Un crimen oficial en los impunes años noventa

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Un crimen oficial en los impunes años noventa

24 Enero 2015

Por Manuel Izraelson

El documental G un crimen oficial revela complicidades mafiosas y funcionarios públicos corruptos llegando hasta lo más alto de las esferas del poder político. Lo entrevistamos a él y a Karina Bonifatti (asesora del guión) antes del estreno de su obra.

El subcomisario Gutiérrez fue encontrado muerto una madrugada de agosto del año 94  con un tiro en la cabeza en el tren que lo debería llevar a su casa. El caso causó muchísimo revuelo mediático, un compañero de Gutiérrez admitió que el subcomisario estaba investigando un galpón custodiado por la policía, galpón que después se terminó relacionando con el escándalo de la “Aduana Paralela”. Con dos sospechosos de la Policía como autores materiales del crimen, uno prófugo y otro en libertad, el caso quedó en la nada, hasta que el año pasado los jueces de Casación Penal de la Provincia votaron en concordancia con un dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ordenaron una nueva investigación.

 

APU: El documental plantea la idea de que la década del 90 será recordada por la impunidad de los asesinatos cometidos en dicho período. ¿Por qué eligieron este caso en particular?

Daniel Otero: Yo creo que es el único caso que más allá del crimen, tiene componentes que permiten reflejar completamente a la época e incluso remitirse a los antecedentes de la época. Creo que las características de la familia a la cual pertenece la víctima le dan una característica muy particular que no la tienen otros crímenes. La década del 90 se caracterizó por crímenes con un claro componente mafioso que quedaron impunes, pero esto es sólo una parte de los componentes de este caso. El caso del subcomisario Gutiérrez implica situaciones que están dentro de la causa judicial y situaciones que están por fuera de la causa judicial. El hecho de que la victima sea un policía, que el hermano de la victima haya sido un preso político durante la dictadura militar y que su hermano policía era el que hacía la investigación para saber dónde estaba su hermano y al menos logra que no lo maten; esa situación no se da en otros casos. Esto remite a una época, a la dictadura militar, que es donde se engendra el plan económico que se implementa en los años 90 y  le termina costando la vida a Jorge Gutiérrez. El hermano de la víctima es una persona con una trayectoria sindical, su hermano (la víctima) le hacia la custodia durante las elecciones sindicales una vez que regresó la democracia. Estos elementos, más los elementos particulares de la causa que implican a la Policía Federal, a la Policía Bonaerense, que los ejecutores son policías, que la víctima es policía, que las empresas involucradas remiten al corazón del poder de la época, bueno, estos elementos hace que sea un caso muy particular.

Por otro lado, me acuerdo que Neustadt tenía un eslogan que decía más o menos algo así: “los organismos de DDHH sólo se preocupan cuando las víctimas pertenecen a una organización de izquierda, pero cuando hay un policía asesinado no les interesa”. Este caso permitía demostrar que esa declaración es absolutamente falsa y lo termina de demostrar el hecho de que el caso lo tomó el CELS, organismo que hizo la presentación en el año 99 en la OEA y es la que llevó a que en diciembre del año pasado la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA condene al Estado argentino por negación de justicia en este caso. Durante los veinte años que transcurrieron desde que se cometió el crimen hasta esta sentencia no hubo prácticamente ningún interés que no sea el de las organizaciones de DDHH sobre este caso. Desde ya que no se preocupó la Policía Federal ni la Policía Bonaerense y en lo único que contribuyeron es en que el caso quede impune.

Karina Bonifatti: Mi tarea fue más bien posterior, yo ayudé con la edición del guión. Me parece que el documental está dirigido a la juventud, la música y el guión apuntan a eso. Tiene un carácter bastante pedagógico, es un caso emblemático pero además él (Daniel) ha encontrado una buena historia que además habla de una época. La narración de la historia enseña relaciones, vínculos y complicidades que está bueno que se conozcan. El documental tiene un buen trabajo de asociación, en ese engranaje hay una particularidad propia.

APU: El documental ofrece por un lado periodismo de investigación pero por otro lado utiliza recursos cinematográficos del género policial y de suspenso. ¿Cómo se planteó esta realización?

DO: Yo creo que uno tiene que estar afinado con la historia que se quiere contar, si uno está afinado las cosas te llegan, nuevos datos, personajes, etc. El personaje del portuario que tiene dos intervenciones lo conocí ahí mismo, yo estaba arriba del puente buscando algunas tomas y de golpe apareció este hombre. Después hubo un laburo un poco más fino porque la temática lo requería y además porque los elementos de la historia daban para eso. Es un poco de todo, un poco el azar, de suerte y también de sangre, sudor y lágrima. El trabajo de edición fue muy importante, yo estuve tres años metido en este proyecto, 150 horas de grabación, llega un momento en donde uno se siente perdido y a la vez muy compenetrado con la historia. Necesitas a alguien que no tenga vínculos con los personajes y que los pueda recortar, par mi era muy difícil. Ahí entró Karina a darme una mano.

APU: Pero por los planos de cámara, los efectos y la música, por momentos parece una ficción…

DO: Mi intención fue convertir un documental periodístico en un relato “non fiction”, que parezca que es una ficción, narrarlo como si fuera un testigo presencial.

APU: Por momentos me hace acordar a “Policías en Acción”, me refiero a ciertas cosas de su formato…

DO: Yo laburé mucho tiempo en televisión y realizaba ese tipo de formato. A mí el formato de “Policías en Acción” me parece maravilloso, el punto es que no coincidimos en el contenido y ellos trabajan para la Policía, nosotros no. Volvemos al tema de los imprevistos, por ejemplo la situación que ocurrió con la Bonaerense en San Francisco Solano, eran las dos de la mañana y yo estaba tomando imágenes del conurbano desolado, entonces se acerca la cana y me pregunta que hacía grabando el Bingo, yo no estaba grabando el Bingo (la escena queda grabada y forma parte del documental, se ve al policía cargando su arma y amenazando a Daniel y su compañero).

APU: No hay muchas realizaciones que hablen de la década del 90 a través de este tipo de relatos. ¿Por qué piensan que se da esto?

DO: La verdad que yo tenía miedo de que sea como algo del pasado, para mí mucho del presente se explica ahí y muchos de los personajes de la historia tienen el mismo poder o más que en los años 90.

KB: Uno podría decir que es un buen documental para entender los negocios entre la seguridad y la inseguridad hoy.

DO: Además hay una lección para los mismos policías; “muchachos, para ustedes también hay”. Si hay que matarlos los matan, no solo por Gutiérrez, sino por Piazza también, que es el otro policía que matan en el 2003 (Ex Comisario asesinado dos días antes de declarar por el caso del Sub. Comisario Gutiérrez, su cuerpo fue encontrado en un descampado con un tiro en la nuca y las manos atadas, según la autopsia se comprobó que lo obligaron a arrodillarse). Lo que me dijo un documentalista sobre el documental que le llama mucho la atención la presencia del conurbano, porque los directores y los documentalistas no suelen meterse en el conurbano.

APU: ¿La realización del documental te trajo algún problema?, te metes con gente pesada…

DO: No. Yo no lo considero como un apriete, pero lo podría haber hecho. Una noche me llamó Fernando Burlando, yo por distintos medios había tratado de contactarme con personas que estaban involucradas con el caso, entre ellas un empresario muy importante. A esta persona le envié un correo a través de su empresa y quince días después me llama por teléfono Fernando Burlando, eran las once de la noche y hablaba de manera muy misteriosa, para decirme que hablaba en nombre de Ernesto Gutiérrez Conte y que quería reunirse conmigo y me dejó su número. Luego de ese llamado nunca más me atendió el teléfono. Es sabido a quién defiende Burlando, yo no lo tomo como una intimidación pero lo podría haber tomado como tal.

APU: Lo interesante de este empresario que vos nombras es que hoy se mueve en un ámbito del “jet set”…

DO: Bueno, son los años 90, pizza con champagne.

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