El fin de la era Macri: devaluación, crisis de deuda y represión

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El fin de la era Macri: devaluación, crisis de deuda y represión

05 Septiembre 2018

Por AGENCIA PACO URONDO

Las últimas semanas marcaron un punto de inflexión en el devenir del gobierno de la Alianza Cambiemos. La poca credibilidad que le quedaba a Mauricio Macri y sus secuaces tocó fondo con una corrida cambiaria que arrancó ni bien el Presidente terminó su escueto mensaje para tranquilizar a los mercados. Las críticas desde sus filas mediáticas no tardaron en llegar, y los rumores en torno a los cambios de gabinete finalmente se concretaron, junto al brutal recorte del Estado y la eliminación de ministerios. Las internas cada vez más públicas dan cuenta del golpe que recibió el macrismo y su modelo de deuda y fuga. Deuda que paga todo el Pueblo argentino y la fuga de dólares que realizan los amigos del poder de siempre.

Por otro lado, el mensaje presidencial extenso del lunes 4 de septiembre tuvo una respuesta en las calles. La jornada estuvo signada por multitudinarias protestas que proyectan el camino de lo que viene y ejemplifican lo señalado. Por la mañana, miles de trabajadoras y trabajadores estatales marcharon en el centro porteño en repudio a la represión ejercida en las inmediaciones de Agroindustria y en rechazo a la desaparición del Estado tal como lo conocíamos. Por la tarde, el abrazo de cientos de investigadores al Polo Científico Tecnológico por el recorte de presupuestos al Conicet y el atraso en los subsidios y sueldos congelados. Unas horas después los vecinos de la Villa 31 en CABA fueron reprimidos por la Policía de la Ciudad en el marco del conflicto de la urbanización. Simultáneamente se registraban en distintos barrios porteños cacerolazos contra los anuncios del Presidente. Los focos de enojo contra el Gobierno se expanden transversalmente en todo el espectro social. La noticia del día la cerró la muerte de Ismael Ramírez, un niño de 13 años que fue asesinado en el marco de una represión policial a un grupo de personas que intentaban saquear un supermercado en la provincia del Chaco. Clima de época. Esto sin dejar de mencionar las masivas movilizaciones que se suscitan en los últimos tiempos: movimiento de mujeres, 8A, la lucha docente y los abrazos a las universidades nacionales en todo el país contra el ajuste a la educación pública superior, entre muchas otras.

Explota ahora ante nuestros ojos un modelo que en sucesivas oportunidades vislumbramos sin futuro. El explícito "no tenemos Plan B" de Macri queda ahora palpable ante las renegociaciones sucesivas con el FMI y las acciones incoherentes ante la devaluación que atravesamos. No tienen ninguna propuesta que realizar ante la crisis que han causado. Quienes los han apoyado ya lo saben, y por eso vemos en estos días cómo comienzan a dejarlos en soledad.

Ante esta crisis, la oposición no logra accionar en conjunto para frenar el proyecto de ajuste y saqueo que representa el macrismo, que se prepara para defender sus pactos con una creciente presencia pública de las fuerzas de seguridad. Quizás porque parte de la dirigencia opositora no comprende la magnitud de la crisis que se está viviendo en la Argentina. Quizás porque parte de esa dirigencia que se denomina como opositora está más preocupada en que Cristina Fernández de Kirchner no sea una opción para disputar el poder en 2019 que en lograr acuerdos básicos para enfrentar la crisis. Quizás la acelaración del ajuste planteado por Macri y sus secuaces para "amortiguar" el daño de la crisis que ellos mismos generaron logren dejar estas rencillas de lado.

Por todo lo dicho, el diagnóstico y las denuncias enarboladas por Unidad Ciudadana desde el día uno en que asumió el macrismo se transforman en realidad y sus propuestas políticas adquieren plena validez. El acierto político se cristaliza en la verificación, en el presente, de lo planteado por CFK en las elecciones de medio término de 2017. La figura central de la oposición, la que aglutina más votos, sigue siendo ella.

Así se explica el recrudecimiento de la persecución judicial a la expresidenta que se multiplica a medida que la llama del macrismo se apaga. Así como la anterior Alianza se escapó a sangre y fuego del poder, parte del trabajo que debemos realizar es alertar contra los peligros por venir.