CFK habría ganado por el 0,04 % según datos de Indra y el Correo

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CFK habría ganado por el 0,04 % según datos de Indra y el Correo

15 Agosto 2017

Por Javier Llorens (*)

Cuando solo se había cargado menos del 10 % de los votos en las elecciones de Buenos Aires, Cambiemos se lanzó antideportivamente y antidemocráticamente, olvidando la mínima reglas del juego limpio, a un inusitado festejo. Proclamándose ganador por una apabullante diferencia del 7 % sobre su rival Unidad Ciudadana, encabezada por la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner como candidata a senadora  por la provincia de  Buenos Aires.

En sus fogosos discursos lanzando globos amarillos, tanto la gobernadora María Eugenia Vidal como el candidato a senador por dicha provincia, Esteban Bulrrich, aseguraban que se abría una nueva era, en la que Cambiemos viene con la verdad. A la par que aseveraban falsamente, que se habían impuesto rotundamente en las elecciones para senadores en dicha provincia, pese que el escrutinio provisorio recién había comenzado. Siendo este un enorme globo mediático de color amarillo, que rápidamente la realidad lo desinfló y despintó.

En esta era de la posverdad, eso fue evidentemente un remate de la construcción de la noticia con la que Cambiemos quería impactar y dejar una vivida impresión en el electorado, de que su triunfo era rotundo e irreversible para las elecciones de octubre. Siendo esta otra de las tantas técnicas de Durán Barba para manipular al electorado.

Acompañado de la “prensa independiente”, que con sus comentaristas y analistas ayudaron a la instalación de esa efímera posverdad. E incluso se burlaban de la supuesta derrota de CFK, leyendo falsos twits atribuidos a la candidata, y exigían que esta saliera a reconocer su supuestamente absoluta derrota. Cumpliendo una tarea que nada tiene que ver con el periodismo, y si con la comunicación política como en la peores versiones de 6, 7, y 8.

Escrutinio interruptus

Luego de las cero horas, el escrutinio de Indra de la provincia de Buenos Aires se fue lentificando cada vez más, en proporción inversa a la velocidad con que la lista de Unidad  Ciudadana descontaba la diferencia. Así a las cuatro de la mañana, al llegar el escrutinio al 94 % de las mesas, ella se redujó a solo una centésima de punto: 34,14 % para Cambiemos, y 34, 13 % para Unidad Ciudadana, con una diferencia de 420 votos entre una y otra.

Haciendo honor al dicho del turf “el que te alcanza pasar quiere”, esto preanunciaba claramente un triunfo de CFK. Máxime si uno analizaba la cuantía de los escrutinios de cada sección electoral, donde claramente la Tercera Sección, que reportaba una ventaja de casi 13 puntos a favor de Unidad Ciudadana, era la que venía más rezagada.

Algo parecido sucedía en la provincia de Santa Fe, donde Cambiemos también anunció tempranamente que había triunfado ostensiblemente. Pero a las cuatro de la mañana solo se habían cargado el 75 % de los votos de Rosario, que reportaba una notable cantidad de votos a favor del Frente Justicialista. Mientras que en los restantes distritos la carga se encontraba entre el 90 y el 95 %. Y cuando finalmente los votos rosarinos fueron liberados, el Frente Justicialista se impuso por un 0,74 %.

Coincidentemente con ello, a esa hora CLARIN instaló en la cima de su portal web una banderola, anunciando que el escrutinio de Buenos Aires se detendría en el 95 %. Sin dar otro dato que la leyenda, “en breve más información”.

Como si ello hubiese sido un sortilegio, la mínima distancia que existía entre Cambiemos y Unidad Ciudadana, comenzó nuevamente a aumentar, pero en forma muy leve. Hasta que finalmente el resultado quedó congelado por Indra con el 95,68 % de las mesas escrutadas, con un 34,19 % para Cambiemos, con 3.046.110 votos, y 34,11 % para Unidad Ciudadana, con 6.933 votos menos.

Se sobrepasó así inexplicablemente el tope del 95 % anticipado por Clarín. Y si uno verificaba entonces el avance de la carga de datos por sección electoral, nuevamente se encontraba que había existido una manipulación, retrasando la carga de la famosa Tercera sección electoral, y su plétora de habitantes pobres con afinidad hacia el kirchnerismo. Como para dibujar ese resultado parcial, y que un triunfo de CFK no apareciera en la primera plana de los diarios y portales de la mañana.

Luego a primera hora de la mañana apareció el secretario de Asuntos Políticos, el lilito Adrián Pérez, a quien la palabra república no se le cae de los labios. Y quien no obstante anunció que en vez de un triunfo rotundo por 7 puntos como el que se anunciaba al principio del escrutinio, existía un “empate técnico”, con una diferencia de seis mil votos en nueve millones. Y que la incógnita se revelará recién dentro de diez o quince días, con el escrutinio definitivo de la Justicia Electoral.

Y además cambió nuevamente la bocha al expresar: “El escrutinio provisorio se terminó. Hay un 4 por ciento sin escrutar que va a quedar para el definitivo. Es el número normal y habitual que suele quedar en toda elección… ¿Qué es lo que ocurre? En este caso, hay 1.031 actas circunstanciales. Estas son actas que no llegan porque los presidentes de mesa suelen colocar el telegrama dentro de la urna”

Y agregó que hubo 619 casos de “incidencias definitivas” que serán revisados por la Justicia electoral. “Son los telegramas que uno sabe que están mal porque tienen más votantes que electores”, apuntó.

Y dando por inicio la encarnizada disputa que se viene, para tratar de mantener ese resultado dibujado en el escrutinio definitivo, tarea en la que los radicales son unos maestros, el lilito republicano agregó: “Va haber muchos casos de revisión de telegramas, hasta apertura de urnas. El que tiene valor es el escrutinio definitivo, eso tendrá validez y marcar el resultado de estas PASO”.

El mismo tendrá como árbitro al juez federal Juan Manuel Culotta, un ex Cardenal Newman, el colegio en el que curso en su infancia y juventud el presidente Macri y buena parte de su elenco. Quién se desempeñaba como juez en Tres de Febrero y entró al juzgado electoral de la La Plata por la ventana, como juez sobrogante o en comisión, estrictamente en lo electoral. Cuya labor acaba de ser cuestionada duramente por la Cámara Federal Electoral en relación con su actuación en la interna del Partido Justicialista, favoreciendo a Florencio Randazzo, el inesperado contricante de CFK.

No obstante como se puede ver en el gráfico, el límite del escrutinio ¨del 95 – 96 % argüido por Pérez, está lejos de haber alcanzado a todas las provincias, y  solo afectó a las más alejadas y pequeñas de ellas. Figurando así la portentosa Buenos Aires con su 95,68 % escrutado, poco más arriba que las modestas y lejanas Catamarca y Salta, y por debajo de San Luis. Superando todas las demás provincias el 96 % escrutado. Cuatro de ellas ubicadas entre el 96 y 97 %, otras cinco entre 97 y 98 %, otras seis entre el 98 y 99 %, y finalmente cinco por sobre el 99 %.

La proyección de los datos de Indra

Por otro lado, los resultados parciales por sección electoral publicados por Indra y el Correo, permiten hacer una proyección de cómo podría haber sido el resultado, si se avanzaba con el escrutinio hasta el 100 %.

Sus resultados se pueden ver en el cuadro adjunto, que brinda un explicación a la inusitada lentificación que se produjo en el escrutinio (Ver imágenes), a medida que este avanzaba peligrosamente en contra de las pretensiones de Cambiemos. Y también su súbito, antidemocrático, y antirepublicano truncamiento final, cuando su resultado estaba por darse vuelta.

El análisis reporta que por efecto de la diferencia de votos aportados a CFK por la famosa Tercera sección electoral, con una diferencia de casi 13 puntos, del 41,20 % a 28,34 %, más el resultado ganador en la Primera Sección por 0,13 puntos, resulta suficiente para compensar y superar en 3.343 votos, un 0,04 %, los resultados ganadores obtenidos en las restantes secciones electorales por Cambiemos, tal como se puede observar en el siguiente gráfico.

Durán Barbismo puro y duro

Cambiemos, desplegando una actitud triunfalista propia de adolescentes astutos, inescrupulosos, y perversos, pero con una nula inteligencia moral y política, incurrió así en un grave fraude electoral, aunque este tuvo una efímera duración de unas pocas horas o unos pocos días. En su afán exitista de instalar la posverdad de una victoria rotunda, que le asegurara el éxito en las verdaderas elecciones de octubre próximo.

A la par de agredir psicológicamente al “enemigo”, “nublando su mirada, para que se destruya asimismo, demoliéndolo sicológicamente como ser humano”. Tal como propugna el Goebbels moderno, el ecuatoriano Jaime Rolando Durán Barba. Quien plagiando a destajo el antiquísimo libro de estrategia de Sun Tzu, el “Arte de la Guerra”, concibe a las elecciones como una guerra en la que todo vale. Recomendando pérfidamente entre otras muchas cosas: “Lo ideal es hacerle perder el tiempo al rival. Abrirle 9, 10 o 20 frentes de mentiras. Distraerlo con ‘boludeces’”.

Tal como lo expone crudamente en su libro  “El arte de ganar: Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas”. Y que por esta razón, de concebir una compulsa repúblicana y democrática como una guerra total, debería ser prestamente expulsado del escenario político argentino, al entender a la política como el ámbito de la desarmonía, la inmoralidad, y el disenso, y no de la moralidad, la armonía, y el consenso, que hacen que los países prosperen.

Tras el escándalo, siguiendo los consejos de Durán Barba de “cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque”, la gobernadora bonaerense Vidal olvidando su cultivado perfil de hada buena, declaró torvamente muy suelta de cuerpo, que es el kirchnerismo el que “le debe una explicación a la sociedad sobre por qué no apoyó el voto electrónico” en el Congreso Nacional.

Soslayando el hecho de que si Cambiemos no pudo concretar moralmente y en tiempo oportuno una carga electrónica de datos electorales, nadie le confiara que ellos se registren en una caja negra, a la que tengan acceso solo Durán Barba y sus inescrupulosos acólitos de Cambiemos.

Y cayendo en un desvergonzado cinismo como el que recomienda Durán Barba, en la conferencia de prensa que el Jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro de Gobierno Rogelio Frigerio dieron al respecto, con cara de gatos que se comieron la sardina, el primero dijo: “Es un extremo de cinismo que aquéllos que lo hicieron al sistema ahora lo denuncien… No se lo cree nadie, es parte de una estrategia electoral. Estamos absolutamente tranquilos que este proceso electoral al fue más transparente, veloz y con menos problemas que cuando el kirchnerismo lo manejaba”.

Miente miente que algo queda, decía Goebbels y hoy dice Durán Barba. La pregunta es si puede funcionar una República y una democracia con esas premisas, basada en la agresión al adversario de cualquier manera, el marketing pérfido, y la posverdad.

En cualquier país normal con ciudadanos avispados, este fraude electoral cometido por Cambiemos, lo dejaría moralmente mancado para seguir corriendo en punta hacía las inminentes elecciones de octubre. Pero el mismo es solo un colofón de una artera campaña electoral, en la que evidentemente para Cambiemos y Duran Barba -dañando un país que no es el propio- todo vale.

Comenzando por lanzar al candidato Florencio Randazzo para dividir al “enemigo”, hasta llegar a este escandaloso escrutinio interruptus, para evitar que este apareciera como ganador. Previo lanzar una masiva compra de votos como en los peores tiempos de la oligarquía, falsear encuestas para dormir al adversario, y violar la veda electoral por parte del presidente Mauricio Macri y sus voceros de PNT (Propaganda No Tradicional) Mirtha Legrand y Jorge Lanata, etc. Pero eso ya es motivo de otra nota.-

(*) Nota publicada originalmente en stripteasedelpoder.com