"(Fuga de capitales) Es una actitud que se repite en el empresariado"

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"(Fuga de capitales) Es una actitud que se repite en el empresariado"

16 Mayo 2013

Por Enrique de la Calle

AGENCIA PACO URONDO: Pasaron 10 años de la Comisión de Diputados que investigó la fuga de capitales durante todo el año 2001. ¿Una primera reflexión recordando aquella experiencia?

Eduardo Di Cola: La experiencia fue muy buena, hicimos un trabajo muy arduo, tuvimos que quebrar varias barreras porque nos topamos con normas que hacen al secreto bancario. Tuvimos que apelar a determinadas normas y en la procuración del tesoro en resoluciones que nos facilitaran el acceso a la información que necesitábamos. La tarea fue muy interesante, dejó resultados y datos muy importantes, por el momento en que se vivía y lo que sucedió con posterioridad, fue muy difícil hacerlo repercutir.

Muchas veces, los temas en sí y los intereses que están en juego, bloquean el conocimiento de este tipo de información. El tiempo ha transcurrido, hoy vuelve a ser noticia el tema de la salida de capitales y de dinero que recobra una difusión que tuvo en aquel momento.

APU: Después de una década ¿Cómo ves que se está dando el debate? Ustedes hicieron un gran laburo, antes otra comisión de diputados había hecho otro trabajo y después de tanto tiempo la fuga de capitales sigue estando tan presente como en aquellos años. Posiblemente por la solvencia económica hoy repercute de otro modo pero no quiere decir que no exista: son fenómenos que siguen ocurriendo y son muy perjudiciales para el patrimonio nacional.

DC: Sí, naturalmente. Sucede que la fuga de divisas y de capitales en nuestro país tiene una base estructural. Muchas veces tratan de justificarlo en función a las crisis que ha vivido en determinados momentos nuestro país pero lo cierto es que analizado a lo largo del tiempo, se ve que siempre hay fuga, que hay una conducta recurrente en este sentido. Es más, en etapas en las que podemos decir que hubo estabilidad y crecimiento, los índices de salida de divisas aumentaban y esto es porque hay una actitud y una conducta recurrente en el sector empresario argentino.

 Lo lleva a repetir estas actitudes y que encuentra en el sistema financiero, sobre todo en aquella época, como una autovía que le facilita el tránsito hacia el exterior de estos fondos. Creo que el debate es muy importante, debemos instalar esto en el país como un problema serio y grave en el que el Estado tiene que asumir la responsabilidad de hacer comprender y hacer que se entienda en el seno de la sociedad lo nocivo que esta actitud significa para que la gente lo entienda. Llevándolo a la práctica, lo que le pasa al país, es lo mismo que le pasaría a un trabajador que el día que cobra su sueldo, antes de llegar a su casa, lo gasta en una cosa distinta al objetivo familiar y naturalmente cuando llegue a su casa, va a tener menos dinero para darle a su familia.

Si esto lo traducimos a los 40 millones de argentinos, sucede que lo que ganamos, antes de reinvertirlo en un circulo virtuoso para nuestro país, lo terminamos fugando al exterior o sacándolo de la economía, con lo cual, perjudicamos directamente a quienes naturalmente vivimos en el país. Es un debate que en buena hora se pueda dar y que ayude a comprender cabalmente porque es sumamente negativo.

APU: Queda demostrado en el libro el rol que cumplieron, por lo menos en el 2001, que fue lo que ustedes investigaron, las grandes empresas nacionales o internacionales y el rol de los principales bancos extranjeros y algunos bancos nacionales.

DC: Entre los bancos nacionales, privados y extranjeros participan en el 93 % de la facilitación de la salida del dinero. El resto es muy marginal, queda en manos de financieras y la banca pública prácticamente no participa. Del total relevado, 12.214 millones corresponden a empresas y 2.763 millones a personas físicas.

Donde los principales bancos, en la salida de divisas de personas físicas fueron, el Banco Galicia con el 38 % y el Citi con el 28 % y en el caso de empresas, el Galicia, el HSBC, el Citi para citar algunos. Las empresas, si hacemos un repaso mental, entre las 200 principales de nuestro país, terminan expresando casi el 80, 90 % del dinero que se fugó.

APU: Entre los empresarios están las principales empresas del país y también aparecen empresas extranjeras, en general, se trata principales empresas que se encuentran en Argentina.

DC: Sí, eso es así, se repite históricamente y en esa época como el Banco Central había sido totalmente desregulado, ni siquiera se determinaba con precisión a qué obedecía la transferencia de ese dinero porque en muchos casos la transferencia era legal más allá de que el fondo en sí mismo proviniera de la evasión fiscal o de alguna otra actividad irregular o directamente ilegal. Inicialmente los motivos de las transferencias eran movimientos de capitales, otras transferencias, otros giros al exterior esto era lo que terminaba justificando el envío de dinero. En el caso de las familias y de las personas muchas veces figuraban cuestiones que naturalmente uno se daba cuenta que detrás de esa denominación, otros objetivos.

APU: Entre las personas físicas ustedes relevaron que fueron muy pocas personas las que sacaron plata del país.

DC: Sí, absolutamente. Si bien uno de los principales destinos es Estados Unidos, en el caso de las personas físicas, un destino muy importante es Uruguay, esto también surgía del estudio que habíamos realizado. Estamos hablando en el caso de empresas de más de 12.000 millones y en personas físicas, más de 2.000 millones. Si uno se pone a revisar en detalle, las personas que han enviado al exterior fondos más importantes están vinculadas generalmente a las mismas empresas que son también las que transfirieron.

APU: ¿Tenés alguna opinión sobre si el fenómeno de fuga de dinero es similar a lo que ustedes observaron en el 2001?

DC: No lo estoy siguiendo en detalle pero como cantidad de dinero que se ha ido afuera, sigue operándose como en todos estos años, es una actitud que se repite por parte del empresariado. Por eso, me parece loable y muy importante que el gobierno haya decidido que el Estado lo controle y lo regule en base a la generación de riquezas de todos los argentinos. Y que las utilidades que todos ayudamos a generar, deben ser repartidas en beneficio de las empresas naturalmente pero también en beneficio de toda la sociedad.

Estas actitudes para nada se compadecen con las posibilidades serias de un desarrollo creciente de una nación, esto hay asumirlo con conciencia. En este sentido estoy muy contento con este debate y este proceso que se ha instalado en el país. Siempre se da un contrasentido, una actitud que es doblemente nociva porque el que termina llevándose esos fondos al exterior, como no puede decir que tiene una actitud contra la patria, como no puede decir que es una canallada, termina justificándose a partir de la crítica que le hace al propio país.

Naturalmente que a los ojos de sus hijos o de su mujer no pueden decir que se llevan la plata porque son canallas y terminan justificándose con críticas que son vacías porque se están llevando dinero, de ese país donde lo han ganado y con el esfuerzo de todos los argentinos, con lo que todos trabajamos, con los productos que ellos venden y los argentinos le compran. Esta actitud tenemos que desbaratarla y que la sociedad entienda que el mejor destino que pueda tener para su país, en el caso de los argentinos, es la propia Argentina, estos grupos deben entenderlo.