Organizaciones políticas y sociales se expresan sobre la situación del país
Comunicado de organizaciones sociales* | Foto: Manuel Fernández
La derrota electoral debe ser revertida con militancia pero, sobre todo, con medidas de gobierno que vayan a solucionar rápidamente aquellos problemas acuciantes de los argentinos y argentinas.
La acción tiene que ser inmediata. No está en juego solamente el resultado de las elecciones de noviembre próximo sino, fundamentalmente, la gobernabilidad para los próximos 2 años de gobierno.
Las medidas que se apliquen dependerán de la comprensión que se tenga sobre lo ocurrido y de la evaluación que se haga de las causas que generaron esta derrota.
Más allá de la pandemia y sus consecuencias tremendas sobre la vida y la economía de la población –que significó la derrota de los oficialismos en las elecciones que se han realizado en distintos países del mundo–, en la Argentina el pueblo trabajador votó al peronismo por su carácter transformador y con la esperanza de que, como siempre lo ha hecho gobernando, iba a revertir los desastres del gobierno del PRO y la UCR y volver a generar posibilidades de trabajo y de desarrollo personal y social.
En una frase –y como lo dijo Cristina alguna vez–: el peronismo iba a volver a organizarle la vida al pueblo, poniendo a la Argentina de pie.
A poco de empezar a transitar la gestión de Alberto Fernández, el mundo se vio devastado por la pandemia de COVID 19, la peor crisis de la humanidad al menos en 100 años.
Al establecer la cuarentena se dispusieron importantes medidas de ayuda a la población y a las empresas. Así, durante 2020 el déficit fiscal subió a 8,5% del PBI. El presupuesto 2021 preveía la reducción de este déficit al 4,5% del PBI, considerando que ya no se iban a tener que realizar las transferencias y erogaciones derivadas de la pandemia.
Sin embargo, lejos de lo previsto, la pandemia no sólo continuó durante 2021 sino que se intensificó a partir de marzo y, a pesar de que, claramente, como lo indican los resultados electorales, era necesario apoyar nuevamente a las familias y a las pymes, ello no se hizo.
Esto quiere decir que el déficit fiscal, que ya iba a bajar de 8,5% del PBI al 4,5%, todavía bajó más, llegando en la actualidad al 2,1% del PBI.
Resulta muy fácil así cuantificar cuánta plata faltó en la calle: si cada punto del PBI es aproximadamente unos $420 mil millones, la diferencia de poco más de 1 billón de pesos debería haber estado cubriendo las necesidades de los más humildes, de la clase media, de los comerciantes de barrio, de las pymes familiares.
Esa plata que el Estado nacional se ahorró mediante el ajuste fiscal que realizó es la que faltó en los planes sociales, en el Potenciar Trabajo, en los comedores, en el programa Acompañar y en cada uno de los programas que se anunciaron y que han tenido una ejecución muy baja.
Resulta poco entendible por qué desde el Ministerio de Economía se sobrecumplió la meta fiscal al mejor estilo económico ortodoxo del ajuste y la austeridad. Los resultados están a la vista.
Junto a la falta de recursos disponibles en los bolsillos populares, la situación se vio agravada por la inflación descontrolada, especialmente en el rubro de los alimentos y de los medicamentos. Tampoco supo el gobierno articular con los grandes fabricantes de alimentos para que los aumentos o beneficios sociales que se dieron significaran verdaderas mejoras en los bolsillos del pueblo.
Es necesario, en forma urgente, darle más envergadura a la política de acuerdos de precios. En tiempos de Néstor Kirchner era él mismo, el propio presidente de la Nación, quien se involucraba directamente en las negociaciones con los empresarios de los rubros que más impacto tienen en la canasta de consumos de nuestra población.
No es tarea para que sea realizada en solitario por la Secretaría de Comercio. Los ministros del área económica (Martín Guzmán, Matías Kulfas y Julián Domínguez, junto con la Jefatura de Gabinete de Ministros) deben ponerse a la cabeza de estas gestiones en forma urgente, para que las nuevas medidas que el gobierno va a anunciar –y que van a significar más recursos en la calle– no sean rastrilladas por los formadores de precios y los grandes supermercados; para que esos aumentos no se vayan solo en alimentos con precios incrementados sin control y lleguen a las pymes, a los comercios barriales, a aquellos que, ante la mayor demanda, enseguida comienzan a generar empleo.
La distribución del ingreso solo será posible con una férrea decisión y acción del Estado nacional.
*AGRUPACIÓN 17 DE NOVIEMBRE, CORRIENTE NACIONAL Y POPULAR 25 DE MAYO, CONFEDERACIÓN NACIONAL DE COOPERATIVAS DE TRABAJO (CNCT), CORRIENTE PERONISTA 13 DE ABRIL, DESCAMISADOS, FEDERACIÓN DE COOPERATIVAS DE TRABAJO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES (FECOOPBA), FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE LA ECONOMÍA SOCIAL (FE.TRA.E.S), FRENTE SOCIAL PERONISTA (FSP), IGUALDAD, KOLINA BUENOS AIRES, LA CORRIENTE NACIONAL DE LA MILITANCIA, CORRIENTE MILITANTE LEALTAD, LXS IRROMPIBLES BUENOS AIRES, CORRIENTE NACIONAL MARTÍN FIERRO, ORGANIZACIÓN PERONISMO MILITANTE, UNIDAD PIQUETERA.