“Los grandes productores no se referencian en la Sociedad Rural Argentina”
Por Juan Ciucci
APU: ¿Cuál es el análisis que realiza de la nueva representación del agro?
Marcelo Panero: El artículo que apareció en El agro como negocio, que compilan Carla Gras y Valeria Hernández, en realidad es parte de una tesis de un doctorado. Lo que estoy pensando es cómo se reconfiguró la representación de los sectores empresarios del agro y particularmente los sectores más grandes. Una de las hipótesis que sostengo en el trabajo es que la Sociedad Rural Argentina (SRA) pierde la centralidad que tenía en la representación de estos sectores mayoritarios. Por un lado, en base a recopilación del material, declaraciones de la entidad, de las autoridades, comunicados, hago un seguimiento desde el año´96, cuando se aprueba la soja transgénica y esto permite conjugar una serie de transformaciones tecnológicas y empresariales que modifican sustancialmente la naturaleza productiva del agro.
Me refiero a que la soja crece muchísimo en relación a los otros productos, hasta ser hoy casi el 50% de la producción rural agrícola argentina. Los más grandes productores en buena medida se vuelcan ahí y hay también una reconfiguración tecnológica para poder avanzar en la producción sojera, que implica mayor inversión de capital, una producción en mayor escala tanto en tierra como en maquinaria, lo cual significa que hay una concentración de la propiedad. En función de eso, lo que hice fue ver qué lectura hace la Sociedad Rural Argentina de la producción de la soja y encuentro -sorpresivamente- que la SRA no acompaña este avance. Tomé como inicio el ´96 y corto en el ´08, que fue el conflicto por las retenciones móviles. El primer año, la Sociedad Rural no menciona en ningún lado, ni en declaraciones de sus autoridades, ni en su publicación, nada que tenga que ver con la soja. A partir del año´97 comienza a haber algunas menciones pero siempre en términos de prevención, diciendo “apoyamos las innovaciones tecnológicas pero hay que tener cuidado que esto no nos cierre los mercados de algunos productos”. En algún momento pedían un etiquetamiento de las semillas que fueran transgénicas y de las que no. En el año 2003 y 2004 recién ahí comienza a haber manifestaciones ya más favorables a la soja. Mi análisis es que los grandes productores en buena medida están ligados a la producción sojera, SRA no ha acompañado ni discursivamente ni en términos concretos a esta nueva situación, recién en los últimos años se acoplan al nuevo escenario.
Por otro lado, hay también cambios productivos y estatales que ocurrieron en los´90, privatizaciones por un lado, eliminación de entidades reguladoras que en el caso del agro se privatiza el Mercado de Liniers, se eliminan las cuotas nacionales de carnes, granos, etc. Esto lo que hacía precisamente era regular la actividad del sector, a partir de ese momento comienza a operar una lógica de mercado y las entidades gremiales, no sólo la SRA, sino también las otras, sufren la pérdida de aquella instancia donde ejercían mayor incidencia frente al Estado, la política macroeconómica. Pensá que en los ´90 el Estado se abstiene, fruto de la convertibilidad y de algunas otras medidas, pierde muchos de los elementos que tenía para hacer política macro, no puede hacer política monetaria. Elimina las retenciones, por lo tanto no puede hacer políticas comerciales y esto queda mucho más sujeto a la lógica de mercado.
En ese marco crece y tiene mucho más efectividad otro tipo de actividad que en el ámbito de estos estudios se le llama entidades técnicas, como AACREA y AAPRESID. Que son entidades que no operan defendiendo los intereses del sector, no tanto por la búsqueda del incremento de los precios o no tanto por la búsqueda de ganancias por el hecho de la modificación de políticas económicas, sino más bien por las recomendaciones, sugerencias en el marco microeconómico. Tratar de eficientizar la producción, hacerla más barata, mejorar lasa técnicas de gestiones.
Como contracara de esto, cuando en el 2003 el Estado vuelve a retomar algún tipo de intervención en términos regulatorios, vuelve a hacer política monetaria, vuelve a instalar las retenciones y demás, ahí las entidades gremiales vuelven a tomar protagonismo. En base a esto digo que la Sociedad Rural pierde centralidad, lo cual no quiere decir que deja de existir, sino que ya no expresa por excelencia y casi de manera unívoca los sectores predominantes del agro.
APU: Recién mencionaba estos espacios técnicos, pero qué pasa con otros tipos de entidades, por ejemplo, Federación Agraria Argentina. ¿Ese tipo de entidades tendrían una mayor participación?
MP: El artículo toma en cuenta los sectores dominantes, no los sectores medianos o pequeños. Uno de los dos argumentos -de la pérdida de eficacia de las entidades gremiales- compete a todas, tanto a la FAA como a asociaciones rurales como a Coninagro, todas en los´90 sufren este proceso de pérdida de eficacia en cuanto a su accionar. Pero no tanto por ellas, sino porque el ámbito donde depositaban su demanda queda incapacitado para aplicar política. Me parece que después corren suertes diferentes, Federación Agraria creo que sufre una fuerte transformación interna que habría que analizar más en particular. Lo que yo hice en el artículo fue la lógica de comparación gremial y la lógica más técnica, enfocando particularmente SRA.
APU: ¿Después del 2008, ve que se ha producido un cambio en esa situación?
MP: No he trabajado particularmente el 2008, saliendo del artículo, me parece que es un proceso de síntesis donde confluyen distintas tendencias que venían manifestándose por separado. En primer lugar, cuando el Estado vuelve a escena la entidad gremial cobra mayor protagonismo y segundo, el agro mostró que tiene poderío, al menos los actores políticos del agro demostraron que tienen poderío, ahora, tienen poderío juntos, por separado es otra cosa. Solamente juntos pudieron hacer el ruido que hicieron y además, respecto al conflicto, cómo puede ser que un conflicto con una base no urbana, lejos de los grandes centros urbanos, hubiera tenido tanto impacto en esos centros. A tal punto que acá, por ejemplo, se organizaron cacerolazos, hubo una gran manifestación, personas que marcharon a Plaza de Mayo y demás. Me parece que para entender el conflicto del 2008 hay que entender tres cosas: por un lado, las entidades gremiales cobran un mayor protagonismo a partir de que el Estado vuelve a tomar protagonismo; en segundo lugar no hubieran tenido tanta relevancia si no actuaban juntas; y en tercer lugar, tampoco hubieran tenido tanta relevancia si no se hubiera dado una alianza tácita con los grandes medios de comunicación. No se puede entender esto sin esas tres puntas.
APU: Se lo preguntaba en el marco de esta centralidad de la que hablaba en cuanto a si las entidades gremiales, después del 2008, han recuperado esta centralidad en la representación del agro.
MP: Me parece que ahora hay una representación más compartida que lo que era antes de los´90. En cuanto a que si bien recuperaron centralidad de la mano de tomar el discurso o de entender la nueva situación; tengo la sensación de que hoy por hoy muchos de los grandes productores no se referencian en la Sociedad Rural Argentina, sino más bien en lo que llamamos entidades técnicas. Ahí encuentran los nombres grandes del agro, de los grandes productores sojeros. Creo que a la Sociedad Rural le queda un gran prestigio para el sector, a eso me refiero, le queda el nombre, le queda un conjunto de relaciones y de vínculos muy fluido. Le queda el conocimiento de cómo operar en la actividad gremial y su imagen social sigue fuertemente influenciada por sectores ganaderos y lecheros que son en términos productivos aquellos que no han ganado en estos años o al menos los que se han mantenido sin crecer.
Marcelo Panero: Profesor en Ciencias Políticas (UNRC), Magíster en Sociología y Ciencia Política (FLACSO) y candidato a doctor en Doctorado en Ciencia Política (UNSAM). Docente de las Universidades Nacionales de San Martín, Villa María y General Sarmiento. Sus temáticas de interés están relacionadas con la participación política del empresariado, las organizaciones representativas y la problemática rural.