“No queremos ser marginales ni queremos ser alternativos”
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cómo surge la idea de la revista?
Agustín Santarelli: El primer número de la revista fue en mayo del 2012 y surge en el contexto en el surgen un montón no sólo de revistas, sino también de publicaciones, hasta blogs. Que tiene que ver con una polarización en términos políticos y mediáticos muy fuertes, en la que nosotros veíamos que no habían otras voces que tuvieran lugar, incluso las nuestras, pero no solo las nuestras sino la de un montón de sectores, espacios y colectivos que tenían cosas para decir y que no eran tan fácil de encorsetar. Que si le hacían el juego a la derecha o directamente eran un elemento del gobierno. Surge en ese contexto, a partir de distintas experiencias, algunas vinculadas, otras también al papel, pero que en definitiva terminan plasmándose en Mascaró, en mayo del 2012.
APU: ¿Lo piensan como un espacio militante?
AS: Bueno, indudablemente es un periodismo más militante, desde su conformación y del lugar desde donde se para. Al margen de eso, la revista es una publicación abierta que intenta trabajar con colaboradores, que intenta que esos colaboradores se apropien del proyecto y lo vayan enriqueciendo, de hecho es lo que ha pasado en estos dos años desde que salimos. Reflejando distintas voces que, de repente, no pueden enmarcarse en otro lugar o dando también la discusión con esos sectores; no es una publicación cerrada en ese sentido y se va haciendo en ese camino. Como ustedes sabrán, es un proceso bastante complejo, ninguno de nosotros tenía experiencia de lo que vendría a ser la gestión de un medio, más allá de tener participación en radios comunitarias o haber laburado en medios. Pero en este caso era bastante diferente y a veces eso un poco te va limitando en todas las demás cuestiones, en poder ponerle cabeza desde lo periodístico, cabeza desde lo estético pero, bueno, son todas esas cuestiones que hay que ir equilibrando y todo lo que se va sumando desde afuera a lo que era el núcleo inicial es muy enriquecedor y necesario, porque si no, no tenés salida.
APU: ¿Ustedes están en relación con un espacio político o es un poco más amplio, tienen una propia línea propia?
AS: La revista tiene una línea que podemos definir de izquierda, a veces enmarcada en lo que hoy se dice una izquierda independiente, independiente porque económicamente somos independientes y porque políticamente también. Pero al margen de eso algunos de los compañeros que conformamos la revista militamos, yo en particular y otros compañeros más, militamos en la Juventud Guevarista, pero eso no quiere decir, bueno, es evidente que no es el órgano del Partido. Sino que tiene otra impronta, y acaso por ahí, en cuanto a la conformación de la línea de la revista, tenga que ver más con esa historia que trae cada uno y la pone ahí que con otra cosa, que sin embargo va también generando debate y caminando en esa relación.
APU: Antes mencionabas la intención de dar voz a un espacio ¿cómo piensan al lector, hay un espacio de mayor lectura de revistas?
AS: Sí, creo que puede ser un momento de mayor lectura pero, a su vez, hoy es un momento complicado, el de la industria en general, nosotros no entraríamos dentro de ese sector pero de cualquier manera sí de ese mercado. Cuando pensamos la revista, nosotros pensábamos que había muchas voces, por supuesto que había también muchos, desde el lugar del lector, que estaban buscando un espacio o una lectura de la situación, parecida en discusiones o no, pero parecida a lo que nosotros estábamos planteando. Vos nombrabas otras publicaciones que, más o menos, surgieron o se reactivaron en los mismos tiempos; cuando nosotros largamos la revista, hacía muy poquito había salido el sitio Marcha, y nosotros medio como que nos chocamos y dijimos qué hacemos, por qué no hacemos una sola cosa, los invitamos, ellos participaron en nuestra presentación. Hubo un intercambio, lo hay mayormente con Sudestada, con quien tenemos una relación que es desde el inicio de la revista, nosotros le decimos que son nuestros padrinos, pero a veces nos dan también una mano más grande y que va desde copiar el circuito de distribución o la forma organizativa de lo que es la revista. Entonces vamos interactuando, no hay forma de que podamos subsistir ninguna si no tenemos a la otra al lado. Y en relación a esto, nosotros creemos que mientras más revistas haya, mejor, pero bueno ojalá podamos todas fortalecernos y tirar juntas.
APU: ¿Qué agenda política crees que pueden aportar estas publicaciones?
AS: Bueno, agenda en términos de la repercusión mediática en lo establecido que entendemos como tradicional, que es que salga en la tele y se reproduzca en la radio, sigue siendo bastante complicado. Sin embargo hay espacios, fundamentalmente los que tienen que ver con lo electrónico o web, en los que por ahí sí van teniendo una repercusión, más allá de que somos revistas de papel y nosotros apostamos y queremos ser revista de papel. Se ve ese rebote a veces en ciertas temáticas que se tratan en distintos espacios, en distintos sectores pero que va repercutiendo en eso. La agenda nuestra también se construye de eso, se construye de otros medios alternativos, en virtud de que también podamos nosotros ir haciendo la agenda, y sumando y replicando lo que otro también tuvo como iniciativa. Es que también nos vamos a ir fortaleciendo y, de esa manera, se va a poder ir influyendo un poco más. Nuestra tirada no es significante como para influir, pero aún así le llega a un sector de la sociedad a la cual le ayuda, a otra que también le permite poner en tensión ciertas cosas que están más vinculadas con el sentido común y eso para nosotros es un punto importante; claro que, como siempre, está la necesidad de que los medios sean masivos.
Nosotros no queremos ser marginales ni queremos ser alternativos, ojalá tuviéramos una tirada más grande, ojalá nos leyera más gente, ojalá tuviéramos mayores posibilidades de influir con lo que nosotros estamos planteando. Me parece que es un desafío y que en los últimos años se ha visto como una necesidad en relación a mucho del alternativismo de los medios, que tenía que ver con una cuestión más de resistencia y de subsistencia. Pero hoy me parece que se ha avanzado en eso también y en esos debates que nos permiten dar una lucha que es más directa y que está bastante más centralizada en esta idea.
APU: En ese debate también se plantea la necesidad del apoyo de una ley, por ejemplo en el marco de la revista, pero también la necesidad de una mayor profesionalización o construir herramientas para hacer más interesante el producto al lector. ¿Cómo pensás eso?
AS: Creo que las herramientas con las que contamos son las que tenemos, que hay instrumentos como, por ejemplo, en el caso de las revistas gráficas culturales, que tenemos que movilizar la Ley de Fomento a las Revistas Culturales que se está apostando desde ARECIA. Y que, necesariamente, tenemos que ir en ese camino al de poder también competir desde lo profesional, desde lo estético, desde los formatos que podamos ir generando. No para reproducir los elementos de la prensa burguesa, sino para competir, para llevarlo más adelante y ganárselo; ganárselo en términos de proponer otra cosa que supere también en todo lo que es su especialidad; sin venderse, que es, en definitiva, lo que te mantiene y te da la posibilidad de dar esa lucha.
APU: ¿De dónde surge el colectivo que hace la revista y dónde se la puede conseguir?
AS: La revista, hoy por hoy, no tiene una relación física estable, más allá de que la mayoría estamos en La Plata, entonces las reuniones se mantienen allá. Pero hay un intercambio vía mail, teléfono y también todas estas cuestiones que hoy nos aceleran y nos acercan un poco en la organización, con compañeros de Capital Federal, de Rosario fundamentalmente y de La Plata, ese es el grupo más grande. Pero hay colaboradores y mucha gente que se ha ido sumando o que propone una nota o que dice “me gusta la revista y quiero en Bariloche llevar la revista a la gente que sé que le va a interesar”. Entonces armamos un paquete y esa persona ya empieza a armar una red de distribución y así funciona en distintos lugares del país. Nosotros, en general, es muy poco lo que mandamos por distribuidoras al interior del país, lo mismo que en Capital Federal, mayormente lo hacemos con la mochila, y en el interior pasa lo mismo: en el interior hay grupos que se han ido vinculando a nosotros y que distribuyen la revista, hacen el mismo trabajo de llevarlas a los quioscos en sus ciudades pero, además, tienen sus propios suscriptores. Así medio que va funcionando y vamos tratando de acercarnos a la idea de que la revista sea una revista de alcance nacional, y que también las problemáticas de cada uno de los rincones pueda ir plasmándose en nuestra publicación.
APU: En Capital ¿dónde se la puede encontrar?
AS: En Capital, en las líneas del subte, en todas, no estamos en todos los quioscos pero en la mayoría, lo mismo en los quioscos de la calle, de las distintas avenidas de la ciudad. Sino, pueden acercarse desde la web –www. revistamascaró.org- donde también están los lugares donde se puede encontrar o comunicarse con nosotros. Pueden hacerse suscripciones y planes muy accesibles, para nosotros son necesarios porque realmente si no las vendemos, no existimos, nosotros dependemos de poder venderla. Y tal vez también nos encuentren en alguna esquina, actividades, ferias, trenes, estamos ahí como quien dice piqueteándola, vendiéndola nosotros que es la forma en que mejor y más fácilmente se vende la revista. Pero uno no puede dejar de estar en los quioscos porque es donde algunos le dan existencia.
Más allá de esto, el mercado está bastante jodido y lo vemos con cada quiosco donde dejamos la revista y hablamos con el quiosquero, te dice que se siente la presión que por ahí a nivel gráfico no es tan visible en términos de cómo opera el grupo Clarín también en la gráfica. De hecho el gobierno todavía, si bien es evidente que lo sabe, pero todavía no se da cuenta de cómo está jugando hoy por hoy en términos de la distribución y en términos de cómo va comiendo desde quioscos hasta circuitos de distribución el grupo Clarín. Realmente es un problema que se ve fundamentalmente con los quiosqueros, y todas las revistas lo padecemos; están las denuncias hechas por Barcelona, por MU, por THC; así que esa es otra batalla y ahí es donde se ve la importancia de la Ley que estamos impulsando desde ARECIA.