"Los 90 fueron años de neoliberalismo, pero también de mucha resistencia"
Por Camilo Carbonelli, Martín Massad y Nadia Mayorquín
Agencia Paco Urondo Radio: ¿Cómo surgió el libro?
Matías Cambiaggi: Milité en los 90 y tenía ganas de contar esa historia. Por otro lado, me parece que estamos en un momento parecido a aquel y estaba bueno volver sobre esa década. En ese sentido, me interesaba contar cómo era la militancia en esos años, cómo se dio esa lucha. Es una experiencia que puede aportar mucho.
APU: Hay un capítulo dedicado a la Correpi y a un debate con los organismos de Derechos Humanos en torno a la violencia institucional en democracia.
MC: Los 90 arrancan políticamente con Menem pero para muchos jóvenes comienzan con el asesinato de Walter Bulacio (muerto por la policía después de un recital de Los Redondos) y toda la movilización que se dio a partir de ese hecho. Hoy, hay mayor consenso sobre lo grave que puede ser un hecho así. Pero no era igual en aquellos años. Los organismos de Derechos Humanos estaban muy focalizados en lo que había sido la dictadura y no abarcaban este tipo de situaciones. La Correpi da un debate en ese sentido muy importante.
APU: Otro capítulo tiene que ver con la lucha por la educación pública. El libro recuerda una represión muy grave ocurrida en 1996.
MC: Durante esa represión hubo 295 estudiantes detenidos en un centro clandestino en La Plata. Hoy esa situación es imposible, sin que genere una respuesta instantánea y muy masiva. Me gustaría aclarar que el libro no es un libro de teoría sobre los 90. Cuento historias militantes de aquellos años, algunas muy conocidas y otras no tanto. No hay pretensión de totalidad, de contar toda la década. Me interesaba que el lector se pueda llevar sensaciones de los protagonistas que vivieron esa década. Quería recuperar la voz de los militantes de los 90. Esos años fueron años de neoliberalismo, pero también de mucha resistencia. Fue una década marcada por la desconfianza hacia la política, pero que generó muchas prácticas políticas alternativas, más horizontales.
APU: Decía que los 90 fue una década de resistencia. Hoy, ¿la sociedad está preparada para resistir?
MC: Los 90 nacieron con la traición de los dos partidos tradicionales, frente al avance de la globalización. Costó mucho. Pero esas formas de resistencia, a veces marginal, confluyeron en 2001. Hoy, creo que hay un fuerte avance en la conciencia social en muchos temas. El Gobierno acuerda con el FMI y enseguida hay movilizaciones en contra y las encuestas hablan de un rechazo del 80%.
APU: Usted rescataba la emergencia en los 90 de prácticas políticas alternativas, más horizontales, autogestivas. ¿Cómo se reconfiguraron esas prácticas cuando las organizaciones pasan de la resistencia a vincularse con el Estado, durante el kirchnerismo?
MC: No digo que la única forma de práctica política fuera horizontal y por consenso. Digo que fue parte del repertorio de ideas de la época. Más allá de la orientación económica y social del kirchnerismo, en parte se perdió la autonomía de las organizaciones sociales. Tal vez, deberían haber tenido más rebeldía frente al Estado. No digo que siguieran en la resistencia, pero si con una mirada más crítica, que le permitiera al Estado incluso ampliar sus propios límites. Esa autonomía que tenían las organizaciones se perdió.
APU: Otro capítulo importante tiene que ver con el "Matanzazo", del 2000.
MC: Fue parte de una lucha que se venía dando en el marco del movimiento piquetero en muchas ciudades del país. Pero el "Matanzazo" fue importante porque era muy cerca de Capital. Además, estaba todo el barrio, todas las familias, en una ruta. Fue muy masivo. No eran sólo hombres. Había mujeres y chicos. La familia completa al costado de la ruta. No se podía reprimir. Y significó un triunfo en un momento muy importante. Ya era la etapa final del neoliberalismo. Un año después voló todo por los aires.