Comunicadores populares en medio de una historia de construcción colectiva

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Comunicadores populares en medio de una historia de construcción colectiva

13 Mayo 2015

Por Alba Silva

Más de un millar de participantes llegados de todo el país y de Bolivia, Paraguay y Ecuador, todos con experiencias en comunicación popular y radios, asistieron al III Encuentro de Comunicación en los Territorios que convocado por las Comunidades Unidas de Molinos (CUM) esta vez se realizó en los valles calchaquíes de Salta.

Durante tres días, entre el 24 y el 26 de mayo, por donde corre el río Luracatao en los valles altos de la interminable Salta comunicadores y campesinos se mezclaron para hablar de proyectos, logros y futuro.

Junto al encuentro de periodistas populares los “cateños”, gentilicio de los que viven en el valle del Luracatao, prepararon una feria campesina con productos de huertas, quesos, comidas, tejidos y artesanías. Formalmente la novena pero en realidad una práctica ancestral que algunos todavía realizan con los productos cargados en burros.

La experiencia de la CUM es casi una metáfora de la Argentina porque un trabajo iniciado en el trascendente 2001 por el actual Coordinador Nacional de Extensión del INTA, Diego Ramilo, que partió de cero, desembocó en la presencia activa de cuatro ministerios nacionales, organismos, institutos y programas que ayudaron a la realización del encuentro de comunicadores, uno de los sueños de la CUM.

“Cuando empezamos en el INTA de Seclantás un cartelito decía ‘si usa el teléfono tiene que pagar la llamada’. No había un peso. Con los años conseguimos ayuda de la cooperación internacional para las demandas de las comunidades pero en los últimos diez años consolidamos el trabajo con financiamiento de programas nacionales”, contó Ramilo a LPU al comentar el recorrido de quince años con los habitantes de 16 parajes que componen la organización campesina.

No sólo consiguieron el agua para consumo humano y para los animales -el principal activo de los pequeños productores rurales que es moneda de cambio y fuente de proteínas- con canales de riego que servían para los cultivos sino que apuntaron a desarrollar las artesanías pero en este caso pusieron el foco, técnicos y pobladores, en los tejidos.

Es que en esa parte del país, territorio diaguita, hay una costumbre que las pastoras no pierden: la de caminar hilando con un huso cuando cuidan las majadas de ovejas mientras los hombres son los que tejen en telar de pie exquisitos picotes y barracanes (tipos de tejidos) dignos de los mejores diseñadores de moda.

Así, un hecho antiguo y presente trajo una idea, luego una propuesta y finalmente un proyecto que lanzó a las comunidades bien fuera de su valle con la confección de indumentaria en la que compiten la calidad de sus hilos y la belleza del diseño. A eso se suma la creación de la marca CUM a la que quieren instalar como sinónimo de identidad campesina y riqueza cultural.

También está el desarrollo del ganado criollo y de raza, la utilización de tecnologías apropiadas en los parajes y, estrictamente en la feria de productos campesinos, venta e intercambio de productos regionales y artesanías, además de concursos de hilado y esquila y desfile de moda con ropa confeccionada por unas 50 tejedoras, en su mayoría jóvenes dispuestas a crear belleza y buen gusto.

Sobre ese esfuerzo colectivo se realizó entonces la convocatoria al encuentro de comunicadores que crearon, como un ejercicio práctico, un mapa en el que asentaron sus experiencias y lugares a la vez que Claudia Villamayor, experta en comunicación popular, hablaba sobre “Las radios comunitarias en América Latina”.

Al explicar para qué sirven estos encuentros, Moisés Rioja, jujeño, integrante de Wayruro, un reconocido colectivo de esa provincia norteña sostuvo “para posicionar la comunicación popular en los territorios, para aprender y para la construcción del mensaje participativo”.

Participante también, un representante de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual aseguró que el organismo nacional “ofrece a los nuevos comunicadores campesinos e indígenas toda la colaboración pero en particular capacitación” para el mejor desempeño en sus tareas.

El vicepresidente del INTA, José Catalano, al abrir las actividades en Cuchiyaco resaltó la labor de quince años de los extensionistas. “El INTA está muy comprometido y es por eso que no mezquinamos recursos humanos, materiales y presupuestarios en experiencias como esta. Y lo hacemos desde la convicción porque creemos en este proyecto nacional y popular”.