“Roca fue el mejor empleado que tuvo la élite en todo un siglo”
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cómo analiza la figura de Roca en la actualidad, si se ha discutido más su rol en nuestra historia?
Marcelo Valko: Realmente, su rol no se ha discutido para nada porque Roca es una de las figuras más impolutas que logró construir una historia oficial al servicio de una elite que hizo un país chiquito, mezquino, miserable enquistado en el puerto de Buenos Aires. Y que tuvo una cantidad de escribas que todavía hoy siguen muy prolíficos, que hizo una historia muy a medida de esa clase. Entonces, Roca apenas ahora se empieza a cuestionar, a mí por ejemplo en más de una oportunidad me han dicho que soy un traidor a la patria porque hablo en contra del General Roca. Pero Roca es una personalidad notable porque es el mejor empleado que tuvo la élite en todo un siglo, o sea no hay una figura tan descollante para la élite como él, por eso se lo va a defender hasta las últimas consecuencias.
¿Por qué? Porque él tiene dos grandes momentos: uno, es cuando construye el desierto, lo vacía de seres humanos, nosotros tenemos probado en el libro Pedagogía de la desmemoria que la columna que lideró Julio Argentino Roca cuando avanza, es la que tiene la mayor cantidad de soldados, dos mil; la columna de él no ve ni un solo indio, no dispara nada, las otras columnas hacen carnicería. Él es tan astuto –no en vano le decían zorro- que va por donde no hay indios, es un rally lo que él hace, es lo que tarda su carruaje en llegar al Río Negro. Ustedes observen, siempre sería mejor observar el óleo de Blanes que está en el Museo Histórico ahí en Parque Lezama, pero miren el billete de cien pesos, en el anverso que está reproducido en la parte central del óleo y van a ver que don Julio tiene algo en la mano, está montado a un caballo y tiene algo en la mano ¿Qué es lo que puso Blanes? Le puso un largavista en la mano, porque Blanes era muy sutil, los amigos de Roca terminan adquiriendo ese oleo, pero no advierten esos detalles de sutilezas de Blanes, como ese porque le pone largavista para ver si venía un indio.
Ahora, qué hace la construcción del desierto, que la historia oficial ha denominado Campaña del desierto: vacían de seres humanos la Patagonia. Y don Julio cumple la consigna del gran ideólogo que va a tener que es Estanislao Zeballos, un joven tan brillante como racista que tiene un eslogan terrible que dice: “la barbarie está maldita y no quedarán en la pampa ni los vestigios de sus huesos”. Van a cumplir, van a vaciar también los cementerios, como sabemos, aunque tanto Estanislao Zeballos va a recolectar y va a saquear hasta la tumba de los indios amigos, él va a ser el que va a tener mayor cantidad de cráneos, casi mil. Entonces, ellos van a vaciar de vivos y muertos, don Julio va a traer a Buenos Aires 19.000 prisioneros, de un total aparentemente de 22.000 personas que había en la Patagonia. Los bajan en la Vuelta de Rocha, Roca es tucumano y necesita mostrar en la Ciudad de Buenos Aires, que siempre es tan díscola, poder. Y Buenos Aires se acostumbra a ver esos cientos y cientos de prisioneros que desembarcan en la Vuelta de Rocha. Separan a los padres de los niños, con escenas terribles y a las mujeres las van a dar como sirvientas, como peonas de antecocina y para todo servicio. Yo tengo esquelas de varones de aquel momento que piden chinitas de ocho o diez años para “servicios personales”.
Es un fin del mundo para esas culturas indígenas, no hay nadie que los defienda y Roca muestra una crueldad excesiva, va a tener una vasta red de campos de concentración que en ese momento se decía ‘depósito de indios”, esto es textual. Nosotros tenemos todos esos textos que dicen ‘depósito de indios’, y donde el principal de todos va a ser la Isla Martín García. En el texto Pedagogía de la Desmemoria tengo todo un capítulo donde dice “Auschwitz en medio del río” (que seguramente este año van a salir por Encuentro, en cuatro capítulos sobre Martín García) Él con esas tierras, las famosas quince mil leguas que dice Estanislao Zeballos, ni siquiera esta élite tan mediocre, que la historia oficial la da como que eran luminosos, la generación del ’80, ni siquiera van a copiar a sus admirados EEUU. Ni siquiera eso logran hacer porque EEUU, que fue siniestro con los indígenas, con las tierras que les quitan no hacen latifundios enormes e improductivos, sino que hacen parcelas más pequeñas que robustecen el mercado interno y sale un país que sabemos lo que es. En cambio acá hacen unos latifundios enormes, de cientos de miles de hectáreas, especulativas y yo tengo diarios que muestran que ya para 1884 ya están revendiendo a precios de hasta quinientos por ciento, esas tierras compradas o que fueron entregadas a precio vil por el Estado nacional.
Entonces, esa élite que fue beneficiada con 41 millones de hectáreas, va a hacer de Roca una persona extraordinaria, un héroe descomunal que no en vano tiene mayor cantidad de plazas, calles, monumentos, bustos que San Martín y Belgrano juntos. Porque estos dos eran dos idealistas que nos dejaron apenas una Patria, en cambio éste dejo 42 millones de hectáreas. No contento con eso, en su segunda presidencia logra promulgar una ley que la élite venía solicitando, que es la 4144, la Ley de Residencia. Porque mucha gente sólo piensa que Roca tuvo que ver con los indígenas, pero Roca no tuvo que ver con los indígenas únicamente. Roca fue una persona absolutamente completa para la élite, en su primera presidencia borra todos los indígenas y regala tierras y en la segunda hace una ley formidable que va a durar hasta la época de Frondizi, la 4144, que aunque se llama Ley de Residencia hace hincapié en la expulsión de estos extranjeros de ideas disolventes. ¿Cuáles eran las ideas disolventes? Solicitar ocho horas de trabajo, descanso dominical pago, en vez de hombrear bolsas en el puerto de 110, que sean de 70 u 80 kilos, que ya era una locura, y tenían por ejemplo ese tipo de ideas, no cobrar en vales o en chapitas sino cobrar en dinero metálico, o sea, esas excentricidades pedían estos extranjeros.
Van a deportar miles, la ley es tan cruel, la ley la redacta Miguel Cané que, acá en Argentina, todos los tontitos lo conocen únicamente por el libelo Juvenilia, pero Cané escribió cosas mejores que Juvenilia como la 4144, solo tiene tres artículos. Expulsar a ese extranjero, a ese obrero, a ese activista –como ellos le decían- que esparce la peste a todo el cuerpo de la Nación y no a su familia, la familia queda acá, entonces a ese italiano o a ese español lo mandaron de vuelta y su familia quedaba acá y nunca volvían a verlo. Era una ley de una gran crueldad. Así como fue cruel con los indígenas, mostró una crueldad que era innecesaria, pero Roca necesitaba mostrar poder, mostrarse poderoso.
APU: ¿Cómo analiza los discursos que defienden la conquista del desierto por la defensa del territorio?
MV: Hay gente que dice “salvó la Patagonia de los salvajes indios chilenos, que sino se iban a adueñar de ella”. Los que dicen que no, que Roca aprovecha la Guerra de Chile, la Guerra del Pacífico para invadir la Patagonia; no saben nada de esa guerra porque allí las primeras escaramuzas van a empezar cuando él está recién bajando a Pampa Patagonia, él viene preparando esta Conquista del Desierto desde más de un año antes, cuando solicita los fondos al Congreso hacia mediados del año 1878, con Avellaneda como presidente.
Él es un oportunista y una persona afortunada, como también le decían, una persona de mucha suerte. Aparte, no solamente fue malo con indios y extranjeros, fíjense ustedes, no sé si ustedes saben algo de estrategia y de táctica, pero si vos vas a invadir Patagonia –que todos sabemos que hace frío- vas a ir con seis mil soldados, alrededor de veinte mil caballos porque llevan tres por soldados, miles de reses para faenarlas para el abastecimiento de las tropas y sin hablar de toda la parafernalia militar, vas con todo eso a Patagonia, ¿vos cuándo irías, en primavera-verano o en otoño-invierno? Bueno, don Julio va en otoño-invierno, yo tengo tanto en Pedagogía… en el tomo I como en el II –que estoy escribiendo- cantidad de soldados y oficiales que van a sufrir amputaciones de miembros por congelamiento, así como le pasó a nuestros soldados en Malvinas. Por obra y gracia de estos oficiales argentinos que estaqueaban a los conscriptos y después van a terminar con pies, con dedos amputados, manos; bueno, ahí no los estaqueaban pero hacía tanto frío y los soldados argentinos, no los indios, los soldados de Roca van a ir con lo puesto y una frazada. Entonces, es una persona ambiciosa, y con él, en el Estado Mayor lo acompaña un ingeniero francés militar que había desarrollado la Zanja de Alsina y él en sus memorias dice: “en la premura del general había fiebre política”. Porque él quiere liquidar la cuestión india, llega al Río Negro, se saca la foto, lleva a Antonio Posso, el fotógrafo más top de Buenos Aires en aquel entonces. Si estaban la CNN, llevaba a la CNN, lo lleva a Posso, le saca la foto tocando el Río Negro, vuelve a Buenos Aires, dejas las tropas en el invierno allá, él vuelve en barco, el 9 de julio él ya está acá, en la fecha patria, renuncia como ministro de guerra, se dedica de lleno la campaña y es presidente al año siguiente.
Roca es el general más joven de toda la historia argentina, ni San Martín, ni Belgrano, ni Balcarce, nadie es general a los 31 años, él sí. San Martín dijo: no derramaré sangre de hermanos; don Julio participó en cuanta guerra civil hubo y siempre va a participar del lado de los que van a ganar. Por eso era un Zorro, una persona astuta, lo tengo tan estudiado – lo estudié también para Desmonumentar a Roca, el otro libro- y vi tantas fotos en el Archivo General de la Nación, esa cara, esa mirada huidiza, un tipo indudablemente inteligente. Porque para hacer todas estas cosas que hizo no las hace un improvisado, por eso se convierte en la persona más importante que tuvo la élite y lo van a defender.
Por ejemplo, a los que escribimos sobre esto, el libro Pedagogía de la desmemoria- que ahora salió la tercera edición- jamás tuvo una nota en ningún medio que no fueran alternativos, y en Pedagogía tenemos todo tipo de citas bibliográficas que lo van a defender a Roca porque es eficaz. Cuando él hace las leyes laicas, que es otra cosa que dicen: “no bueno, pero mira, Roca promulgó la Ley de Educación, la 1420, como continuación de Sarmiento, y le va a generar un conflicto grande con la Iglesia”. Pero él era un liberal y si vemos lo que estaba sucediendo en nuestros países hermanos, tanto en Chile, en Uruguay, en otras partes de América Latina, ni que hablar en Europa, es el tema de la Ley de Educación, el tema del matrimonio civil, eran cosas con las que no estaban descubriendo la pólvora. Y luego acá le pega a la Iglesia, le saca eso porque quiere tener el control, el control político de lo que eran las parroquias, no la parroquia eclesiástica, sino la parroquia electoral. Vieron que todavía se habla de parroquia, porque ahí controlas el padrón electoral, entonces él necesitaba eso. Es una persona muy completa, muy completa, él no es que le interesaba la Ley de Educación ni el matrimonio civil en última instancia, a él lo que le interesaba era el control, era una persona absolutamente controladora, él va a ser controlador con sus comandantes, va a ser celoso de cualquier gloria que tenga alguno de ellos. Como por ejemplo con Dardo Villegas que atrapa a Vicente Pincén, que en ese momento era como si Bush hubiera atrapado a Bin Laden. Cuando lo atrapan a Pincén en Buenos Aires los diarios hablan alabanzas sobre Dardo Villegas, a Roca le molesta tanto que le roba el prisionero a su comandante, le pide venir a Villegas a Buenos Aires y Roca pasea con soguita a Pincen por la calle Florida, incluso la revista El Mosquito hace dibujos de ese paseo, nosotros los tenemos publicados.
Es una persona absolutamente completa para la élite, es el mejor empleado que tuvo, nunca nadie se le iguala, ni Martínez de Hoz, Videla, nadie iguala lo que él hizo, porque quién entrega 41 millones de hectáreas, hace la Ley de Residencia, no le sirvió de nada porque venían otros tiempos pero esa ley fue terrible porque amedrentó notablemente al movimiento obrero. De ahí la cantidad de bustos y de homenajes que tiene don Julio. San Martín y Belgrano, la historia oficial va a ser tan macabra con ellos, a Belgrano le van a endilgar lo de la voz aflautada, a San Martín lo van a mostrar como una persona, si ustedes leen bien la historia, que se va a Chile, se va a Perú, se entrevista con Bolivar y después se va de la Argentina, no vuelve más, solo manda cartas. Esos son los héroes que les gustan a ellos, construirlos de esa manera, les gusta eso, en cambio Roca para ellos es completo.
APU: En ese marco, nos interesaba pensar que hay una reivindicación no solo de ese sector liberal de la historia, si se quiere oficial, sino también pensar en Abelardo Ramos y una tradición “nacional y popular” que también reivindica a Roca. ¿Cómo analizas eso?
MV: En cuanto a Abelardo Ramos, tuvo varias épocas. He leído bastante, tiene libros formidables como Las masas y las lanzas, pero después va a terminar como embajador de Menem. Entonces, él tuvo un derrotero un poco errático y al pertenecer a una generación como José María Rosas que es otro que desprecia absolutamente a los indígenas y que considera, lo mismo que muchos marxistas, que no son ni siquiera proletarios, entonces, como diría Alberdi, “no cuentan ni componen mundo” en nuestra sociedad. Entonces, para ellos los indios eran cosa pre-histórica, absolutamente pasado, eran una foto del ayer que había que pasar lo más rápido posible. Que es lo que vemos en algunos manuales escolares que ponen una hoja de los querandíes que cazaban, vivían, creían, todo en pasado. Esos pensadores de la línea nacional y popular quizás, pensando uno, que los indígenas son el ayer que hay que superar, el vamos hacia otro lado, no advertían que nosotros nos teníamos que enriquecer. Así como nos enriquecimos con los inmigrantes que vinieron, con los ingleses, los alemanes, los españoles, con sus costumbres, con sus modos; también nos tenemos que enriquecer con estas naciones que siguen viviendo acá, en la Argentina. Entonces como al más nacional y popular de esos autores que vos estas nombrando, tienen el estigma de que nosotros somos la Europa de Sudamérica, nosotros somos seres de París en medio de la barbarie latinoamericana que nos rodea.
Ezequiel Martínez Estrada, en Radiografía de la Pampa, hace un mapa más o menos mental de lo que verdaderamente es Argentina: es la provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, y para lo que vaya más arriba tenés Chaco, espantos como Salta, Jujuy para esta gente. Esos pensadores no lograron comprender que nosotros somos latinoamericanos, somos sudamericanos, la mitad o un tercio de nuestro país es subtropical. Yo tengo un libro de Miguel Cané que le dice al presidente Carlos Pellegrini que era su amigo, fundador del Jockey Club, que compartían las tertulias toda la noche, le dice: por favor, no planten palmeras en Buenos Aires, planten arboles dignos, porque una palmera es como muy bananero y tropical. Entonces, esos pensadores nuestros, yo los leo y veo que hay un estigma de la europeización argentina, que nosotros somos blancos y los paraguayos son todos negros, está en esos pensadores nuestros.
APU: Algo de lo que se le reconoce en esa lectura sería la fundación del Estado Moderno.
MV: Bueno, alguien lo iba a constituir, pero no olvidemos que ese Estado no sé hasta qué punto era tan moderno como se dice, era el principio del Estado, pero no comparemos con un Estado como tenemos hoy. Alguien iba a construir, a fundar ese Estado, pero no olvidemos que estas tres personas, Mitre, Sarmiento y Roca, son los tres que participan en forma activa en la más carnicera de las guerras argentinas que es la Guerra del Paraguay. Mitre declara la guerra, Sarmiento la concluye y todos los varones de la familia Roca participa en ella. Entonces, no sé hasta qué punto ese Estado roquista va a ser un Estado que va a cumplir las funciones que tiene que cumplir un Estado, como por ejemplo funciones de bienestar para los ciudadanos. Esa élite que está con él como Estanislao Zeballos, se la pasan diciendo que quiénes van a ser ciudadanos argentinos, quiénes pueden ser ciudadanos: son los que poseen bienes. Es como a veces yo lo escuchaba a Mariano Grondona durante la dictadura, cuando ellos le decían cómo volvemos a llamar a elecciones y recuerdo que una vez el doctor estaba diciendo: bueno, habría que ver títulos universitarios, unas cuantas propiedades o dinero, porque no cualquiera puede votar.
El bienestar que daba ese Estado era un bienestar para la élite, o sea yo no veo que sea un Estado. Yo, a veces, cuando leo sobre el estado de lo que se llamaban hospitales, veo que era muy siniestro todo. Recién, hacia comienzos de siglo, en la segunda presidencia de Roca cuando ellos después ponen la conscripción del servicio militar obligatorio y toda una serie de cosas para argentinizar a los hijos de los inmigrantes, ahí podes empezar a ver estos otros resortes del Estado. Pero alguien tenía que comenzar con el Estado y, dado el fuerte avance tecnológico que había en ese momento con telégrafos, que era como si fuera internet ahora, alguien tenía que empezar. No lo veo a Roca como una persona tan meritoria, y eso que yo soy muy objetivo en los textos, pero lo veo como una persona absolutamente cruel, como una persona que logró construir, le dio el puntapié inicial a este país mediocre, a este país mezquino, chiquito, miserable. Así como en las guerras civiles se peleaba por la renta aduanera, solo se van a hacer pujas de la élite, van a hacer un país, un Estado –ese Estado del que vos hablas- que benefició a una clase agroexportadora. Vos mira el tendido ferroviario de sus admirados EEUU, que es un trazado en cuadrillé, y el trazado nuestro que hicieron los ingleses para sacarnos los productos primarios, son todos en abanico que convergen en tres puertos: Rosario, Buenos Aires y Bahía Blanca.
¿Ese es un Estado o es una especie de campamento para que un grupo se enriquezca? Un grupo que ni siquiera profesó el nacionalismo verdadero, sino que era más bien hablado, proclamado que real, esa cuestión de la patria de la que hablan ellos; ellos siempre hablan de la patria. Y nosotros como gente de la izquierda, o del progresismo, zurditos, o como nos queramos denominar, hicimos tan mal en dejarles el tema de la patria a la derecha, tan mal pero tan mal, que yo pienso que eso está cambiando últimamente, y nosotros estamos hablando también de patria, de la patria, que eso no es ser patriotero o nacionalista, sino que la patria es mucho más que ese tendido en abanico que a estos tipos los benefició. Entonces, este es un Estado que cuando detenían a estos inmigrantes que contagiaban a los argentinos, Joaquín V. González decía: pero cómo se atreven a decir cómo tienen que ser las condiciones en que los ponemos a trabajar. Joaquín V. González era otro ministro de Roca, y toda esta gente va a sentir horror ante ese avance laboral, porque son todos señores feudales. Él quiso hacer un Estado para los señores feudales, para la élite y bueno, nosotros hoy estamos pagando esas consecuencias con esas provincias que se esquilmaron, que se dejaron de lado, que alguna vez van a empezar a decir que hay provincias inviables, que hay provincias que dan pérdidas. Cuando ustedes me preguntan por los claroscuros de Roca, yo le veo muchos oscuros.