Milei se presenta como un dogmático del anarco-capitalista: ¿Qué significa esa definición para la etapa que comienza?
La incertidumbre generalizada tiene que ver con la pregunta: ¿Qué hará Javier Milei en el gobierno? ¿Cómo será su programa económico? La pregunta es importante para la militancia peronista, porque de acuerdo a la respuesta que se dé se puede empezar a indagar en las estrategias que se puedan desplegar.
Como se sabe, Milei se presenta como anarco-capitalista, un subproducto específico del liberalismo que a su vez tiene diferencias profundas con esa escuela. En la concepción extrema de Milei, no debieran existir los Estados porque todo debe reducirse a relaciones entre personas (sean individuos o empresas). De allí sus afirmaciones sobre compra y venta de órganos, personas o armas ("fueron reflexiones filosóficas", describió). Por eso, para Milei no es un problema - teórico, en principio - que él como presidente desconozca a China, porque según su cosmovisión las transacciones económicas son "entre privados".
Ahora bien: ¿Milei piensa trasladar esa visión radical a su programa de gobierno? ¿O abandonará su dogmatismo para adaptarse a un liberalismo realmente existente? Las dos preguntas se abren hacia lo desconocido. En el primer caso, estaríamos ante una programa económico nunca antes visto ni esbozado en el país. En el segundo, Milei debería gobernar por fuera de sus convicciones profundas. ¿Lo aceptaría? ¿Renunciaría?
Desde miradas diferentes, el economista y dirigente peronista Guillermo Moreno o el ex canciller Rafael Bielsa, por citar solo dos casos, insisten en caracterizar a Milei como un "revolucionario", una persona "que está profundamente convencida de lo que dice". Es un dogmático del anarco-capitalista. Si se acepta esa premisa, ¿será necesario pensar la etapa que comienza con nuevas categorías, desconocidas en los últimos 100 años de historia en el país?
En más de una entrevista, Moreno advirtió que Milei propone hacer su propia revolución anarco-capitalista, que no tendría nada que ver con el reformismo neoliberal de Carlos Menem en los 90 o de Mauricio Macri en el período 2016-2019 (para Moreno, el modelo rentístico protagonizado por Macri comenzó con la devaluación kirchnerista de 2014 y se extendió a la gestión de Alberto Fernández). Para el dirigente peronista, el éxito de una revolución depende de la capacidad de resistencia de la contrarrevolución. El desafío es tan grande como la incógnita en torno al líder de La Libertad Avanza.