La irrupción de 678 y lo que falta

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La irrupción de 678 y lo que falta

30 Junio 2011

Sus méritos no finalizan en su capacidad para hacer un análisis crítico de los medios, haber transportado esa crítica de la academia a la arena político partidaria, su boom en Internet y la capacidad de movilización derivada de todo ello. Mucho tiene que agradecerle el kirchnerismo a este producto mediático que empezó a equilibrar – de manera muy inteligente – la desproporcionada correlación de fuerzas entre el oligopolio Clarín y el sistema de valores que expresa el Gobierno Nacional. Se trata, entonces, de uno de los principales acontecimientos comunicacionales de estos últimos años.

 

Sin embargo, el debate que los citados Sarlo y Forster protagonizaron, denunció un incipiente agotamiento del emprendimiento. La repetición constante, la incapacidad para recibir invitados que no comparten su línea, la autorreferencialidad, la preponderancia irreflexiva del montaje, se presentan como sus crecientes déficit. Hay que aceptar también que comparte estas prácticas con la mayoría de las propuestas televisivas actuales, públicas o privadas, y con la excepción de cuando esto es llevado al paroxismo, no hay demasiado que cuestionar.

La crítica profunda debe apuntar contra una línea argumentativa que presenta serias dificultades para comprender en toda su complejidad al actual proceso político y cultural, de claro avance popular, que incluye debilidades, contradicciones e importantes desafíos por delante.

Por caso, cuando ocurrieron las tomas de predios en el Parque Indoamericano, represión policial incluida, la mirada del programa que produce Diego Gvirtz prefirió focalizar en la denuncia al macrismo, sin contener la problemática de la tierra y la vivienda. La cobertura del caso que incluyó el asesinato de Mariano Ferreyra optó por las explicaciones conspirativas que buscaron incluir al duhaldismo; en la represión que concluyó con los homicidios de integrantes de la comunidad Qom en Formosa se prefirió en general el silencio, con la valiente excepción de Sandra Russo.

¿Podría hacer otra cosa 678? Es posible abordar las temáticas descriptas refinando los argumentos. Por citar dos ejemplos, las columnas de Horacio Verbistky o Mario Wainfeld. Sin pretender comparaciones impropias, la Agencia Paco Urondo propone una mirada militante que se encuentra en esa sintonía.

Se podrá decir que la actual etapa no permite complejizaciones, que son preferibles para discusiones posteriores (por ejemplo: luego de una nueva victoria de Cristina). No coincidimos: se precisan nuevos debates para fortalecer al kirchnerismo. El discurso complaciente, que se retroalimenta en su lógica de argumentación, lleva a la ceguera. Algo de esto explica la derrota electoral de 2009. Con sabiduría, el kirchnerismo respondió al fracaso en las urnas con oídos muy atentos para las variadas demandas sociales: democratización de medios y del matrimonio, transferencias de recursos para los sectores más postergados, entre otras.

678 es un punto de ruptura en la historia periodística del país. Pero construye un relato de armonía que atenta contra el kirchnerismo en tanto movimiento complejo de avanzada popular, plagado de contradicciones y con muchas tareas pendientes, herencias del modelo neoliberal. Proponemos (y motorizamos) la construcción de herramientas de comunicación que complementen el audaz pero limitado emprendimiento de Gvirtz.

El debate actual en la Argentina incluye avances insoslayables en muchas materias (derechos humanos, sistema de medios, ampliación de derechos, creación de una lógica productivista, inclusión de millones de argentinos y legitimad en torno al accionar estatal). Sin embargo, se trata de ampliar y complejizar ese debate para incluir problemáticas aún irresueltas, en una mirada que necesariamente sea pluriclasista, frentista y supere lógicas esquemáticas y autocomplacientes no siempre fructíferas. (Agencia Paco Urondo)