Sebastián Hermida: “Con José Martínez Suárez algo fuera de lo común siempre puede suceder”
Por Silvina Gianibelli
El lunes 17 de agosto se estrenó Cine de Pueblo, una historia itinerante, de Sebastián Hermida en CineAr, al cumplirse un año del fallecimiento del querido José Martínez Suárez, cineasta, maestro de directores e hijo dilecto de Villa Cañás, el pueblo santafesino que lo vio nacer. José llega para reabrir un viejo cine a un montón de niños que lo esperan expectantes y se sumergen en una novedad que los cautiva. A partir de ese viaje surgen historias de su vida allí, de los lugares que lo marcaron y los personajes que lo vieron crecer entre películas a él y a sus hermanas Mirtha y Goldie. El documental tuvo su estreno en la sección Panorama del 17° BAFICI, y ahora podrá verse de forma gratuita y online en todo el país. AGENCIA PACO URONDO conversó con su director sobre el documental y de lo que significó Suárez para el cine nacional
AGENCIA PACO URONDO: Elegiste retratar a uno de los hombres más influyentes del cine nacional ¿cómo nació la idea?
Sebastián Hermida: José fue mi maestro y luego pasó a ser amigo. Pero siempre fue una responsabilidad en un punto, porque al tratarse de su vida, él iba a ser el primer crítico y era algo muy personal. José se estaba mirando a sí mismo cuando vio el documental por primera vez.
Todo comenzó con José y su Festival Itinerante de Mar del Plata, llevando parte de la programación del festival a pueblos que nunca iban a encontrarse con este tipo de material.
Este viaje fue especial porque era nada menos que a su ciudad natal. José nos convocó a Mario Sábato, a Cristian Bernard y a mí. Cuando uno conoce a José sabe que siempre algo fuera de lo común puede suceder y te puede sorprender.
APU: ¿Cómo fue el primer contacto con él?
S.H.: Siendo alumno. Uno entraba a su taller, rodeado de más de 5000 VHS, libros, guiones y fotos de su familia, Orson Welles, Borges, Fontanarrosa y búhos de todo el mundo que le regalaban sus amigos y alumnos, y entraba al mundo del saber. Se lo veía en apariencia serio, te miraba, te estudiaba y cuando lo ameritaba, había humor del bueno, del inglés, del sutil y creativo.
APU: El espacio escénico del pueblo reconstruye sus afectos, ¿cómo atravesaste esta experiencia?
S.H.: Éramos, como dice el documental, los músicos de la banda que lo seguíamos a cada rincón del pueblo. Y él era el cantante principal que disfrutaba hablar con quien se le acercara con el respeto y amabilidad. Y contando anécdotas a cada uno.
APU: En el documental se lo ve a José Martínez, en su aspecto más sensible, junto a los niños de su ex colegio, transitando la experiencia del cine, ¿qué valor le das a este momento tan íntimo?
S.H.: Estuvimos todos adentro de una película a lo largo de esos cuatro días. El valor fue volver a encontrar ese espacio único, esa comunión que solo genera el cine, o el teatro. Todos juntos, a oscuras, esperando el milagro de una obra que nos conmueva, nos divierta, nos asuste o nos haga llorar.
APU: ¿Cuál fue, para vos, su film más influyente en tu vida cinematográfica?
S.H.: Creo que su obra de arte fue Los muchachos de antes no usaban arsénico, por lo que significó. Dar la cara tuvo un despliegue y una técnica maravillosos, y Noches sin lunas ni soles un ritmo pocas veces visto en cine de género de nuestro país.
APU: En el proceso de cualquier documental queda mucho material para el corazón de quién lo hace, ¿volviste a esas imágenes?
S.H.: La verdad que no. Pero tengo muchísimo material de todas partes donde viajamos juntos, San Luis, Mar del Plata, Colonia, Punta del Este, y de Cañás también. Será para la parte 2.
APU: ¿Qué enseñanza guardás para siempre del maestro Suárez?
S.H.: Más allá de haber sido un maestro con todas las letras, de esos que te empujan exigiéndote y dándote cariño. Y después de haber sido maestro, fue un amigo de verdad. Aprendimos muchas cosas, sobre todo puntualidad. Porque ser puntual es respetar al otro.