Paula Belloni: "En los últimos tres años las desigualdades laborales entre mujeres y varones se han profundizado producto de la caída de la actividad"
Por Soledad Allende
Fotografía: Soledad Allende
La perspectiva de la economía feminista abre la posibilidad de repensar en términos socioeconómicos la estructura de la sociedad, incorporando al análisis económico a una masa de trabajadoras históricamente invisibilizada y que paradójicamente ha sostenido al sistema capitalista con su trabajo gratuito, precario y mal remunerado. Un análisis necesario a la luz de un movimiento feminista y popular en auge que reclama su lugar en términos de sujeto histórico, reafirmando ese viejo postulado metodológico planteado por Joan Scott: El género no es una variable independiente, sino un elemento constitutivo de las relaciones sociales de producción, al igual que la raza y la etnia.
En este marco, Agencia Paco Urondo dialogó con Paula Belloni, coordinadora del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (IDESBA).
Agencia Paco Urondo: El empleo vulnerable parece afectar más a las mujeres que a los hombres en la provincia de Buenos Aires, ¿Cuáles son esos modos de empleo y a qué conclusiones han llegado mediante el informe que ha liderado el IDESBA?
Paula Belloni: Nosotras en el informe que elaboramos para este 8 de marzo analizamos básicamente la situación laboral de las mujeres en la provincia de Buenos Aires. Y prestamos atención a dos cuestiones, por un lado cuáles son las desigualdades de géneros que existen en el mercado de trabajo y por el otro lado pensar si esas desigualdades empeoraron o mejoraron o qué relación hay en comparación con el 2015, o sea con el cambio de gestión en el país.
Efectivamente las mujeres tenemos peores condiciones laborales que los varones y eso en un principio se ve en que las mujeres de la provincia de Buenos Aires tenemos menor participación en el mercado de trabajo. Tenemos un 49% de participación en el mercado de trabajo y los hombres tiene casi un 71% es decir, una brecha casi de 22 puntos en la participación. Del total de las mujeres solamente la mitad participamos del mercado de trabajo. A su vez cuando participamos del mercado de trabajo, ese 50% de las mujeres que lo hacemos no todas conseguimos empleo, tenemos una tasa de empleo menor que los varones. Esto deriva en que las mujeres tenemos una tasa de desempleo de 12,5% y los varones una de 9,8%.
APU: ¿Y cómo afecta la crisis económica/política en estos números?
PB: En los últimos 3 años éstas desigualdades se han profundizado producto de la caída de la actividad. Es decir que si bien la situación laboral empeoró para todos los bonaerenses las mujeres fuimos las que incrementamos en mayor medida la tasa de desempleo. ¿Por qué sucede esto? Porque cuando hay una situación de caída de la actividad crítica, los trabajos a los que tenemos acceso las mujeres tienen peores condiciones, son trabajos con mayor precarización y flexibilidad laboral, por lo que son más fáciles de recortar o eliminar. A su vez, en una situación de crisis o de caída de la actividad productiva, las medidas de ajuste fiscal y austeridad recaen más intensamente sobre las mujeres, al limitar la cobertura de prestaciones y servicios de protección social y reducir la cantidad de puestos o empeorar las condiciones de trabajo en empleos que son ocupados mayormente por mujeres. La informalidad es mayor en las mujeres que en los varones. En las mujeres es de un 40,4% mientras que en los varones es de un 31,3%. Durante la crisis estos números se acrecentaron, en 2015 para las mujeres era del 39,4% y en los varones un 33,4%. La informalidad de los varones durante los últimos años bajó mientras que la informalidad de las mujeres aumentó.
APU: ¿Qué características tiene la brecha salarial entre hombres y mujeres en la provincia de Buenos Aires?
PB: En relación con lo mencionado anteriormente podemos decir que no sólo se trata de los números de informalidad, de empleo o de desempleo sino que se trata también de desigualdades en el salario. Las mujeres perciben un 75% del salario del hombre, un 25% menos. Eso en éste contexto empeoró. En el 2015 el salario de la mujeres representaba casi un 77% del salario del hombre. Entonces existe la desigualdad salarial y esa brecha se ensanchó en los últimos 3 años. Pero además no sólo se debe a que tenemos que luchar por igual salario igual tarea porque hay un conjunto de inequidades previas que hacen que las mujeres no podamos acceder a, por ejemplo, puestos de jerarquía, puestos de decisión. Ahí también se da la brecha. Por lo que tenemos que luchar es por, el salario, sí, sin dudas, pero también por la posibilidad de acceder a esos puestos de trabajo o de mayor calidad, menor precarización y demás.
APU: Tiene relación con la segregación de las mujeres en ciertos ámbitos de la producción?
PB: Sí, podríamos decir que hay una segregación sectorial porque hay ciertos trabajos que son sólo para varones, a los que las mujeres no tenemos trabajo y viceversa. Los trabajos del cuidado, los trabajos del rol social que se nos otorga a las mujeres, por ejemplo. Cuando hay brechas entre sectores que justamente ocupan varones o mujeres ya se da una primera diferenciación. Pero también dentro de los mismos sectores las mujeres no accedemos a puestos de trabajo de mayores condiciones laborales y mayor salario.
APU: Cuáles son las políticas públicas que existen en la provincia de Buenos Aires para atacar estas desigualdades o cuáles son las que tendrían que existir?
PB: Éstas desigualdades, que se replican a nivel nacional tienen que ver en gran medida con que hay una desigual distribución de las tareas del hogar y del cuidado. Nosotras al tener una mayor carga en ese tipo de tareas tenemos menos tiempo y menos posibilidades para insertarnos en el mercado laboral. El rol del Estado, en ese sentido, se vuelve muy importante porque las tareas que hacen a la reproducción de la vida tendrían que estar organizadas a nivel social y ahí el Estado tiene un gran rol por cumplir. Por ejemplo sería interesante que pudiéramos tener un sistema estatal del cuidado de los niños y de las niñas para que eso no recaiga en las mujeres y ésto no existe de manera extendida en la provincia sino quizás en algunos sectores puntuales. Además hay una total ausencia de cualquier tipo de política pública o iniciativa que tienda a mejorar las inequidades que hay en el mercado de trabajo. No hay políticas públicas que en los ámbitos laborales permitan que las mujeres nos insertemos, por ejemplo, para dedicarnos al trabajo y tampoco hay iniciativas que promuevan que podamos formarnos, capacitarnos, hacer carreras, que podamos ocupar puestos jerárquicos. Y existe otro problema en la provincia de Buenos Aires y es que las escasas políticas públicas que existen, vinculadas sobre todo a la violencia de género -en la Secretaría de Derechos Humanos- se han desfinanciado en el último tiempo. El presupuesto 2019, por ejemplo, plantea un crecimiento de los recursos vinculados a los programas de violencia de género de un 7%, cuando la inflación planteada por el mismo presupuesto es de 34%, es decir que hay un gran vaciamiento del poder adquisitivo que tienen las pocas políticas públicas que existen al respecto.
APU: ¿Han podido avanzar en algún análisis de la participación de otras identidades de géneros que no estén atadas a la condición sexual de las personas?
PB: Bueno, ahí, hay un gran problemas y es que las herramientas que tenemos para analizar las desigualdades de géneros en el mercado de trabajo no permiten dar cuenta de estas otras identidades. Es decir hay un criterio sexual binario, varón/mujer, que se registra de esa manera. Pero sí sabemos que todos estos problemas que mencionamos que existen en el mercado de trabajo se profundizan para otras identidades, porque las posibilidades de insertarse en el mercado laboral son más difíciles, también la participación es más baja y las condiciones de trabajo son mucho más flexibles, más precarizados y en peores condiciones.rrollo Social y Económico de Buenos Aires de la CTA de los trabajadores y las trabajadoras, conversó acerca del Informe presentado por éste Instituto de cara al 8M.