Alberto Fernández: "¿Y cuánto vale una derrota victoriosa? ¡Vamos las bandas! ¡Sale festejo!”
Por Groncho Mars | Ilustración: Leo Olivera
“¿Vos tenés consideración?”, me pregunta Gregor, y yo le hago un gesto como para decir “depende”, frase que te saca de apuro cuando no sabés qué contestar. “Jorge Lanata se quejó que él trata bien a La Nación y ellos no a él. Y ahí relató que, por consideración, ‘nunca contó que en LN+ pusieron plata empresarios del PRO’ y pidió que ‘si un diario consigue guita para poner un canal, blanqueen’ de que partido político viene”. “En mi vida he visto a un periodista tan considerado como Jorgito, lástima que sea sólo cuando están involucrado los intereses del partido que conduce Mauricio Macri, a tal punto de no cumplir la labor que dice ejercer, la de investigar e informar algo que, para cuando lo contó, ya sabíamos todos”, cierra mi amiguito. Y la verdad que considero que este pequeño Samsa tiene razón, pero como no quiero que se agrande, le contesto lo de siempre: “mejor, empezar”.
Se de alguien que ha declarado contra su moscardón imaginario
Para entender los resultados de esta legislativa se vuelve necesario no empezar por ellos sino retroceder unas cuantas horas, hasta el momento en que Mauricio Macri se apersonó a sufragar en la escuela que le tocó en Palermo. “Es un muy lindo día para votar, espero que todos los argentinos vayan y sean protagonistas de un cambio de era en Argentina”, arrancó, sin problemas de lluvias o encuestas que le jugaran una mala pasada. Por lo pronto, los custodios del presidente de la Fundación FIFA le explicaron a un periodista de qué formas se puede ser protagonista en esa nueva era: unos pegan y otros cobran. “Los dos años que quedan van a ser difíciles. Juntos por el Cambio va a ayudar mucho a la transición, para que sea lo más ordenada posible rumbo a que se vuelva a poner al país en el camino correcto", sentenció Mufaza. Paraaaaaá. Seguro debe ser regla en su forma de hacer política que no se puede festejar antes de que el árbitro suene el silbato. Este muchacho no aprende porque ni eso le fue necesario. Mientras tanto, algunos se preguntaron si el papá de Antonia rompió la veda, otros aseguraron que Javier Milei lo hizo, unos terceros que Martiniano Molina y viendo que en las provincias tampoco dejaron de romperla, yo digo que una de dos: o la sacamos, o le pasamos un fangote de guita para que la gaste en montañas de curitas y cintas adhesivas, así llega un poco más armada a sus próximas funciones electorales.
Caen, caen al fin, los disfraces
El que se la vio venir fue nuestro especialista en Diagnóstico por Imágenes Televisivas, Nelson Castro, quien reaccionó al vaticinio de Mauricio sobre que “después de las elecciones vamos a tener el colapso de esta versión del peronismo”. “Cuando llegó dijo que iba a invertir y no se cuánto y eso fracasó”, analizó, y le llovieron insultos. Los que no la vieron venir fueron los presidentes de mesas a quienes les tocó recibir a dinosaurios, guardias del juego del Calamar y un chancho blanco intentando sufragar. Sin embargo, el que se llevó todos los premios fue uno que se presentó vestido de preso a votar en una escuela de Tucumán para protestar contra “la inseguridad” y la seguridad del establecimiento no le permitió entrar. Después dicen que la policía no se hace eco del reclamo de la gente. Alguien quiso agregar a la lista a uno que se presentó como fiscal en el colegio Champagnat de Recoleta haciéndolo con una careta de tarta y a otro vestido de Foucault, pero en realidad eran Ricardo López Murphy y José Luis Espert. Aunque al primero bien le hubiera gustado estar disfrazado y que no lo conozcan cuando quiso hacer uso político del crimen del joven que fue asesinado en una panadería de José C. Paz y en vez de Joel, tiró Ezequiel. Algunos de los que estaban con él le podrían haber avisado, che. Ah, claro, estaban menos informados que el Bull Dog. Pero bueno, se entendió que el gobierno tiene toda la culpa de la inseguridad.
Ni cuando robó el fuego tuvo esa rapidez
A medida que se fueron conociendo los números, se confirmó que Juntos había ganado a nivel país. Sin embargo, el jolgorio estaba en el bunker del Frente de Todos y las caras largas en el de la coalición opositora. “¡Maldición, es una derrota hermosa, oh maldicioooón”, señaló eufórico Alberto Fernández, en clara señal de haber abandonado la poesía de Lito Nebbia para reemplazarla por la menos lineal del Indio Solari, ideal para explicar este momento que no se explica así nomás. “¿Y cuánto vale esta derrota victoriosa? Tu transición de moco supercaro ¡Vamos las bandas! ¡Sale festejo!”, insistió e invitó a “celebrar el triunfo en las calles, el día del militante”. La verdad que me hubiese gustado escuchar otra cosa, tipo “salgamos a festejar que todavía podemos sacar el país adelante, que el peronismo sigue vivo y es la esperanza del pueblo” o algo así. Los empates no se festejan, por más victoriosos que sean. No hay caso, en algunos lugares sobra instinto futbolero y en otros, falta. “Nosotros ganamos y ellos perdieron, no hay otra interpretación”, salió a aclarar Horacio Rodríguez Larreta. “Dejame ver”, se arrimó chicanero Sergio Massa. “¿Son la primera minoría en el Congreso? ¿Vidal se quedó con la presidencia de la Cámara de Diputados? Y si ganaron ¿Siempre son así de amargos para festejar?, le contestó mientras se alejaba cantando “la transición, la transición se va a la yuta que lo parió”.
A veces gana, a veces pierde, como todo jugador
Es que Juntos prometió paliza en la madre de todas las batallas y terminaron pidiendo la hora, viendo cómo se les achicaba el margen. Encima Axel Kicillof se llevó un triunfo inesperado y se quedó con el senado de esa provincia. En el bunker opositor se preguntaban si había que festejar. Bullrich hizo la gran Ramón Díaz y dijo “Yo gané, aposté a las provincias”, para después agregar “Esperábamos estar arriba del 50% en Ciudad de Buenos Aires”. Atájense esa, Vidal Y Larreta. Estos muchachos no esperan mucho para pasarse facturas. Clarín y La Nación salieron a bancar los trapos y a subirle el precio al triunfo de la coalición opositora. “El gobierno perdió por 8.3 puntos y quedó sin quórum en el Senado”, tituló el gran diario argentino. El ex diario de Esmeralda Mitre eligió expresar “El gobierno sufrió una dura derrota, pero la presenta como triunfo”. Y si me guío por una nota del interior del tabloide, “Tenso clima en el pabellón 6: el desánimo larretista, la furia de Bullrich y el pedido desesperado de Macri”, les faltó agregar que Juntos la vivió como una derrota. “Pese a la ola de inseguridad y las marchas, el Kirchnerismo se impuso en La Matanza”, tuiteó un indignado Marcelo Bonelli. “Y mirá que operamos una semana entera para que no sea así”, le faltó decir. A pesar de eso, aportó más votos netos al FDT que casi todas las provincias. En el TEG de la provincia de Buenos Aires, La Matanza siempre será nuestro Kamchatka.
Mi amor, la libertad es fanática
El que sí se mostró eufórico fue Javier Milei con su 17%. “Le decimos al tirano de Alberto Fernández que nosotros no nos sentamos a negociar”, avisó a sus simpatizantes. “Nunca lo hacemos ni lo vamos a hacer: con él porque no nos cae bien y si nos tocara con el Fondo tampoco porque aceptaríamos lo que pidan antes de que nos ofrezcan una silla”, habría completado mientras lo tapaba la militancia que “rugía”. Abajo, los muchachos amenizaron el discurso con sus cánticos. “Basta de negros”, entonaron festivos entre símbolos de cascabeles enroscadas, mientras un joven con una bandera confederada aseguró “prefiero ser un nazi a un terrorista montonero”. Milei, al enterarse de este hecho, se llenó de pedagogía para explicar que “si yo lo hubiera visto, lo hubiera sacado a patadas en el culo”. No a patadas, justamente, pero sí teniendo a mano la herramienta que se necesita si se quiere seguir la receta de Espert para hacer queso gruyere, uno de seguridad casi pela un arma cuando uno de los candidatos de la lista libertaria intentó subirse al escenario, totalmente borracho. “Es que la izquierda siempre nos quiere matar”, reivindicó al guardia Carlos Maslatón. “Si los honestos portasen armas, habría menos delincuencia”, reflexionó Milei. Y menos honestos, seguro. Lo que sí me quedó claro es que en Argentina “La Libertad Avanza”. Patoteando, en pedo y a los tiros, pero avanza. Trump y Bolsonaro, esperen que allá vamos.
Si no me protege el empleado mayor
Cómo será la paridad en la Cámara de Diputados que habrá que esperar se confirmen a través del escrutinio final dos bancas que determinarían si la balanza se inclina para uno para un lado o para el otro, o si queda clavadísima en un exacto empate. En La Rioja ya cayó para el FDT. CABA espera ¿y que quieren que les diga? Entre que se la quede uno de Juntos o uno de Espert, prefiero mil veces que entre Randazzo. Hasta le banco que lo festeje con un spot llamando a su madre. Por supuesto que la oposición mediática desplegó sus grandes plumas para que la gente entienda sí o sí a qué se refieren cuando dicen que se acabó. Casi todos estábamos esperando a que Morales Solá volviera a hablar del final del kirchnerismo, que ya debe tener más temporadas que los Simpsons, y Joaquín no defraudó. Aunque sí sorprendió cuando dijo que Cristina “perdió la mayoría simple. La podrá tener, pero deberá negociar en una cámara que tendrá en sus miembros a políticos irreverentes como Luis Juez o la santafesina Carolina Losada”. Y yo que pensaba que los chistes los hacía el cordobés. Jorge Lanata, pillo, buscó dividir asegurando que La Cámpora se quiere correr de este Gobierno”. Como si no estuvieran claras las diferencias. Por lo pronto, dando una muestra más de apostar por la unidad, el 17 estuvieron presentes en el acto del día del militante junto a los movimientos sociales y obreros.
Le dan la copa, al fin, al vencedor
Nadie apostaba a que Jorge Capitanich iba a remontar 9 puntos y ganar por dos e, increíblemente, hubo alguien que sí apostó por Leandro Santoro en CABA: fue Martín Tetaz, quien le apostó a Carlos Maslatón que el candidato del Frente de Todos terminaba por delante de Milei y se alzó con 2000 dólares. Porque ambos quieren legislar en nuestro país pero sólo confían en la moneda extranjera. “Juntos por el Cambio subestimó el valor del aparato peronista”, sentenció Nelson Castro. “Es que usaron plata del Estado para intentar ganar las elecciones”. Y sí, también el Estado usó plata para promocionar a candidatos como él. Lo que es la neurociencia. “Son pirómanos que festejan en un bosque seco”, se quejó Jorge Fernández Díaz, mientras trataba de encender un fósforo metafórico. Parece que se olvidó quién se fugó toda el agua. “Cristina Kirchner es la madre de la derrota, pero se cree la madre del triunfo”, escribe un ofuscado Jaime Durán Barba. Bah, se hace el ofuscado, pero es su extraña manera de reconocer que fue CFK quien convirtió una derrota electoral en una victoria política con tan sólo una carta. Y en la paridad de este Congreso, van a ser vitales quienes no pertenezcan a ninguna de las dos fuerzas principales. Los libertarios sumaron unas cuantas bancas y prometen rechazarlo todo. En cambio, los diputados electos por la izquierda llegaron a sus bancas para… ¡caramba, qué coincidencia!
Ahora tiro yo, porque me toca
Eso parece decir el Frente de Todos, que se reunió para celebrar el día de la militancia y festejar. “Es muy extraño que vayan a Plaza de Mayo a festejar la derrota”, seguió tratando de comprender Horacio Rodríguez Larreta, mientras los medios opositores se pasaron toda la semana buscando funcionarios o referentes que reconozcan el triunfo de Juntos. Si siguen tratando de armar un discurso que defina quién ganó, quiere decir que la prosa narrativa del gobierno funcionó. Ya que estamos con esto: por favor, algún ministro que se tome el trabajo de explicarle bien a La Nación el resultado porque están como Samid pidiéndole a Mauro Viale que se arrepienta de lo que dijo, entendiendo que Alberto Fernández negó la derrota. “El triunfo no es vencer, sino nunca darse por vencidos”, afirmó el presidente en Plaza de Mayo, para luego “dar inicio a la segunda etapa de nuestro gobierno”. “Nos quedan muchas batallas”, aseguró. Y si algo se celebró el día de la votación y el de la militancia es tener la oportunidad de darlas. No hay margen para las dudas, y esas multitudes más relajadas que festivas están expectantes de ver cuáles son los pasos que se dan. Tenemos una primera prueba dificilísima, que es el acuerdo con el FMI. Y uno sabe que no se puede pedir todo y no dar nada a cambio. Pero el pueblo que estuvo en la plaza espera que eso para dar lo pongan quienes más se beneficiaron en estos tiempos y no ellos.
Este mundo, esta empresa, este mundo de hoy
Alemania tuvo que endurecer las restricciones porque está al borde del colapso sanitario. La causa mayor de que en muchos centros sanitarios quede una sola cama es la cantidad de ciudadanos que no se vacunaron. Ángela Merkel rogó que se las aplicaran y parece que le hicieron caso ya que se vieron largas filas para colocarse la primera dosis. Un dato curioso: un sondeo mostró que la mitad de las personas no vacunadas interrogadas habían votado por el partido de extrema derecha AfD en las últimas elecciones. Cualquier coincidencia con nuestro país, es puro parecido. Hablando de derecha, Donald Trump defendió a quienes atacaron el Capitolio intentando “colgar a Mike Pence”, su vicepresidente. “Es sentido común ¿cómo puedes pasar un voto fraudulento en el Congreso? No me preocupé por él porque sabía que estaba protegido y había oído que estaba en buena forma”. El sentido común sería estar en forma para salir corriendo, parece. Si no lo hacés ganar, mejor que puedas romper el récord de los 100 metros. Mientras tanto, su asesor Steve Bannon se entregó a la Justicia luego de ser acusado de desacato al Congreso. Y acusando a Biden y Nanci Pelosi de violar su libertad, avisó: “Ahora vamos a ir a la ofensiva”. “Este es un país de larga tradición. Hicimos boleta a varios presidentes sin ningún detenido y me quieren meter en cana porque al vicepresidente le dimos un sustito”, agregó sin ponerse colorado.
Di sis di end
Y el podio de las notas más destacadas de la semana está, como correspondía, atado a la elección electoral. Pensé que tenían que ser informes que, por su servicio invaluable a la comunidad, no pasaron desapercibidas. No fue fácil, pero encontré dos. Y la verdad que tendría que incluir a casi todos los medios que se solidarizaron con el angustiado votante, como aquella vez que todos pusieron la misma tapa cuando se nos venía el covid, pero tuve que elegir dos. La que ocupa el segundo escalón es de Los Andes y nos avisa “Elecciones 2021: hasta cuándo se puede comprar alcohol en Mendoza”. Por supuesto que esto se repitió en todo el país, pero ¿se dan cuenta de lo necesaria, imprescindible, que es tener a mano estos datos? “La información es poder”, me dice AM, mi diler de noticias falopas. “En este caso, poder beber cuando no vas a conseguir que te vendan una birra en ningún lado”. La noticia que se queda con el podio la trae Página 12 para comunicarnos “Veda electoral: a qué hora se puede comprar alcohol”. ¿Qué no es tan importante? Usted porque leyó la primera y no tuvo síndrome de abstinencia. Pregúntele a mi amigo “El Croata”. Recién se le está notando en la cara que se le fue la bronca por no poder conseguir ni una latita de cerveza sin alcohol en todo el fin de semana.