El peronismo en crisis: de Dardo Cabo a Edgardo Kueider
En la semana que pasó un compañero y amigo viajó a Malvinas, fue en el vuelo que llevó a familiares de los soldados caídos en el conflicto armado de 1982. Me comentó ese mar de emociones que lo embargó, entre la bronca de ver los cárteles que dicen “Faklands”, escuchar en suelo patrio hablar sólo en inglés, enfrentarse a la realidad de que ciudadanos chilenos (en un símbolo tan palpable) son quienes ofician de empleados de los Kelpers, presenciar la paradoja de ver a los familiares de nuestros soldados aprovechar los precios de ofertas de whisky en el free shop, que la moneda sea la libra esterlina y la indignación de tener el pasaporte sellado por visitar suelo patrio.
Mientras escuchaba su relato, no podía dejar de pensar en Dardo Cabo y en la compañera María Cristina Verrier. Dos ejemplos de militantes de la Patria y del peronismo, que son al fin la misma cosa. Dardo y María, junto a 17 compañeros, desviando un avión hacia Malvinas e izando la bandera en ese suelo usurpado. En ese gesto se resume todo el orgullo de ser argentino y peronista. Y las consecuencias de amar a la Patria más que a la vida: la cárcel en reiteradas ocasiones y luego el fusilamiento de Dardo en un simulacro de fuga en 1977.
A la vez que pensaba y recordaba, me llegaba la noticia de la detención de un senador en Paraguay. Un senador “peronista” (en realidad un senador que entró en la lista de Unión por la Patria, esas listas que suele negociar Cristina con algunos gobernadores y un puñado de dirigentes). En este caso el senador detenido de apellido Kueider entró en la lista en la negociación con el ex gobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet. Kueider es, desde hace algunos meses, un gran colaborador del oficialismo y fue premiado por el asesor del Presidente, Santiago Caputo, con la Presidencia de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado de la Nación, nada menos que la comisión que debería tratar, por ejemplo, si hubiera un pedido de juicio político al Presidente Milei. Kueider fue el senador que rompió el bloque de peronista en el Senado y fue fundamental para la aprobación de la Ley Bases. Una ley que se aprobó bajo sospecha de corrupción, de compra de votos por dinero y de oferta de embajadas como pago. A los tres días de votar a favor de la ley bases hizo su primer viaje a Paraguay, siempre por tierra. En total hizo 6 viajes. En el sexto lo detuvieron con 200.000 dólares sin declarar.
Que el gobierno de Milei es un antro de corruptos, de ladrones de guantes blancos como Toto Caputo y de aventureros fanáticos que buscan salvarse no es algo que no pueda verse a simple vista. Pero lo que nos interesa es el peronismo, la Patria.
Vuelvo a Malvinas, a Dardo Cabo. El contraste es tan grande. ¿Puede explicarse una parte de la crisis del peronismo por este contraste entre un joven idealista de la causa del pueblo y un advenedizo corrupto vendido al mejor postor? ¿Cuánto tiene que ver la forma de conducir (de espaldas al pueblo, sin permitir la participación de los militantes) en la elección de este tipo de personajes decadentes como Kueider como representante en el Senado de Nación por el peronismo? La crisis del peronismo es mucho más profunda que el mal gobierno de Alberto. Explicación que a muchos les queda cómoda, para evitar otras y seguir con la lapicera armando las listas con nuevos Kueiders o Insaurraldes. ¿Puede el peronismo seguir así? ¿Es posible que salga de esta crisis sin cambiar las prácticas nocivas de la obsecuencia?
El patético intercambio entre el Presidente Milei (en él no extraña, todo es de un patetismo estremecedor) y la ex Vicepresidenta Cristina Fernández, en el cuál se tiran uno a otro el “cadáver” político de Kueider, resulta revelador. Porque los dos tienen razón. Los dos pueden decirle al otro: “Es todo tuyo”. Por la simple razón de que es de los dos. Como la postulación de Lijo a la Corte Suprema.
Es llamativo como se dispara el pensamiento. De Dardo Cabo y Malvinas a Kueider, Milei y Cristina. A veces las cosas tienen puntos de contacto impredecibles.