¿Por qué Mujica no libera a los presos uruguayos?
Por Santiago Gómez
La aceptación de Mujica de trasladar prisioneros de Guantánamo a Uruguay, difícilmente tenga que ver con cuestiones humanitarias, como el mandatario uruguayo expresa. De ser así, por qué el ex guerrillero no sigue los pasos del gobierno boliviano, compuesto por otro ex guerrillero, también detenido y torturado, Álvaro García Linera, que sancionó,a fines del 2013, un decreto por el cual se indultaban a los presos sin condena y por delitos menores que se encuentran alojados en las cárceles bolivianas. Ya han sido liberados cerca de 500 bolivianos, según informaron las autoridades del país andino, bastante más que los 120 de Guantánamo.
Cuesta creer que deben buscarse las razones por las que Mujica aceptó la propuesta de Obama en la historia de detención del Presidente de Uruguay. Como en la mayoría de los países de Latinoamérica, las cárceles están llenas de detenidos sin condena, que nunca vieron un juez, y no son precisamente las cárceles lugares donde se respeten los derechos humanos. Si es por las torturas que los detenidos reciben, que Mujica está dispuesto a recibir a los detenidos en Guantánamo, deberíamos preguntarnos si está dispuesto a recibir a algunos de los tantos presos torturados que tenemos en la Argentina en este momento.
Según “Americas Quarterly”, una publicación de la Sociedad Americana y el Consejo de las Américas, titulada “Prisiones: encerrados sin sentencia”, al 2012, el 64,6% de los detenidos de Uruguay son detenidos sin juicio, aproximádamente 6.105 personas. Si a Mujica le preocupa que los detenidos en Guantánamo no fueron juzgados, podría empezar por su casa, como ha hecho el gobierno boliviano. Según el Reporte de Derechos Humanos de los Estados Unidos del 2013, el 65% de las personas privadas de su libertad en Uruguay están esperando una sentencia. La referencia a información estadounidense, se debe a que Mujica parece no tener inconvenientes en legitimar los procedimientos del gobierno de Obama.
Sin lugar a dudas que es mejor estar circulando por Uruguay que por Guantánamo, así como también que si hay una prohibición sobre el espacio por el que se puede circular, eso es una detención. Mujica aceptando a los detenidos ilegalmente en Guantánamo y convalidando que los mismos no puedan salir de su país, está legitimando el accionar de los Estados Unidos. Al ofrecerle a los torturados llevar a sus familias a Uruguay, Mujica menosprecia las diferencias culturales. No se trata sólo de lenguas diferentes, ni de ofrecerles clases de español, sino de cosmovisiones distintas del mundo entre oriente y occidente.
Lo que Estados Unidos debe hacer es liberar a los detenidos, no cambiarles la prisión por una más grande de 176.000 km2. Corresponderá a los abogados especialistas en derecho internacional explicar cuáles son los instrumentos legales que le permitirían a Uruguay legitimar una condena ilegitima de un país extranjero. De lo que no caben dudas es que, si Mujica no permite que los detenidos y torturados ilegalmente en Guantánamo puedan irse de Uruguay en cuanto quieran, él también va a violar los derechos humanos, comenzando por el artículo 1 de la Declaración Universal.