"En la crisis se toman medidas que intentan defender el salario real o acotar su caída"
APU: ¿Qué lectura hace de la devaluación de enero, y del conjunto de medidas posteriores catalogadas tradicionalmente como ortodoxas?
Enrique Medina: Las medidas son una consecuencia de no haber advertido que el proyecto virtuoso de mejora del salario real a través de las convenciones colectivas de trabajo, acompañado de subsidios de alta relevancia a los sectores desocupados o excluidos, encontró su límite. Una estructura productiva y de comercialización muy concentrada y extranjerizada pasó a apropiarse de los aumentos de salarios desde 2009/10 y los subsidios generaron un déficit creciente en los recursos del Estado. Ambos factores inflacionarios fueron minimizados, incluso con medidas equivocadas, como modificar la paridad del dólar a tasas muchos menores que la inflación real. La consecuencia es el ajuste pseudo-ortodoxo que se debió realizar. No es de manual ortodoxo porque, aún en la crisis, se toman medidas que intentan defender el salario real o en todo caso acotar su caída.
APU: Recientemente en una intervención televisiva, usted defendió la propuesta del economista Andrés Asiain para contener el alza de los precios. ¿Puede desarrollar y profundizar dicha propuesta?
EM: El concepto es encarar la cuestión de precios y salarios de manera simultánea, comenzando por un congelamiento breve – de unos 90 días – de todos los precios, seguido de una evolución pautada de salarios que acompañe a los precios, buscando la desaceleración sostenida de los incrementos de precios. En la referida nota está desarrollada la idea y entiendo que el economista mencionado está en óptimas condiciones de defender su iniciativa.
APU: ¿Cómo cree que influirán las paritarias docentes en el resto de las paritarias nacionales, y cómo cree debería ser el comportamiento de las centrales obreras durante el año en curso?
EM: La dirigencia sindical, en paralelo con buena parte de la dirigencia política, debiera advertir que el modelo 2003 encontró su límite. Sus opciones son dos:
a) Recuperar el discurso y la práctica liberal, imaginando que las grandes corporaciones pueden manejar el país mejor que los ciudadanos elegidos por el voto.
b) Retomar el camino del aumento de la equidad social a través de la democratización y argentinización de la economía. Esto es: Aumentar el número de actores productivos a través de numerosos pequeños proyectos orientados a la base social y regular con más rigor la presencia de las trasnacionales en la estructura productiva, de modo de agregar los numerosos eslabones faltantes en las cadenas de más importantes, con participación público privada.
APU: ¿Cree que existe un grado de conciencia política en la clase trabajadora tal, que le permite comprender lo que está en juego en esta etapa y encaminarse a la opción “B”?
EM: No lo sé a ciencia cierta. El problema no es de los trabajadores sindicalizados esencialmente. El problema más serio está en la conciencia de la muy importante de trabajadores no sindicalizados, con ingresos medios y altos.
APU: ¿Qué lectura hace de los últimos movimientos del Gobierno para cerrar los juicios en el C.I.A.D.I. o arreglar con el Club de París, en pos de poder volver al financiamiento internacional?
EM: Son inevitables y en tal contexto no puede menos que señalarse que son correctos.
APU: ¿Entiende que hubo una excesiva exigencia sobre las reservas del BCRA para el pago de deuda?
EM: Así es. No queda clara la razón de seguir usando las reservas del Banco Central para pagar deuda a partir del momento en que la relación deuda externa/producto pasó a ser muy baja.
APU: Si bien el PB industrial se ha duplicado en la última década, la balanza comercial industrial continúa demandando dólares provenientes del agro. ¿Qué tipo de políticas o medidas entiende que se deberían implementar a modo de profundizar el sesgo industrial?
EM: Hay que encarar las cadenas clave como la automotriz y la electrónica construyendo escenarios donde las corporaciones extranjeras solo puedan operar en el mediano plazo si no producen efectos negativos en nuestra balanza de pagos, que es nuestro talón de Aquiles.
En paralelo hay que sumar tecnología y actores nacionales a la agroindustria, los bienes de línea blanca, las motocicletas, las bicicletas, todo lo atinente a la vivienda y la comercialización de bienes de consumo final.
APU: ¿Qué rol juega el sistema financiero y el crédito productivo en este sentido? Desde la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, ¿ha habido avances en la materia?
EM: Personalmente, creo que aumentar la oferta de crédito sin definir caminos ciertos para aumentar el número de actores en la economía, en escenarios de tan alta concentración, es un espejismo. Es necesario fortalecer la capacidad del sector público para identificar situaciones necesarias y favorables para nuevos emprendimientos privados; a partir de allí promoverlos con financiación y posiblemente con un régimen permanente de asociación transitoria, en que el Estado suscribe parte del capital necesario, conservando la facultad de recuperar su inversión en un plazo medio.