Un poco de intimidad

  • Imagen

Un poco de intimidad

16 Febrero 2015

Por Juan Ciucci

Somos muchos los que podemos recitar sus letras, algunos dirán todas. El resto es probable que las vea aparecer en aquellos adversarios iracundos: los medios. Ellos también han tomado sus palabras, y el escucha/tele/vidente sabe desde algún ricón propio o compartido que eso es del Indio, o ese pelado, cuanto menos.

Muchos no lo sabrán, pero es probable que les extrañe que aparezcan esas palabras en los medios. Será un cambio en el registro del lenguaje que vienen consolidando, imposible de no advertir. No han logrado, aun, adueñárselas. Lo creemos casi imposible, pero nunca sabemos.

Todo esto creemos las han cargado de una presencia vital en nuestra cultura popular. Se ha sumado a otras, de las muchas con las que tantos artistas populares han enriquecido nuestro hablar, nuestro pensar. Esto incluso ya está dicho, aceptado, transitado.

Esta muestra sucede en vida de uno de esos artistas, y que elige mostrarnos, algo, de su existir. Esas letras en paredes y vitrinas nos confrontan con esos pasos hacia las palabras que ya no sólo no serían otras, sino parece las únicas posibles. ¿Cómo pensar distinta Esa estrella era mi lujo? ¿Qué modifica de nuestra liturgia?

Algunas frases vienen a aclarar intensiones, para ese mito de las letras crípticas del Indio. Entonces lo que parecía brumoso se aclara, aunque no queda claro que fuese tan brumoso antes. La frase perdida en Juguetes perdidos aparece tachada, y estamos de acuerdo. La creación es también quitar, sacar lo que sobra; y acá tenemos notable ejemplo. O eso decimos nosotros, para otros pudiera ser fundamental ese grito a mediados de los ´90.

Así hay muchas palabras que nos persiguen en el catálogo que nos regalan, cual si fueran eternas pruebas de lo otro posible. Acompañadas de imágenes, cuadros, ropas, guitarra, forman esta muestra, ese espacio que el Indio elige compartir. Y que transmuta al público de la Biblioteca Nacional, que abre esas puertas hacia estas culturas. Cual ¡Al Colón! de antaño, vemos aquello que compartíamos en remeras en una exposición de la institución cultural más importante del momento. Una tribu, agradece.