¿Cómo arman las mentiras?
Por Santiago Gómez
Diferentes manifestaciones sociales alrededor del mundo han demostrado el poder de fuego de las redes sociales. Las marchas opositoras al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner encontraron en internet importantes herramientas para la promoción, difusión y organización de los cacerolazos. Entre los diversos activistas anti kirchneristas se destacó Luciano Bugallo, quien luego de un inicio al margen de las estructuras partidiarias, durante las últimas elecciones hizo público su alineamiento con Elisa Carrió. Bugallo también se sirvió de su probada capacidad en las acciones de propaganda en las redes sociales para hacer campaña en contra de los gobiernos de Cuba y Venezuela, donde tuvo oportunidad de participar como vedor internacional en las pasadas elecciones. En el día de ayer, mientras se denunciaba el atropello llevado a cabo sobre el despacho del diputado nacional Máximo Kirchner, Bugallo promovió una falsa campaña adjudicando tuits a personas que ni siquiera son de Argentina.
Primero comenzó en Twitter a circular nuevamente la falsa denuncia sobre las supuestas cuentas de Máximo Kirchner y Nilda Garré en el exterior, publicado en el sitio Nexofin de Federico Gabriel Rodríguez. Mientras distintos dirigentes kirchneristas y periodistas denunciaban el atropello que el Presidente de la Cámara de Diputados Emilio Monzó realizó sobre el despacho del diputado nacional por Santa Cruz, a quien le cambiaron la cerradura y le pusieron una faja de seguridad que le impidiera el paso, Bugallo comenzó a denunciar una supuesta campaña mentirosa de militantes kirchneristas en las redes sociales en las que los usuarios @LaMeME, @KetuOtero, @pulgas_pocas, @TodoNegativo, habría difundido el mismo mensaje: "Echaron a mi primo de la fábrica.. Votante de #Cambiemos el boludo. Lo habían echado hace una semana y le daba vergüenza contarnos". Al buscar dichos mensajes en Twitter, se encuentra que el 12 de enero un usuario compartió ese mensaje con su novia. Basta que sobre un mensaje cierto se lo copie y se edite la imagen sobre otras cuentas de usuario para que la operación de ponga en marcha y Bugallo se abuse de la buena fe de sus seguidores. En Twitter se encuentran varias cuentas que repitieron el mensaje "Echaron a mi primo..." y que por mensajes anteriores se observa que eran claros opositores al gobierno kirchnerista.
La imagen que acompaña la nota es la que Bugallo envió a este cronista por la red social como muestra de que los anteriores no habían sido los únicos que se pusieron de acuerdo para enviar el mismo mensaje. Al entrar en las cuentas de esos usuarios se comprueba que la única cuenta que corresponde a una ciudadana residente en Argentina es la última, las primeras tres corresponden a cuentas que comparten mensajes referidos a los Estados Unidos de México. No es difícil imaginar cómo realizan la operación: sobre un mensaje que pudo efectivamente ser publicado, se lo copia y se edita la imagen con alguna de las tantas herramientas de edición de imagen disponibles en cualquier computadora.
Sabemos que la difusión de mentiras en las redes sociales no es propio de quienes apoyan al gobierno de Macri así como también que la militancia kirchnerista también cree y repite de buena fe lo que comparten, difunden, aquellas personas a las que siguen. Basta recordar que circuló por las redes sociales la semana pasada que Mauricio Macri vendió los satélites de Arsat sin prueba alguna y fueron cientos los compañeros que lo repitieron y difundieron.
Ante la reducción del espacio mediático que las voces opositoras al gobierno de Mauricio Macri tienen para expresarse, se vuelve imperioso el cuidado por la comunicación que se transmite, el chequeo de los datos que se difunden, en tiempos en los que con internet son pocos los datos que un usuario no puede confirmar. Y por sobre todas las cosas no subestimar a nuestros contactos, seguidores, difundiendo información que no es cierta. Repetir por creer en el mensajero no es propio de la derecha y repetir lo mismo que nos hicieron tampoco va a servir de mucho.