Caravana por el 8M en el Bajo Flores: "Necesitamos un sendero cuidado para que nuestros pibes y pibas vayan a la escuela"
Este miércoles 8 de marzo, la Red de Docentes, Familias y Organizaciones del Bajo Flores protagonizó una Caravana por el 8M que atravesó las zonas más vulnerables del sur de la Ciudad con el objetivo de reflexionar y reivindicar las tareas de las mujeres, disidencias, migrantes, trabajadoras y militantes en el territorio.
Desde la organización se hizo hincapié en el crimen de Nayla -la nena de 4 años asesinada de un tiro en el pecho hace un mes atrás- y en la necesidad de que el Estado ocupe el espacio que cedió al narcotráfico.
“Decidimos leer el documento en el corazón del territorio narco y donde están los boliches. Antes pasábamos por diferentes organizaciones e instituciones donde sus referentes nos contaban cómo se estaban abordando, por ejemplo desde la salud o la educación, problemáticas vinculadas al género y la diversidad, pero ahora la idea fue recorrer las zonas más conflictivas”, dijo a Tiempo Argentino Griselda, referente de la red y docente de la Escuela de Educación Media del Distrito Escolar 19.
En el documento expresaron que “sufrimos violencia institucional porque se respaldan en un pacto con el Estado, que se muestra incapaz de brindar un sendero cuidado para que nuestres pibes y pibas vayan a la escuela, incapaz de remover las montañas de basura o iluminar nuestros pasillos para que no nos violen amparados en la oscuridad y la sordidez programada, que nos obliga a guardarnos cada vez más temprano en nuestras casas o inventar estrategias para llegar a salvo y vivir con miedo”.
“Nos condenan a vivir en una ‘zona liberada’ por las ‘fuerzas de inseguridad’ que, sin embargo, están ahí, y de todos los colores, para hostigarnos, desalojarnos y reprimir nuestras legítimas protestas, pero nunca son competentes para evitar que nos dañen o nos droguen, sin nuestro consentimiento, para abusarnos en los boliches, como ocurre cada vez más habitualmente. Ni son competentes para impedir que las armas lleguen a las manos de los pibes antes que las oportunidades de estudio y trabajo digno”, puntualizaron en otro de los tramos.
Griselda concluyó que si bien de manera formal los organismos e instituciones poco y nada hacen para revertir este desigual escenario, “gracias al abordaje artesanal de ciertos compañeros que trabajan en distintos espacios podemos avanzar con algunos diagnósticos de lo que ocurre en el barrio, pero por ejemplo el Estado no relevó cuántos chicos no volvieron a la escuela desde la pandemia o los casos de tuberculosis. El año pasado se murió un pibe porque se lo detectaron tarde. Es medieval lo que nos ocurre”
*Fuente Tiempo Argentino