Mitos y verdades sobre la nueva fórmula de movilidad
Por Santiago Fraschina* | Foto: Manuel Fernández
La fórmula de movilidad propuesta por el Frente de Todos fue aprobada por la Comisión Mixta Bicameral luego de más de 6 meses de debate, donde participaron expertos de la Seguridad Social y representantes de distintos sectores, organizaciones y partidos políticos. Esta fórmula de movilidad fue confeccionada siguiendo la lógica de aquella que aplicó entre 2009 y 2017 (Ley 26.417) e hizo que los jubilados y las jubiladas ganaran un 25,8% de poder adquisitivo. La fórmula propuesta otorgará incrementos de haberes jubilatorios en función de los aumentos salariales y de la variación en los recursos tributarios de ANSES, ponderando las variables en igual medida (50%-50%).
Sin embargo, y a pesar de ser una fórmula cuya efectividad para aumentar los haberes ya ha sido probada, desde sectores de la oposición y diversos medios de comunicación rápidamente se alzaron las primeras voces críticas que mencionan que se trata de una “fórmula de ajuste” que forma parte del programa de negociación con el FMI.
Dado el revuelo que tomó el debate público, esta nota se propone contrastar los distintos argumentos esgrimidos por aquellos que se oponen a la fórmula propuesta. La intención es poner en relieve las principales críticas y cuestionamientos, y responder a todos y cada uno de ellos.
Mito 1: “La exclusión de la inflación en la nueva fórmula de movilidad provocará pérdidas en el poder adquisitivo de las jubilaciones”
En primer lugar, la fórmula propuesta considera a las variaciones de la recaudación tributaria de ANSES, la cual está compuesta principalmente por IVA y Débitos y Créditos. Estos dos impuestos tienen una alta correlación con la evolución de los precios de la economía. La recaudación de estos dos tributos depende fundamentalmente de la evolución del consumo (IVA) y del monto de las transacciones bancarias (Débitos y Créditos). Debido a ello, es una falacia que la nueva fórmula de movilidad no considera la variación de precios, ya que se toma en cuenta de manera implícita dentro de la recaudación tributaria.
En segundo lugar, la experiencia de la fórmula de movilidad sancionada en 2017 indica que ponderar en un 70% a la inflación no garantiza ni siquiera mantener estable el poder adquisitivo de las jubilaciones: entre 2018 y 2019 las jubilaciones perdieron un 19,5% de su poder adquisitivo.
Verdad 1: “Incluir a la recaudación permite compartir el crecimiento económico con los jubilados y las jubiladas”
La experiencia de la aplicación de la fórmula sancionada en 2008 constituye evidencia suficiente de que incluir la recaudación tributaria permite que los jubilados y las jubiladas se beneficien del crecimiento económico. Los datos así lo demuestran: en 7 de los 9 años en que aplicó, dicha fórmula otorgó incrementos superiores a la inflación, permitiendo que los haberes se aumenten un 25,8% por encima de la variación de los precios. En contraposición, si hubiese aplicado la fórmula de Cambiemos, atada a la inflación, los haberes hubieran perdido un 1% de su capacidad de compra entre 2009 y 2017. Es decir, que hoy tendríamos haberes sensiblemente más bajos.
Mito 2: “La nueva fórmula de movilidad implica ajuste para los jubilados y es parte del programa de negociación con el FMI”
Como ya se demostró en el punto anterior, la nueva fórmula de movilidad no implica un ajuste para los jubilados, sino que la inclusión de la recaudación y los salarios en el cálculo de la movilidad permite hacerlos partícipes del crecimiento económico. Partiendo de niveles bajos de las variables, dado que la pandemia empeoró los niveles de actividad y de recaudación, y también tuvo ciertos efectos indeseados sobre el mercado laboral (caídas de los salarios en términos reales), las proyecciones indican que tanto la recaudación tributaria como los salarios crecerán por encima de la inflación durante los próximos años. Estamos frente a la oportunidad de hacer partícipes a los jubilados y las jubiladas de la recuperación económica venidera.
Con respecto al supuesto pedido del FMI por esta fórmula de movilidad, la realidad es que la fórmula se viene discutiendo y trabajando, en el marco de la Comisión Mixta de Movilidad Previsional, hace 6 meses con múltiples referentes de distintos sectores (CGT, CTA, Jueces, fiscales, abogados, etc.), representantes de los distintos bloques, diputados, senadores y otros expositores especialistas en Seguridad Social.
Verdad 2: “En un informe del FMI en noviembre de 2016 se sugirió modificar la fórmula de movilidad sancionada por la Ley 26.417 debido a que incrementaba el gasto previsional por encima de la inflación.”
La recomendación del FMI era reemplazar la Ley 26.417 por una que fijara la actualización de los haberes en base a la inflación. El informe del FMI destacaba que una fórmula que ajustara por inflación permitiría preservar el valor real de las jubilaciones, pero reduciría el gasto en pensiones en aproximadamente un 20% del PIB principalmente por dos efectos: los haberes aumentarían más lentamente y los haberes iniciales serían levemente menores. Entonces se esclarecen dos cuestiones: el FMI está en contra de la actual fórmula de movilidad y la fórmula que representa un ajuste para los jubilados es la del 2017, y no así la del 2008.
Mito 3: “La inclusión del tope en la fórmula imposibilita que los jubilados participen en las mejoras de salarios y del PIB”
En primer lugar, el tope está compuesto justamente por la Recaudación total de la ANSES, que considera Aportes, Contribuciones e Ingresos Tributarios (es decir que efectivamente los participa del crecimiento económico). Además, el tope impide que la inversión de ANSES aumente muy por encima de los ingresos del Organismo ya que plantea que los gastos se pueden desviar hasta un 3% de la evolución de los recursos. Esto quiere decir que esta fórmula tiene un tope flexible, que es el mismo que funcionó en la fórmula del 2008 y que no impidió que los haberes crecieran un 26% en términos reales. Cuando crecen los salarios, crecen los aportes y consecuentemente se incrementa la recaudación total. Y cuando suben los recursos tributarios también aumenta la recaudación total. Por lo tanto, la fórmula de movilidad y el tope generalmente se mueven de manera similar.
Debido a ello, de los 9 años en que se aplicó la fórmula del 2008, el tope operó solo en 3 oportunidades, y en 2 de esas 3 los haberes jubilatorios superaron a la inflación (Verdad 3).
Mito 4: “La fórmula actual es peor que la de Macri”
En este punto, es necesario advertir que no es correcto comparar las fórmulas en períodos cortos de tiempo. Las fórmulas deben ser analizadas en el largo plazo y la fórmula del 2008 ya demostró su capacidad para incrementar los haberes de los jubilados por sobre la inflación. Si la fórmula de Macri hubiese operado durante el período en que funcionó la fórmula del 2008 (2009-2017), en lugar de incrementarse los haberes un 25,8%, los jubilados y las jubiladas hubiesen perdido un 1% de su poder de compra.
Por su parte, los años 2018 y 2019 han sido particularmente atípicos. Durante estos años de inflación elevada, en donde prácticamente todos los sectores perdieron poder adquisitivo, ambas fórmulas de movilidad hubiesen incrementado los haberes por debajo de la inflación. En un contexto de caída de la actividad, de los ingresos y del consumo, difícilmente una fórmula que se guíe por variables macroeconómicas pueda dar bien.
En resumen, con la fórmula de movilidad que se está proponiendo se busca reforzar la sustentabilidad del sistema previsional atando la evolución de los haberes a la evolución de los recursos de ANSES y al mismo tiempo incluir a los jubilados y las jubiladas en la recuperación económica de los próximos años. Lejos de ser una “fórmula de ajuste”, las proyecciones indican que esta fórmula incrementará los haberes por encima de la inflación y por encima de la fórmula de movilidad suspendida.
*Secretario General de la ANSES