El BRICS ya representa más del 30% del PBI mundial
El bloque “BRICS +”, compuesto inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha evolucionado en los últimos años hasta convertirse en una de las coaliciones más relevantes en la política y la economía global. Su crecimiento ha sido notable, especialmente con la reciente incorporación de Malasia, Indonesia y Tailandia, lo que resalta su capacidad para seguir expandiendo su influencia. El BRICS, que en su origen tenía como objetivo agrupar a las principales economías emergentes, ha logrado convertirse en un actor crucial en un mundo cada vez más multipolar. Esta expansión ha abierto nuevas oportunidades para los países miembros, particularmente en términos de comercio, inversiones e infraestructura. En este contexto, los países del Sur Global, que históricamente han sido marginados por las grandes potencias, ahora tienen una plataforma para promover su desarrollo económico. A su vez, esta creciente relevancia del bloque resalta la gravedad del error de política exterior cometido por el presidente argentino, Javier Milei, quien recientemente optó por alejar a Argentina del BRICS, perdiendo valiosas oportunidades de financiamiento e inversión.
El BRICS ha representado una alternativa a los modelos dominantes en el comercio y las finanzas internacionales. A lo largo de los años, ha ofrecido una plataforma para la cooperación económica entre países en desarrollo, proporcionando acceso a nuevas oportunidades comerciales y a un sistema financiero más accesible que el de las tradicionales instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Además, el bloque ha impulsado iniciativas como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), que fue creado con el objetivo de financiar proyectos de infraestructura y desarrollo en los países miembros y otras naciones en vías de desarrollo. A través de este banco, el grupo ha conseguido ofrecer préstamos a condiciones más favorables que las impuestas por las instituciones financieras tradicionales. Esta flexibilidad y accesibilidad en el crédito es uno de los principales atractivos para los países que buscan financiar proyectos de desarrollo sin las restricciones políticas y económicas que normalmente vienen con los préstamos del FMI.
El acceso al NDB es una de las mayores ventajas que ofrece el BRICS a sus miembros, y es una de las razones por las que la incorporación de nuevos países es vista con buenos ojos por muchos analistas. La reciente inclusión de Malasia, Indonesia y Tailandia ha ampliado el espectro de oportunidades para los países miembros. Estas naciones, ubicadas estratégicamente en Asia, han abierto nuevas rutas comerciales para los miembros del BRICS, aumentando el volumen de exportaciones dentro del bloque. A su vez, el creciente mercado de consumo en estos países es un factor clave para los sectores productivos de los países miembros. Por ejemplo, Brasilia y Pretoria pueden aumentar sus exportaciones de productos agrícolas, mientras que India puede diversificar sus exportaciones de tecnología e innovación. Además, el dinamismo de China, la principal economía del bloque, ofrece un mercado atractivo para las exportaciones de los países que forman parte del BRICS. La complementariedad de las economías fomenta un comercio interno fluido, lo que facilita la diversificación de mercados para los países más pequeños dentro del bloque.
A lo largo de los años, el gigante asiático ha sido un motor clave para las exportaciones dentro del bloque, tanto a nivel regional como global. Este país, que cuenta con una de las economías más grandes del mundo, ha invertido fuertemente en infraestructura y desarrollo en otras naciones en desarrollo, incluyendo a los miembros del grupo. A través de estas inversiones, Pekin ha mejorado las redes de transporte y energía, lo que ha abierto nuevos mercados para los productos de los países del bloque. En este sentido, las inversiones chinas en el BRICS no solo han beneficiado a China, sino que han proporcionado a los países miembros la oportunidad de mejorar sus infraestructuras y crear nuevas fuentes de ingreso a través de las exportaciones.
En cuanto a las inversiones, el BRICS también ha jugado un papel fundamental al facilitar un entorno de negocios más accesible para las economías emergentes. La posibilidad de acceder a recursos financieros, junto con la cooperación técnica y comercial entre los miembros del bloque, ha permitido que países como Brasil, India y Sudáfrica atraigan inversiones extranjeras directas. Estas inversiones no solo se limitan al sector energético o extractivo, sino que también han empezado a dirigirse a sectores clave como la manufactura, las tecnologías digitales y las energías renovables. Los países del BRICS están cada vez más diversificando sus economías, moviéndose hacia sectores de mayor valor agregado y abriendo nuevas oportunidades para las empresas internacionales.
Uno de los mayores errores de la política exterior argentina ha sido el distanciamiento del BRICS en un momento en el que las oportunidades de inversión y exportación están creciendo exponencialmente. La decisión de Javier Milei de sacar a Argentina de este bloque, en su afán de alinearse con el eje Washington-Tel Aviv ha sido ampliamente criticada por los expertos en relaciones internacionales y economía. Argentina, con una economía marcada por la inestabilidad financiera y una alta dependencia de los mercados internacionales, podría haber aprovechado las oportunidades de financiamiento que el NDB ofrece a los países miembros del BRICS. El hecho de que el país haya optado por abandonar el bloque limita su acceso a recursos financieros clave que podrían haber sido utilizados para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo. Además, el hecho de que Argentina haya perdido la oportunidad de integrarse más profundamente en la red de comercio e inversión del BRICS significa que el país está perdiendo una serie de ventajas competitivas frente a sus vecinos latinoamericanos que siguen siendo parte del bloque.
La decisión del jefe de estado argentino también se ve en el contexto de su política de apertura económica hacia los Estados Unidos y otras potencias occidentales. Aunque el alineamiento con las economías desarrolladas puede ofrecer ciertos beneficios inmediatos, a largo plazo podría limitar las oportunidades de Argentina de diversificar sus relaciones comerciales e inversiones. En un mundo cada vez más multipolar, las economías en desarrollo necesitan coaliciones de peso como el BRICS para impulsar su crecimiento y aumentar su influencia en el escenario global.
En octubre, los líderes del BRICS se reunieron en Kazan, Rusia, para discutir el futuro del bloque y su papel en la economía global. Durante la cumbre, se ratificó el compromiso de seguir ampliando la membresía, lo que incluye a países como Malasia, Indonesia y Tailandia, y se reconoció el importante papel que el bloque juega en la configuración de un nuevo orden económico internacional más equitativo. Además, los líderes acordaron seguir avanzando en la reforma de las instituciones financieras internacionales para garantizar que los países en desarrollo tengan una mayor voz en los foros globales. La Cumbre de Kazan también subrayó la importancia de fomentar el desarrollo sostenible y la cooperación en áreas clave como la energía, la tecnología y la infraestructura, sectores que son fundamentales para el crecimiento económico de los países del Sur Global.
El BRICS está cada vez más posicionándose como un motor de desarrollo para los países en vías de desarrollo. Sin embargo, este crecimiento debe ir acompañado de un esfuerzo por construir una economía global más justa, en la que los países del Sur Global puedan desarrollar sus industrias y manufacturas. El desafío de construir un mundo multipolar justo implica que los países en desarrollo deben avanzar hacia la industrialización y la diversificación económica, para no seguir siendo dependientes de la exportación de materias primas. Esto requiere un enfoque integral que no solo promueva la cooperación económica, sino también el acceso a tecnologías, financiamiento y mercados globales. Solo así se podrá garantizar que el crecimiento del BRICS sea inclusivo y beneficie a todos sus miembros, contribuyendo al desarrollo de una economía global más equitativa.
* El autor es Embajador Honorario del IMBRICS +