La década por ganar
Por AGENCIA PACO URONDO
Los logros del kirchnerismo son notables. Sobre todo si la comparación es con las dos décadas anteriores de la historia nacional y la involución contemporánea que atraviesa la periferia de la Unión Europea. Son evidentes para buena parte de la sociedad argentina, son invisibles para los antagonistas del proyecto.
Sin embargo, hay que prestar atención a la consigna “década ganada”. Puede resultar movilizadora o su contrario. Como la imagen del Ché en las remeras, puede interpelar al cambio social o devenir una estampita pop. El proceso iniciado en 2001 – 2003 no finaliza en los hitos alcanzados.
Por un lado, se avanzó parcialmente sobre la herencia de un capitalismo dependiente, en un contexto de hegemonía mundial financiera. Esto es: una economía de baja productividad, una sociedad polarizada entre ricos y pobres y una clase dirigencial muy degradada.
Por otro, las soluciones que el kirchnerismo encontró a esta herencia también tuvieron sus contraindicaciones. El crecimiento industrial hizo evidente una matriz energética colonial y el aumento del consumo y la actividad, una infraestructura de servicios muy deteriorada. Su expresión más trágica fue el medio centenar de fallecidos del Ferrocarril Sarmiento. El capital monopolista gatilla la inflación y Fuerzas de Seguridad muy corrompidas alientan la inseguridad. Parte del desempleo se redujo vía tercerizaciones, con el emblemático homicidio de Mariano Ferreyra como signo lamentable. Existe una crisis habitacional que se deriva del costo exorbitante de la tierra debido al boom inmobiliario. Y los cada vez más sangrientos conflictos campesinos a partir del avance de la frontera sojera, cuya mayor exposición pública se dio en el último tiempo con la Comunidad Qom chacoformoseña.
Y sin embargo, las fuerzas acumuladas por el campo popular son mucho mayores hoy que en 2001-2003. Elegimos destacar solamente algunas. La creciente organización obrera cuya piedra angular son las paritarias. La toma de conciencia sobre el sentido común que construyen las grandes empresas mediáticas y la corporación judicial. Las victorias en el campo de los Derechos Humanos que han desactivado a las Fuerzas Armadas como partido de la oligarquía. De esta manera, se fortalece una democracia que en el largo plazo mejora la correlación para las mayorías. El máximo nivel de organización militante desde los 70s. Este avance del Pueblo argentino está acompañado por un despertar regional como el que no acontecía desde los esfuerzos de los Libertadores.
Que esta década sea recordada como aquella que permitió que las mayorías rompieran la coacción y la persuasión de los privilegiados de adentro y de fuera. En síntesis: que sea una década que nos permita ganar la siguiente.