Salir del Infierno: sabemos cómo y tenemos con qué

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DEBATE

Salir del Infierno: sabemos cómo y tenemos con qué

14 Julio 2025

Cortito y al pie: salir del infierno significa pasar de una economía sustentada en la motosierra, la represión y el endeudamiento a otra sustentada en el trabajo, la producción y la soberanía.

El infierno dónde estamos

Como en la Divina Comedia del Dante, nuestro infierno tiene varios círculos: el económico, el social y el político.

No creo necesario extenderme en el círculo económicos ni y en el social. Existen numerosos diagnósticos sobre el estado de la economía, entre ellos los informes de origen tan disímil como los del CEPA y los de FIEL. También son de público conocimiento los análisis de los estragos producidos sobre nuestra sociedad, como por ejemplo los informes de CIFRA o de NODAL.

Quiero detenerme muy sintéticamente en la descripción del infierno político, toda vez que en esta ocasión tenemos un presidente:

  • Con una visión estrecha y totalmente inamovible de los problemas que tiene por delante. En su opinión todo se reduce a eliminar a cualquier precio el déficit fiscal, destruir el estado y alinearnos internacionalmente con los EE.UU. e Israel, pensando que con ello terminará con la inflación y reducirá el riesgo país, a partir de lo cual lloverán inversiones y crecerá la economía;

  • Que reniega absolutamente de las obligaciones del estado nacional en materia de salud pública, de educación, de bienestar social y de desarrollo científico y tecnológico;

  • Que desconoce la valor del trabajo, de la producción con valor agregado y la necesidad de desarrollo federal equilibrado;

  • Que ha logrado degradar el ejercicio de la democracia, denostando, insultando y reprimiendo mediante el uso de la fuerza bruta cualquier opinión que contradiga sus ideas;

También tenemos un presidente que ha logrado destruir cualquier apoyo de los gobernadores de la totalidad de las provincias argentinas, desconociendo que la Argentina no se reduce al Poder Ejecutivo ni a la Casa Rosada: las provincias son parte constitutiva y esencial de la república, del mismo modo que el Poder Legislativo y el Poder Judicial son parte integral e indispensable de la conducción del estado nacional.

En definitiva nuestro presidente está poniendo en riesgo la sustentabilidad de su propia gestión.

Hacia dónde ir

Estimo que existe un amplio consenso sobre la necesidad de modelo político, social y económico sustentados en el trabajo, la producción y la soberanía.

También creo que es necesario definir y consensuar algunos requisitos mínimos para emprender ese tránsito; sintéticamente y entre otros:

  • Redefinir una estructura de precios, hoy artificialmente alineados y que en muchos casos superan los internacionales1, en modo que respondan a los costos reales de producción y a los niveles de rentabilidad que requiere la generación de empleo y el desarrollo productivo, en especial los precios de los insumos generalizados (acero, aluminio, plásticos e insumos básicos alimenticios);

  • Precios reducidos de los alimentos básicos, acordes con las necesidades de la población menos favorecida y precios reducidos de la energía para satisfacer tanto las necesidades mínimas de la población como las de la producción;

  • Redefinir la estructura impositiva en modo acorde a las posibilidades de cada contribuyente, lo que por una parte significa reducir los impuestos directos al consumo e incrementar los impuestos a la renta, las ganancias y a la riqueza excesiva, y por la otra implica un combate efectivo contra la elusión, la evasión impositiva y la fuga de divisas;

  • Renegociar la deuda con el FMI en modo acorde a nuestras necesidades y tomando en cuenta el incumplimiento por parte del propio organismo al conceder créditos por encima de sus propias reglas;

  • Establecer una política exterior soberana, no alineada y que responda al cambio de época que vive el mundo y esté al exclusivo servicio del interés nacional;

  • Generar crédito en condiciones acordes a las necesidades productivas y al desarrollo habitacional.

Para no caer en expresiones de buenos deseos ni en meros voluntarismos, creo necesario resaltar que la totalidad de estos requisitos y los que falta explicitar significan afectar intereses muy importantes y a las vez resultan fundamentales para alcanzar un equilibrio basado en el bien común. Ni más ni menos.

Sabemos cómo

Entre 1943 y 1975, sin distinción de quienes estuvieron a cargo de los sucesivos gobiernos, Argentina supo establecer y mantener políticas acordes con un aceptable desarrollo sostenible.

Con el neoliberalismo esas políticas no se mantuvieron entre 1976 y 2001. Hasta 2015 pudimos reestablecer las políticas en favor del desarrollo socioeconómico. Recaímos en la presidencia Macri y no supimos recuperarlas plenamente en la presidencia Fernández.

Con esta brevísima síntesis de nuestros más de últimos 70 años de historia quiero destacar que como sociedad tenemos acumulada una experiencia que nos permite saber no sólo qué hacer, sino también saber qué no hacer.

El peronismo, como fuerza política democrática, que siempre asumió la conducción nacional mediante elecciones libres y la cedió cuando le tocó perder, es la única que supo conducir proyectos basados en la justicia social, la independencia económica y la soberanía política, con capacidad para recuperar las salidas de los sucesivos infiernos neoliberales.

El camino para salir del infierno que propone el peronismo incluye reconstruir un estado y conducir un proceso con capacidad para:

  • Convocar a las fuerzas del trabajo y del capital para que negocien y acuerden entre si las medidas necesarias para en desarrollo armónico y al servicio del bien común y un estado que además sea garante de su efectivo cumplimiento y tenga capacidad para corregir los eventuales desvíos;

  • Consensuar con las demás fuerzas políticas por vía parlamentaria y de establecer y mantener relaciones internacionales que respondan exclusivamente a las necesidades y las posibilidades de nuestro país;

  • Sostener y brindar salud pública y educación de calidad y al alcance de todos;

  • Proveer la infraestructura necesaria para un desarrollo federalmente integrado que la actividad privada no esté dispuesta a desarrollar en modo eficiente;

  • Ser más eficaz y eficiente que lo demostrado en el pasado.

Tenemos con qué

Además de la reconocida riqueza de nuestros recursos naturales y de la muchas veces ocultada capacidad de nuestra gente, el peronismo tiene capacidad de hacerse cargo de conducir la salida del infierno. Tenemos:

  • Una fuerza política unificada, con capacidad demostrada en la gestión situaciones de crisis y de convocar a otras fuerzas políticas que coincidan o quieran sumarse a nuestros propósitos;

  • Organización territorial con amplio sentido federal, como así también una organización sectorial que congrega a las fuerzas del trabajo, la producción, incluyendo a las pequeña y mediana industria, las cooperativas y a los trabajadores informales, así como a la defensa de los derechos humanos y sociales;

  • Capacidad probada con el apoyo de equipos técnicos y profesionales experimentados en la gestión en condiciones de crisis similares a la presente;

Y por sobre todo, tenemos la férrea voluntad de salir del infierno en que hoy nos encontramos para construir la Argentina grande que todos soñamos sobre la base del trabajo, la producción y la soberanía.

FUENTES: 

1 Como muestra basta un botón: en un país con más vacas que habitantes nuestro precio de una hamburguesa es 71% superior al precio de la misma hamburguesa en Japón o 77% mayor que en Hong Kong, países sin vacas y con remuneraciones varias veces superiores a las nuestras.