito las pruebas de ingreso al elenco estable de la Ópera de Viena, no fue convocada, porque todas las nuevas puestas estaban detenidas. Fue necesaria la intervención de Paul Wittgenstein, famoso melómano y sobrino del filósofo Ludwig, quién insistió a la dirección del teatro, hasta que consiguió que Margarita diera una audición para Furtwangler que estaba preparando la tetralogía de Wagner. A partir de allí, su voz y su carisma le valieron los roles líricos y elogios, reservados para los mayores talentos de la ópera. Este libro cuenta los pormenores de su relación con la clase cultural y aristocrática de una Europa asolada por la guerra, y a la vez devota del arte que en ese momento quizás significaba el mayor consuelo para el espíritu: la ópera.
APU: En tu trabajo de investigación te encontraste con algo que te haya sorprendido de la vida de Margarita Kenny?
S.P.: A pesar de la experiencia con la música y la identidad nacionales de la mitad del siglo XX, no imaginaba que el mundo de la ópera guardara este enorme secreto argentino. Cuando suceden estos descubrimientos, parece posible recuperar una sensibilidad y lenguaje perdidos para la memoria colectiva. Lo que significa no sólo identidad nacional, sino también, la esperanza de estar más cerca de disfrutar estéticas poco familiares, como en este caso, la ópera. Entrar en contacto con el mundo de Margarita Kenny, me permitió especular acerca de las razones por las cuales la industria musical tomó el rumbo que conocemos, a partir de la aparición del pop. Las nociones de éxito, celebridad, adoración del público y trascendencia, existieron siempre. Este libro permite conocer como estas categorías pertenecían a los astros de Hollywood, tanto como a los de la ópera. Y cuáles podían ser las consecuencias.