¿Siete Cajas es cine paraguayo?
Por Santiago Asorey
El furor de la película Siete Cajas de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori llegó a la Argentina hace unos meses. En Paraguay, la película rompió records de taquilla marcando un fuerte impacto en la industria de ese país. Es la película con más espectadores de la historia del cine paraguayo, desplazando con su éxito a la mítica “Titanic”. Acaso resulta todo un símbolo que sea una película con personajes, espacios e identidades locales la que desplace a Titanic del récord histórico. El género policial y el género de acción tienen en el relato una interpretación propia relacionada a las coordenadas culturales de los personajes de la película. Los sueños de Víctor, un joven carretillero que lleva encomiendas en el Mercado 4 de Asunción, se ven amenazados por las feroces disputas entre mafiosos, policías y pandillas violentas.
Para Víctor los sueños del estrellato se revelan en las pantallas de celulares (la historia sucede en el año 2005 en el boom de los teléfonos con cámara). Solamente en las pantallas tecnológicas Víctor encuentra el respiro de la acción y la violencia de los pasillos del mercado laberíntico. Los sueños, la fama, la posibilidad de una profunda redención se vuelven el motor de la acción y del conflicto.
Es interesante el contrapunto entre el universo oscuro de avería de los pasillos del mercado y el glamour de las publicidades y las pantallas de la televisión. Como si hubiese un diálogo constante entre los dos mundos. Es justamente en la distancia entre esos dos mundos en donde la película encuentra su tono narrativo. En la distancia del mundo como ilusión de espectáculo y la realidad seca y dura de Víctor siendo perseguido y luchando por su vida. Lo interesante es que la brecha brutal entre la imagen de la sociedad del espectáculo y la realidad de los personajes del Mercado 4 nunca aniquilan la ternura. En la relación inocente y compleja de Liz y Víctor, la pareja protagonista, la ternura nunca deja de aflorar.
Por momentos el trabajo de género en la película es excesivamente clásico y ahí aparecen algunas preguntas. ¿Siete Cajas es cine paraguayo? En un plano netamente de contenido podemos decir que sí. En tanto la película está producida y filmada en Paraguay (el relato también incorpora dialectos regionales y particularidades locales). Después la pregunta es si el lenguaje de la película es representativo en tanto lenguaje paraguayo o es como Campanella que filma cine norteamericano hecho en la Argentina, hablando un idioma genérico que no responde a tradiciones narrativas locales.
De todas formas habría que pensar si efectivamente estas preguntas son pertinentes para el cine contemporáneo de la región. Tal vez el horizonte de disputa y conquista para las producciones paraguayas esté en otra instancia en donde esa pregunta todavía no sea necesaria. Por lo pronto habría que reconocer que "Siete Cajas" es un suceso industrial y cultural.